BILBAO. Esta deflactación supone adaptar los tramos del IRPF a la subida de precios, de manera que la actualización de los salarios con el IPC no provoque un salto del contribuyente a un tramo superior de la retención, en cuyo caso debería pagar más.

A partir del próximo 1 de enero, las empresas vizcainas deberán ajustar a la nueva tabla las retenciones que practican sobre la nómina de los trabajadores.

Esta medida va en consonancia con la deflactación del 1,5 por ciento de la tarifa de la base general de IRPF y con el incremento en el mismo porcentaje de las deducciones familiares y personales contempladas en el proyecto de norma foral de presupuestos, en tramitación actualmente en las Juntas Generales del territorio.