BILBAO - Una de las medidas estrella del Gobierno vasco en esta legislatura era-es la puesta en marcha de unos fondos de inversión para tomar capital en empresas vascas de cara a contribuir al crecimiento y al arraigo de las compañías en el territorio de Euskadi. La iniciativa no ha resultado fácil a la vista de lo laborioso que está resultando el proceso pero ayer el Ejecutivo anunció la puesta en marcha de dos fondos de inversión, uno de carácter público para inversiones a largo plazo dotado con 75 millones de euros y que tomará participaciones en la segunda mitad de 2020, y otro con participación público-privada y gestión privada, con 100 millones de euros, y que se espera que esté operativo en otoño.

Los referidos nuevos instrumentos de financiación están dirigidos, según fuentes del Ejecutivo que lidera el lehendakari Iñigo Urkullu, a apoyar la “competitividad” de las empresas industriales de Euskadi y a “contribuir a su crecimiento y consolidación”.

Dada la importancia de la iniciativa y a la afección de la misma en varios departamentos del Ejecutivo, su presentación contó con la presencia del lehendakari, Iñigo Urkullu, la consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, y el consejero de Hacienda y Economía, Pedro Azpiazu.

Un hecho a destacar es que uno de los fondos, -el público-privado de 100 millones de euros de los que 15 millones los aportarán entre el Gobierno y las diputaciones forales-, estará gestionado por un especialista privado creado adhoc, ABE Capital Partners, una sociedad constituida por un equipo profesional de “acreditada y dilatada trayectoria”, aunque la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) aún no ha dado el visto bueno; mientras que el público de 75 millones de euros, denominado Finkatuz, lo llevará el Instituto Vasco de Finanzas (IVF), una propuesta del equipo económico del lehendakari Ibarretxe lanzada en 2008 y que ahora dirige Josu Garay.

Arraigo empresarial El lehendakari señaló que el lanzamiento de los dos fondos citados forma parte de una estrategia de financiación que “posibilitará, en adelante, actuaciones con el objetivo de garantizar el arraigo empresarial y fomentar la creación de empleo y riqueza en Euskadi”.

Según argumentaron los consejeros de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, y Hacienda, Pedro Azpiazu, estos dos fondos, junto con otros instrumentos públicos ya existentes en Euskadi, por ejemplo la sociedad de capital riesgo, configuran una panoplia lo suficientemente amplia para atender «todas las necesidades de financiación» del tejido empresarial vasco. De hecho, el Ejecutivo vasco ya tiene, por lo tanto, a disposición de las empresas vascas instrumentos de capital para las tres fases de desarrollo en las que se puedan encontrar las compañías. Estas serían las iniciales o emprendedoras, conocidas hoy en día como start ups; las de fase de crecimiento que podrán acceder a inversión a corto plazo; y las empresas ya consolidadas y que se consideran estratégicas en las que el Ejecutivo podría invertir a largo plazo.

En referencia al citado fondo con participación público-privada, -un instrumento diseñado con el asesoramiento de PWC , y que se gestionará por una entidad -, el Gobierno lo presentó ayer como una “alternativa adicional” a las que ya disponen, en la actualidad, las empresas vascas.

La puesta en marcha de esta nueva herramienta ya se ha comunicado a la CNMV, -se encuentra a la espera de la autorización correspondiente de este organismo-, aunque Arantxa Tapia adelantó que confía en que podrá estar operativa en otoño de este mismo año. Este nuevo fondo nace con la vocación de concluir en otoño una primera fase “levantando”, como se dice en el argot de los fondos de inversión, unos 100 millones de euros, aunque aspira a crecer en una segunda fase, a través de nuevas captaciones de capital de inversores privados, con el objetivo de alcanzar un importe de hasta 200 millones de euros.

El Gobierno vasco contribuirá con 12 millones de euros, y las diputaciones forales aportarán otros 3 millones en total de forma conjunta. Ello supone que el capital público sería el 15% del total.

Respecto al capital privado, la consejera vasca de Desarrollo Económico adelantó que en los tanteos efectuados en el sector financiero se ha constatado que existe voluntad de participación por parte de algunas entidades financieras, grupos empresariales, por ejemplo Corporación Mondragón, y varias EPSV, “con una fórmula de composición innovadora en Euskadi”.

El Gobierno vasco confía que una serie de instituciones, tanto del Estado español como internacionales, algunas de las cuales ya han mostrado interés en el mismo, como el ICO y el Banco Europeo de Inversiones (BEI), inviertan en el fondo.

Las operaciones que podrán mantener la inversión hasta unos 8 años, algo más de lo habitual, están dirigidas a pymes con crecimiento estable y/o previsible; que cuenten con una ventaja competitiva “fuerte y sostenible” y que comercialicen productos o servicios innovadores altamente valorados por los clientes.

También deben contar con un equipo directivo “sólido y alineado con la ambición de hacer crecer la empresa” , un mensaje que suena mucho al empleado en Euskaltel últimamente, y con un grupo gestor privado, “cualificado e independiente”.

Finkatuz Por su parte, el consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu, desglosó las líneas maestras de Finkatuz, que arrancará con 75 millones, con previsión de ampliar a 100 millones de euros en el año 2020.

En este sentido, Azpiazu indicó que está concebido para participar a largo plazo en empresas de mayor dimensión, -no citó nombres pero compañías como CAF, ITP o Aernnova, por poner un ejemplo, podrían reunir los requisitos solicitados-, y de carácter estratégico y será gestionado por el Instituto Vasco de Finanzas (IVF) que en la segunda parte de este mismo año se dotará de una sociedad específica para la toma de participaciones para contar con “mayor flexibilidad de actuación”. El Gobierno vasco tiene el compromiso de decidir en el primer semestre de 2020 las inversiones que completarán las ya efectuadas en CAF.

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