BILBAO. Miles de trabajadores vascos volvieron a salir ayer a la calle para celebrar el Primero de Mayo y para reivindicar mejoras sociales y laborales. Apenas tres días después de las elecciones generales, los discursos sindicales estuvieron marcados por la necesidad de frenar el avance de la extrema derecha y de activar desde los gobiernos medidas que mejoren la situación de los trabajadores. Sobre estas guías se apoyó Mitxel Lakuntza en su primera gran intervención pública después de ser nombrado secretario general de ELA. El navarro, en la línea de Adolfo Txiki Muñoz, añadió a su mitin fuertes críticas al PNV y reprochó, en referencia a los partidos de izquierda, que la oposición “no se ejerce como debería”.

No ha transcurrido ni un mes desde que Lakuntza fuera proclamado lider del sindicato mayoritario en un congreso extraordinario en Donostia, y había interés en comprobar hasta qué punto el de Iruñea iba a secundar el discurso de su antecesor. El 1 de Mayo es un día marcado en rojo en el calendario sindical y por ello un buen termómetro de cara a medir cuáles serán los pasos de ELA con Lakuntza al frente. Ante miles de militantes, el navarro reiteró en el Sagrado Corazón de Bilbao la apuesta de ELA por la confrontación como herramienta para mejorar las condiciones de trabajo con una advertencia clara: habrá más huelgas y serán “cada vez más largas y más duras”.

Comenzó su discurso con una referencia a la lucha de La Canadiense, de la que se cumplen cien años. Los 44 días de huelga que protagonizaron los trabajadores de la empresa eléctrica de Barcelona, entre febrero y abril de 1919, sirvieron para consolidar en la ley la jornada laboral de ocho horas. “No fue una gracia del Gobierno español, sino el resultado de una huelga”, remarcó Lakuntza.

Fue la manera de poner en valor el conflicto colectivo en un momento en el que, no solo desde el ámbito institucional, se reprocha a ELA que utilice la huelga en su propio interés. En el Aberri Eguna, Andoni Ortuzar, líder del PNV, acusó a ELA de hacer “huelgas contra Euskadi” y de llevar al país “a las cenizas”. “Si su partido no quiere huelgas que dignifique las condiciones de quienes trabajan para la administración”, respondió Lakuntza entre aplausos de su militancia, con importante presencia de trabajadoras de residencias -en estos momentos hay un conflicto abierto en las residencias guipuzcoanas-.

“Puestos a hablar de cenizas, más le valdría a Ortuzar pedir perdón por lo que ha hecho el PNV con Euskaltel. Han vendido una parte del país a los especuladores”, criticó.

Además, Lakuntza recordó la delicada situación que viven grandes industrias como La Naval. “Para cenizas las que va dejando su política industrial. Necesitamos más exigencia a las empresas que se benefician del dinero público y menos Tapia en el Teleberri”, dijo en relación a la consejera vasca de Desarrollo Económico. Sobre el Ejecutivo de Urkullu también criticó “el autoritarismo” y la “falta de talla democrática” por su gestión del diálogo social con la minoría de CC.OO. y UGT y “la imposición” de servicios mínimos en las huelgas.

La amenaza de VOX

El resultado de las elecciones del domingo también marcó el discurso de los sindicatos. Lakuntza recalcó el avance de la extrema derecha y señaló que, pese a que las encuestas aun daban un mejor resultado a Vox, “la amenaza del fascismo sigue ahí”. Hizo un llamamiento a los partidos de izquierda, sin mencionar expresamente a ninguna formación, pidiendo “un cambio radical” de políticas para “reconectar con los problemas de la gente”.

“Necesitamos a la izquierda en las instituciones, pero recordando que los cambios empiezan desde abajo, en la calle”, reclamó el líder de ELA, que apostó por construir “un espacio de trabajo conjunto” en la izquierda y reivindicó el sindicalismo como “el mejor cortafuegos” frente al fascismo. Lakuntza terminó recordando que muchos de los grandes conflictos laborales se dan en sectores feminizados. “Las mujeres están en primera línea de la lucha obrera y desde estas luchas hacemos nuestra contribución al feminismo”.