bilbao - La planta de Sidenor en Basauri ha aumentado su producción este año con el objetivo de hacer stock ante la parada que deberá acometer los próximos meses. La dirección del grupo vasco tiene la vista puesta en el verano, periodo elegido para materializar una inversión de 35 millones de euros anunciada el año pasado. La previsión es que la fábrica esté en obras mes y medio coincidiendo en parte con las vacaciones de agosto mientras se renueva la acería, el tren de laminación y el horno de calentamiento de palanquillas (las barras de metal que se producen en las instalaciones vizcainas).
A punto de afrontar una actuación “fundamental para el futuro de la empresa”, la plantilla está trabajando incluso en fin de semana porque la producción tiene salida y no se quiere dejar a los clientes en la estacada. En Basauri se fabrican aceros especiales y el 90% tiene como destino el sector del automóvil. Gracias a ese mercado, la planta vizcaina es la más dinámica de las doce que tiene el grupo y, de momento, la compañía no ha aplicado el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) pactado el año pasado con la mayoría de los sindicatos, y que puede ser activado automáticamente en cualquier momento hasta el 1 de enero de 2019.
Podría darse el caso de que se aplicara el ERTE para hacer frente a la parada programada. Sin embargo, la dirección no ha tomado una decisión al respecto y no se descarta que el reajuste de la producción se realice aprovechando las vacaciones y sin necesidad de activarlo.
El escenario está abierto y la carga de trabajo ensancha todavía más el horizonte. De hecho, según los cálculos de la compañía, cuando los nuevos equipos estén a pleno rendimiento, en el tercer trimestre de este año, será necesario contratar a cerca de treinta personas y se estima que ese periodo de máxima producción se prolongará hasta el verano del año próximo. No parece probable tampoco que durante esos meses sea necesario activar el ERE.
La única planta que ha iniciado la regulación es Reinosa, especializada en barras laminadas gruesas, cuya producción se ha concentrado en Azkoitia. Son componentes utilizados por compañías petroleras y gasistas, un segmento que camina en dirección opuesta al de la automoción y mantiene cerrado el grifo de la inversión.
La opción del ERE La planta guipuzcoana también ha esquivado el ERTE gracias al traslado de la producción de la de Cantabria, pero su mercado no lanza señales positivas, todo lo contrario, y la opción está sobre la mesa en un lugar muy visible.
En el caso de Basauri, la dirección del grupo no quiere dar por descartada esa opción. El ERE se negoció “para tomar decisiones de forma rápida en función de las necesidades de producción”, recordaron a DEIA desde la empresa. Se trata de tener una herramienta que permita “evitar medidas traumáticas” en casos extremos. Según la valoración inicial la suspensión de empleo solo afectaría a un 20% del personal de producción de la planta vizcaina. El impacto sería casi general en las divisiones de ingeniería, I+D y administrativa.
En la planta de Basauri trabajan cerca de 800 personas. Es la fábrica de la firma con mayor plantilla y el corazón del nuevo proyecto, que arrancó el año pasado cuando un grupo de directivos encabezados por su consejero delegado, José Antonio Jainaga, se hizo con la compañía. El anterior propietario, la brasileña Gerdau, había puesto las fábricas en venta y Jainaga y su equipo dieron un paso al frente en una operación valorada en 155 millones.
La planta vizcaina está cumpliendo las expectativas y asumiendo el papel de liderazgo del grupo que se le había reservado. Además, tras la inversión que está a punto de materializarse, tendrá acceso a segmentos de mercado donde ahora Sidenor no está presente. En general, mejorará la productividad y también la calidad del acero porque se reducirán notablemente los fallos en la cadena. Todo ello permitirá al grupo ser “más competitivo” y afrontar con fortaleza la nueva etapa . La empresa considera que el convenio de cinco años recientemente firmado y el ERE, que cuentan con el apoyo del 76% de la representación sindical, contribuirán a esa dinámica.
críticas de lab Pese al amplio respaldo con el que cuentan esos acuerdos laborales en el conjunto del grupo, ELA, LAB y ESK los rechazan, de modo que el clima social y el apoyo sindical no es tan favorable en Euskadi. En esa línea, LAB exigió ayer a la dirección que “retire definitivamente” el ERTE y que negocie cómo afrontar “de una forma racional y adecuada” el futuro de la empresa.
LAB aseguró que la carga de trabajo en las plantas -en referencia a las vascas- está en “récord histórico” y que “no se da abasto con la plantilla actual”. El sindicato señaló que se están recuperando las horas no trabajadas del año anterior, se están activando nuevos turnos de trabajo y reduciendo las horas de formación de los nuevos contratados para dedicarlo a producción.