Petronor, o como pasar en medio siglo de mera refinería a proveedor de energía
La firma vasca cumplirá en 2018 cincuenta años de vida con el reto de afrontar la electrificación
BILBAO - El coche eléctrico o el automóvil movido por una célula de hidrógeno tardará más o menos en implantarse de forma masiva y los autos con motor de gasolina reducirán notablemente su presencia en los mercados. En ese escenario futuro de menor dependencia de los derivados del petróleo en el transporte, el negocio de las empresas de refino como la vasca Petronor va a variar sin lugar a dudas.
Y camino del medio siglo después de su creación los dirigentes de Petronor, con su presidente Emiliano López Atxurra a la cabeza, afrontan el escenario que se dibuja con el reto de “pasar de ser una refinería de petróleo a convertirse en una empresa multienergética, con el foco en la movilidad eléctrica, las microrredes y la generación de energía distribuida”.
Como se recordará la refinería de Petronor S. A. se constituyó en 1968 a iniciativa de emprendedores vascos como la familia Sendagorta, con el apoyo de los bancos y cajas de ahorros vizcainos de entonces, Banco Bilbao, Banco Vizcaya, Caja de Ahorros Municipal de Bilbao y Caja de Ahorros Vizcaina, aportación tecnológica de la compañía estadounidense Gulf Oil, para abastecer las necesidades energéticas de una sociedad “en pleno desarrollo” y la iniciativa de promotores vascos, con el apoyo de las entidades de crédito de Bizkaia, consiguió su ubicación en torno al puerto de Bilbao, “en pugna con los intereses que lo pretendían fuera del País Vasco”.
La empresa que surgió bajo la presidencia de Enrique Sendagorta cambió de socio tecnológico pues Gulf Oil, tras el triunfo de la revolución iraní no tenía crudo de dicho para refinar y decidió salir dejando su participación en manos del monopolio español Campsa, hasta que en 1981 transfirió su participación a la mexicana Pemex compañía que fus sustituida en 1990 por Repsol, el actual primer accionista y socio tecnológico de Petronor.
La compañía vasca controla la mayor refinería del Estado y una de las más importantes de Europa occidental con una capacidad de refino de unas doce millones de toneladas de petróleo al año, con una destacada experiencia en crudos pesados, más complicados de tratar pero más abundantes en el mundo.
Petronor, según sus responsables, ha realizado ingentes inversiones en los últimos años no para aumentar la capacidad de producción, que es la misma desde los inicios de los años 80, sino para aumentar la eficiencia energética, dotar mayor valor añadido de sus productos y aprovechar al máximo cada litro de petróleo refinado.
Entre las inversiones realizadas destaca la construcción de la Unidad de Reducción de Fuel (URF), en 2011, con una inversión de más de 1.000 millones de euros, lo que la sitúa como la mayor inversión industrial de Euskadi-, que ha servido para situar a la planta por encima del umbral de competitividad para los próximos años siempre que se siga innovando y mejorando la eficiencia de los procesos.
La compañía controlada desde 1990 por Repsol y Kutxabank emplea a un millar de trabajadores que se preparan para atender las necesidades futuras de la movilidad. Más allá del mero suministro de petróleo refinado, Petronor quiere proveer de energía a los consumidores, empezando por la eléctrica .
Petronor recuerda que en estos cincuenta años la inmensa mayoría de las gasolinas, gasóleos y fuelóleos que han demandado la industria, el transporte y los servicios de todo tipo, en el hinterland vasco, unos 200 kilómetros a la redonda de la refinería se ha elaborado en la compañía de Muskiz. - X. A.
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