BILBAO- La gasteiztarra Arantza Gómez Arana participó ayer en una mesa redonda sobre los pasos que deben dar las empresas para afrontar la salida de Reino Unido del ámbito de la Unión Europea.
¿Cuándo decidieron poner en marcha el centro de Estudios sobre el ‘Brexit’?
-Casi nadie esperaba el resultado del referéndum. Dos años antes se había celebrado el de Escocia, que estuvo cerca del 50% para cada opción. Se esperaba que con el Brexit podía ocurrir algo parecido, pero con ventaja para el sí a la UE. Además Donald Trump ganó las elecciones poco después. En diciembre de 2016, en mi Universidad, académicos de Derecho, Derecho Internacional y Negocios decidieron que había que estudiar este tema con consecuencias a largo plazo.
¿Analizan el efecto Trump?
-No se puede entender el Brexit si no se estudia también lo que pasa a nivel mundial. Tenemos una etapa bastante populista, la parte emocional está ganando a la parte racional.
La diferencia del referéndum fue mínima y fueron los mayores los que inclinaron la balanza, ¿se ha movido el reparto de fuerzas?
-Es verdad que un porcentaje muy alto de los que votaron a favor del Brexit tenían entre 60 y 80 años, eso fue hace casi tres años y los estudiantes que tenemos ahora no votaron. Si hubiera ahora un referéndum el resultado sería distinto, pero no sería un cambio muy radical. Se ha visto todos los problemas que trae el Brexit, lo difícil que son las negociaciones con la UE. Eso para algunos debería traducirse en un porcentaje altísimo en contra del Brexit, pero no es lo que está sucediendo. Si se celebra un referéndum ganaría el sí a Europa, pero no en un porcentaje muy alto. Volvemos a lo mismo, esto no es una cosa racional, con sentido económico, la gente ha votado por cuestiones de identidad y la identidad no cambia en un par de años. Ni la identidad, ni los sentimientos de mucha gente de que piensa que la UE no es para ellos y de los que estaban castigando al Gobierno.
La opción de un nuevo referéndum no parece probable.
-Parece ser que hay políticos que están a favor de otro referéndum. Pero eso no se ha defendido públicamente ni por Theresa May ni por Jeremy Corbin, y al fin al cabo son los dos partidos más grandes con diferencia. Si ninguno de los dos ha puesto eso sobre lo mesa es bastante improbable que vaya a suceder.
Sin estar muy claro cómo va a acabar todo, ¿cómo preparar a las empresas para el ‘Brexit’?
-La opción más negativa es que no haya acuerdo. La posibilidad es muy baja, pero está ahí. Lo positivo para todos es que, si el acuerdo se firma, durante el periodo de transición las cosas no cambian.
¿Y habrá posibilidad de crecer?
-Hay muchas empresas vascas que comercian con países de fuera de la Unión Europea y se hace de una forma ordenada. Será otro sistema legal y otras condiciones regulatorias, con unos costes adicionales porque no se estará en la misma unión aduanera. Es cuestión de adaptarse al cambio y prepararse para él. A veces tenemos un discurso un poco alarmista, pero el comercio seguirá el problema es el momento del cambio, que siempre trae incertidumbre.