La industria ha evolucionado durante la historia gracias a diferentes factores. Entre ellos, la aparición de nuevas tecnologías o energías. En estos momentos, podría decirse que la industria está inmersa en la denominada cuarta revolución industrial, en la cual, el concepto Industria 4.0 es clave. Podría definirse, de una manera sencilla, en la introducción de las tecnologías digitales en la industria, comunicando todos los elementos que componen una empresa, una cadena de valor para obtener conocimiento. Cuando se habla de Industria 4.0, también suele nombrarse como la Industria Conectada, Industria Inteligente o Smart Factory.

No obstante, es importante destacar que, dentro de esta revolución en la industria, la Industria 4.0 no se trata de una tecnología o una revolución tecnológica. Estos cambios implican un desarrollo de muchas tecnologías que deben ir unidas, funcionar transversalmente y creando además sinergias y colaboraciones entre distintas empresas, generando una conectividad dentro de la propia empresa, como en la relación con otras. Por tanto es un cambio de paradigma. Por un lado de la propia industria y del negocio. Esto traerá consigo nuevos modelos de negocio y empleos que, a día de hoy, todavía no se conocen.

Estas son algunas de las ideas y conclusiones que pudieron extraerse el pasado 24 de septiembre en el Encuentro DEIA Mesa de Expertos Industria 4.0 que reunió en las instalaciones de DEIA a Ander Eguidazu, Business Development Manager de EGA SOLUTIONS; Juan Jesús Alberdi, Director General de ULMA HANDLING SYSTEMS; Jon Matías, Director Técnico de KEYNETIC TECHNOLOGIES; Tomás Iriondo, Director General de GAIA; y Aitor Cobanera, Director de Innovación y Tecnología de la SPRI.

Aitor Cobanera, asegura que desde SPRI “vemos la Industria 4.0 como una palanca clave de competitividad, por lo que hay que aprovechar todas las ventajas que nos da la digitalización para poder adaptarlas a los sistemas productivos”. La clave en la Industria 4.0 es saber “utilizar las tecnologías que ya existen de manera inteligente en los procesos para que, a través de la gestión de los datos e información que manejamos, poder conseguir el objetivo de generar mayor facturación, mayores resultados y mayor valor añadido”. Para Jon Matías, como creador de una startup, la Industria 4.0 es “una oportunidad como nicho de negocio, ya que nos dedicamos a la ciberseguridad”, que es uno de los ejes sobre los que debe asentarse dicho proceso de evolución hacia la digitalización.

Juan Jesús Alberdi, por su parte, concreta que la Industria 4.0 “es parte de nuestro negocio, trabajamos con mucha información de los clientes y movemos muchos robots, muchos productos, mucha información”. Para Alberdi, es una industria que está basada en el dato, “y la conectividad, la instrumentación, etc., no dejan de ser meros instrumentos para obtener ese dato”. La parte más importante sería definir cuáles son importantes y qué datos te van a aportar valor. En la Industria 4.0 lo fundamental “es la integración horizontal y vertical. Es decir, ninguna empresa va a ser capaz de desarrollar todos los elementos que están involucrados en un gran proyecto, por lo que el tema de las alianzas y las relaciones entre diferentes empresas es fundamental”.

También hace especial referencia al dato Tomás Iriondo, que asegura que se trata de “la nueva energía”, algo que en la Mesa de Expertos todos afirman. “Eso supone oportunidades de ventajas competitivas para la organización que los gestiona y supone también algo de crecimiento personal para los profesionales, es decir, hay que verla al servicio de las personas y que acompaña a los procesos actuales”.

En este sentido, hay que saber que “la Industria 4.0 no se trata de una tecnología, hablamos de software, hardware, etc. y esto supone una revolución en la que se desarrollan muchas tecnologías que son totalmente transversales”, afirma. No se trata de una tecnología concreta, sino que es una industria multitecnología que “afecta desde el ámbito tecnológico al más amplio abanico de ingenierías, mecánicas, eléctricas, inteligencia artificial, etc. Podríamos decir que cambia el paradigma de la industria y el negocio, creando nuevos puestos de trabajo que a día de hoy no los conocemos y que en 5-10 años van a estar existiendo y van a ser puestos de muchísimo más valor añadido”. También en la misma dirección se expresa Aitor Cobanera, que indica que “no hablamos de una revolución tecnológica, sino que ahora, lo verdaderamente importante, es qué hacer con todo eso que existe para ponerlo al servicio de la empresa”.

Algunos pasos necesarios La situación del tejido empresarial vasco con respecto a la Industria 4.0 es “buena” en opinión de los expertos. Las empresas vascas han estado en numerosas ocasiones a la vanguardia y en este caso, el proceso hacia la revolución digital debe producirse con paso firme y seguro. No obstante, para Juan Jesús Alberdi, en relación a las tecnologías disponibles en estos momentos, “las empresas vamos por detrás de las oportunidades que nos ofrece. Hay que integrarla de una manera inteligente, con lo que cada uno necesita en su empresa, pero sin perder tiempo”.

Para Iriondo, Euskadi siempre ha tenido el orgullo de querer hacer las cosas bien. “Creo que fuimos pioneros en todos los temas de calidad, excelencia, etc. y con ese afán de querer hacer las cosas de una manera más eficaz y eficiente, tenemos que estar otra vez en este proceso”. También opina que “estamos en una situación privilegiada para abordar esta transformación digital y ya hay industria local abasteciendo a grandes multinacionales en soluciones de Industria 4.0”. Sin embargo, es de los que cree que “aun hay mucho por construir si queremos ser un referente internacional”.

Alberdi advierte que aun pudiendo tener elementos positivos, habría “dos vertientes”. La primera es la creación de tecnologías, es decir, circuitos, sistemas de hardware, inteligencia artificial, desarrollos en sónica, etc. “Digamos que en ese nivel en Euskadi, con los centros tecnológicos y las startups se puede ir trabajando”. Luego habría otro nivel, que sería el desarrollo de apps. “Teniendo esas tecnologías, creo que la mayoría de aplicaciones van a venir de cualquier parte del mundo, por lo que debemos ser capaces de realizar una integración rápida y la incorporación dentro de nuestros propios servicios”. Por tanto, la parte fundamental es que las empresas especializadas puedan ser integradas y buscar esa solución integral que puedas ofrecer al cliente.

Para Ander Eguidazu lo adecuado sería que todos remaran a la vez y hacia el mismo destino, ya que distingue dos velocidades; “Por un lado estamos creando muchas empresas, pero veo que las pequeñas y medianas empresas tienen algo de miedo. Esto debe llegar por las competencias compartidas con empresas tractoras”.

Aitor Cobanera aclara que “la situación de Euskadi está bien porque estamos acostumbrados a estar en vanguardia. Aquí hay mucha industria y hay sectores potentes”. Sin embargo, “lo preocupante es la velocidad de adaptación de las pequeñas con respecto a las grandes. Las inquietudes pueden ser distintas y claro, a veces se ve como algo lejano. No estamos hablando de un mundo que está en la estratosfera”.

Ejemplos y empresas tractoras Es importante que unas empresas aprendan de otras. Hay empresas tractoras que pueden ser un ejemplo a seguir para pymes, siempre cada una dentro de sus necesidades. Para Alberdi, la Industria 4.0 puede ser una “simple” sensorización de troqueles con sensores de presión para predecir cuando puede agotarse el troquel, algo que “hacíamos ya hace años”. A día de hoy parece que “el 4.0 es más sencillo; que tú en una estampación puedas hacer 4.0. por ejemplo, por lo que hay que conseguir bajar a la pyme el concepto 4.0 y decirles que no es solo cosa de grandes empresas”.

Ante esto, Jon Matías opina que “cada empresa conoce sus procesos y al final se trata de hacer una reflexión, ya que a veces en una pequeña empresa es difícil tener esa capacidad para poder saber cómo abordar el problema”. Por eso la idea que defiende es que estas “deben apoyarse también fuera, con otras. Esto no se hace porque sí, el mercado nos lleva a ello y si no se es capaz de evolucionar, te puedes quedar fuera”.

Tomás Iriondo recuerda que ya se están dando algunos pasos, como en el Basque Digital Innovation Hub, con la intención de que “haya unos nodos demostradores de cómo puede aplicar una pyme la tecnología existente y dar ese paso. Hay un nodo ya en tema de robótica colaborativa, hay otro en impresión aditiva, etc”. El objetivo es que cualquier pyme sepa qué debe mejorar. Así, con un ejemplo que pueda encajar en esa posible problemática, “la idea es que alguien pueda decirle, mira ese problema está resuelto, fíjate en el ejemplo de esta empresa que ya lo ha hecho”.

Adelanta que seguramente haya que crear economías de escala para ayudar a construir soluciones que les permita dar ese salto a todas las empresas, grandes y pequeñas. Lo positivo de esto también es que pueden surgir nuevas oportunidades de negocio para las empresas, tanto para pymes como para las tractoras. Alberdi pone como ejemplo “un software que ayude a poder unificar los portales de compras para pymes, eso lo desarrollará alguien y si es aquí, en Euskadi será exportable”. También Cobanera dice que “podemos estar ante situaciones distintas, ya que las oportunidades son la solución a un problema” y eso puede llevar a que se creen también ventajas competitivas..

Matías cree que en estos momentos cada empresa debe tener la iniciativa de buscar cómo ser más eficiente y por otra parte, “cómo llegamos a la empresa tractora que viene desde arriba. Hay que adaptarse y eso hace que al final se vaya a despertar esa necesidad de ir al 4.0, transformando la propia empresa”. Y todo ello, logrando una convergencia de todos los sistemas que ayude a producir mejor, “que está claro que la producción es lo que prima y hay que saber aunarlas”.

Para Iriondo, en esa reflexión tiene que quedar claro que “si no tenemos algo más que tecnología no vamos a ser Industria 4.0. Esa necesidad de tener un dato en tiempo real, la geolocalización del dato? “a día de hoy ya está disponible. Ahora lo importante para las empresas es saber cómo quieren abordar esa transformación digital”. En este sentido, avisa de que uno de los principales errores es “creer que digitalizar es transformar en digital lo que hago en analógico, y eso es un error de partida”. Lo importante antes de dar ese paso importante sería pues saber “dónde quieres llegar, con qué datos y material necesitas trabajar y ver qué tecnología te puede acompañarte para ello”.

Para Eguidazu en esta labor de formación y divulgación de acercar las tecnologías de la Industria 4.0 a la pyme no solo debe llegar desde fuera. “Las startups tenemos nuestra responsabilidad y lo estamos haciendo bien. Estamos abiertos a la colaboración y esto ayuda mucho a las empresas que quieren aplicarla”. Por eso cree importante asumir “nuestra responsabilidad, más modesta”.

En la transformación de las empresas “yo sí que veo dos velocidades. Por un lado estamos creando muchas empresas nuevas, pero muchas pymes que ya existen tienen algo de miedo. Esto debe llegar por las competencias compartidas con empresas tractoras”.

Nuevos perfiles Todos estos cambios también están provocando y lo harán más en un futuro cercano que los perfiles demandados puedan cambiar. Cobanera está seguro de que la esta revolución en el mundo de la industria “supone una adaptación en la formación, cada vez más orientada a la formación dual”. Pero además de la formación para las personas que se incorporan al mercado laboral, está el “tema de la adaptación de los perfiles actuales, de quienes ya están trabajando. Esto necesita de cierto tiempo y adaptación y se deben adquirir unas competencias distintas a las que pueden estar acostumbrados”.

Para Eguidazu esa será quizás la barrera más complicada a corto plazo, “que quienes ya están en las empresas puedan adquirir esos conocimientos ante las nuevas necesidades. Debemos trabajar para saber cómo enfocar este aspecto y aunque es pronto para saberlo, creo que necesitará tiempo y trabajo”. Matías tiene claro que a partir de ahora la clave será la adaptación de las personas a las necesidades reales de la empresa.

Es decir, “hay que saber que tenemos que ser flexibles y adaptarnos, evolucionar. La formación continua es vital para todos y también va a ser así dentro de las empresas”. Las nuevas incorporaciones será lo más sencillo, pero “no podemos perder de vista que el perfil de industria de futuro no sólo es la gente para atacar la parte producción, sino que hará falta mucho perfil de procesamiento de datos, etc.

Ante esta situación, uno de los retos también es que “no hemos sabido ilusionar a la gente joven y especialmente a las mujeres en que se formen en líneas técnicas y eso es un problema ahora mismo muy grave”, advierte Iriondo. “Puede que no haya gente en un futuro cercano y vamos a tener que hacer lo que haga falta para incorporar de manera exponencial a los jóvenes a formaciones técnicas, porque lo necesitamos”. Además, en segundo lugar, también cree que “debemos motivar a la mujer a que se ilusione con la formación técnica, ese mensaje es muy importante”.

Alberdi ve esa problemática como un reto de país, de todos. “Si queremos que Euskadi siga siendo industrial y crezca en este sentido, debemos trabajar ese aspecto. En los próximos años no sólo van a hacer falta ingenieros, sino también mucha gente de matemática, físicos, etc., además de la Formación Profesional, claro”. El Director de Innovación y Tecnología de la SPRI sabe que ya se ha empezado a trabajar en las ikastolas y colegios. “Es importante que vean qué es la industria, cómo funciona, para saber que muchos productos tienen un proceso productivo muy complejo y puede ayudar a que en un futuro se animen”. Esto habrá que hacerlo de una manera atractiva para que las personas se motiven.

Ciberseguridad Unida indiscutiblemente a la Industria 4.0 aparece la ciberseguridad, cada vez más presente en las empresas. Para Matías, sabedor de la importancia de este aspecto en la Industria 4.0, “lo importante es pensar en ciberseguridad antes de que pase algo y no al revés, como ocurre muchas veces”. Uno de los elementos básicos de esta revolución es la conectividad de todos lo elementos de una empresa y “eso hace que determinadas máquinas que han estado aisladas empiecen a estar conectadas hacia fuera y suponga un riesgo que hay que saber controlar”. Para Matías, este reto debe ser un proceso constante, ya que es un elemento clave y cambiante para las empresas.

En esta dirección también se expresa Eguidazu, puesto que “esa es una de las grandes amenazas que están viendo las empresas. Esos datos que se recogen, se monitorizan, dónde se llevan, cómo se tratan... por lo que hay una necesidad de gestionarlos de manera segura”.

Cobanera corrobora que hay dos tecnologías transversales; la conectividad y la ciberseguridad. Si hablamos de big data o de data analitycs? hace falta una buena conexión, y una buena capa de seguridad para ello. Son dos de las claves”. Los expertos reunidos por DEIA tienen claro que la Industria 4.0 está aquí y que ha llegado para quedarse. En esa revolución que supone, creen que “todos debemos ir de la mano y tener la miente abierta”, sobre todo a las colaboraciones entre diferentes, en busca de ese liderazgo del cambio desde Euskadi.