BILBAO- La empresa vasca Permar, Sistemas de Almacenaje, S.A. (antiguamente La Ferretera Vizcaina) ha pasado a denominarse desde este mes Polypal Storage Systems, S.A. y se encarga de fabricar y distribuir en exclusiva para todo el mundo las estanterías y sistemas industriales de almacenaje Polypal, una de las marcas líder del sector en Europa. Polypal tiene ahora su planta de fabricación y su sede para toda Europa en Euskadi, en Iurreta (Bizkaia), y su director José Ramón Palacio, un ingeniero que llegó a la empresa desde la ingeniería Sener, analiza las nuevas perspectivas que se abren para una compañía con muchos años de historia en sus espaldas.
Polypal es relativamente nueva pero la empresa tiene historia.
-Los orígenes de una empresa que se ha conocido durante décadas como La Ferretera Vizcaina están en 1909 y, como muchas metalúrgicas vascas de la época, ha fabricado de casi todo pero empezó haciendo sartenes.
¿Cuándo y cómo surge el fabricar las estanterías industriales?
-Allá por 1955, nuestra empresa consigue la licencia para fabricar estanterías metálicas de ángulo ranurado y de ahí surgió la marca que nos ha caracterizado durante años y que hasta hace unos días ha llegado a dar nombre a la compañía, Permar. Y en 1977 iniciamos la producción de estanterías para paletización, que hoy es el 90% de nuestro negocio.
¿Quién es el accionista?
-La compañía fue familiar hasta el año 1989 y entonces la compró el grupo Wagon, que es la empresa que nos dio la licencia el año 1977. En julio de 2002 pasamos a manos del actual propietario Whittan que, por su parte, ha sufrido varios cambios en su accionariado.
¿En qué cifras se mueva ahora la empresa Polypal?
-En cuanto a facturación estamos en unos 25 millones de euros anuales y pasaremos con la consolidación de todo el grupo en Europa hasta los 45 millones de euros. En cuanto a plantilla, trabajamos unas 100 personas aquí en Iurreta más otros 50 comerciales y técnicos en Europa.
¿Qué representa para el equipo vasco de Permar este cambio de estrategia del grupo británico?
-El hecho de que el Grupo Whittan nos haya escogido para liderar la expansión internacional de Polypal nos da un importante impulso y viene a demostrar la confianza que nuestra matriz tiene en nosotros, no ya solo como fabricantes, sino también como gestores.
¿Y para la planta de Iurreta?
-Un impulso positivo puesto que esperamos crecer al menos un 30% y generar empleo. Además tiene un efecto tractor en el entorno pues el 90% de nuestros proveedores están a menos de 50 kilómetros a la redonda. Nosotros comercializamos con la marca Polypal las estanterías para toda Europa, excluido el Reino Unido. Además desde aquí llevamos el mercado del norte de África y el de Sudamérica. En Europa tenemos delegaciones en Francia, Bélgica, Holanda y Alemania.
El traslado de la sede de Polypal desde el Reino Unido a Europa tiene alguna relación con el ‘Brexit’.
-No. Ninguna. Es una decisión empresarial ligada a la concentración de marcas comerciales para un mercado como el europeo y por razones de estructura jurídico-empresarial, sin otro tipo de connotaciones. Ahora lo que vamos a potenciar es la labor comercial en toda Europa pues cuanto más vendan las delegaciones europeas más trabajo tendremos en el País Vasco.
¿Les afecta la competencia china?
-Pues mire aunque nuestro producto no está en lo más alto en la escala de valor añadido, la verdad es que hubo unos años que se intentó traer producto chino, mucho más barato, pero por cuestiones de calidad y de garantía de producto no cuajó. Aquí somos muy competitivos y de hecho no hay ningún fabricante europeo que tenga una cuota de mercado significativa en España.
¿La empresa ha recuperado las cifras de antes de la crisis?
-No. La caída de la crisis en nuestro sector fue bestial. En el ejercicio de 2007, que cerramos en marzo de 2008, alcanzamos nuestros máximos de ventas y beneficios, 57 millones de euros y 6 millones, respectivamente. Llegamos a trabajar a tres turnos con casi 250 personas en la compañía y alcanzamos unas 27.000 toneladas de acero procesadas. Entonces, con la crisis de 2008, el negocio bajó un 70%. Todo ello con un mercado español hundido pues nuestro producto está ligado al consumo y este se vino abajo. Ello ha hecho que en los años siguientes a 2008 nuestro principal competidor ha sido el material de segunda mano dada la cantidad de excedentes que había en el mercado. Salimos adelante con el esfuerzo y sacrificio de todos los trabajadores.
¿Se nota el crecimiento de la economía en el sector?
-Ahora hay una cierta recuperación y nuestro objetivo pasa de las 14.000 toneladas actuales a cerca de 25.000 en los próximos años. No hay que olvidar que la planta tiene una capacidad máxima de 30.000 toneladas anuales. En todo caso queremos reforzar el departamento técnico y centralizarlo en Iurreta. Aquí hacemos el diseño y la producción de unas estanterías que pueden alcanzar 40 metros de alto.
¿Qué perspectivas hay en el horizonte de 2020?
-Esperamos crecer al menos un 30% y más aún si logramos mejorar comercialmente en Alemania. Y situarnos en 60 millones de facturación con unas 170 personas aquí.