BILBAO - No hay un patrón común y en algún caso el proceso está en fase de reflexión, pero las tres fundaciones de las antiguas cajas de ahorros vascas están dando pasos para recuperar su protagonismo en la economía vasca. La que más se está moviendo es la Kutxa guipuzcoana, que invertido 50 millones de euros en la compra de participaciones en cuatro empresas en menos de un mes. BBK avanza en otra dirección y anunciará las próximas semanas su participación en cuatro nuevos proyectos empresariales. Por su parte, Caja Vital está elaborando su nuevo plan estratégico y no descarta incluir mecanismos que relancen su posicionamiento industrial, una cuestión que ha estado en el ADN de las cajas desde su fundación.
A la espera de que afinen sus partituras las kutxas de Bizkaia y Araba, lo lógico, sostienen fuentes consultadas, es que sigan los pasos de su hermana guipuzcoana y recompren a Kutxabank participaciones de las empresas que depositaron en el banco tras las fusión.
De ese modo, por un lado se refuerza la obra social, la razón de ser de las fundaciones bancarias, con una apuesta decidida por generar riqueza en el territorio. Y por otro se fortalece el dividendo directo, que es precisamente el sustento de la obra social. Además, cuando la operación se realiza con participadas por Kutxabank, se avanza en la aplicación de las directrices europeas que exigen al banco vasco reducir su presencia industrial y centrarse en el negocio financiero.
Puede decirse que la solución es positiva para todos y que más pronto que tarde el camino que la fundación guipuzcoana ha emprendido será recorrido por los otros dos propietarios de Kutxabank. “No es una cuestión que está ahora mismo sobre la mesa y no se van a ver operaciones de este tipo en Caja Vital mañana o pasado”, afirman en cualquier caso fuentes de la Fundación bancaria alavesa.
En el caso de Vital se da la circunstancia de que acaba de entrar en la fundación un nuevo equipo directivo, con Jon Urresti a la cabeza. No lleva ni un mes en el cargo, pero durante el periodo de adaptación se está diseñando el nuevo plan estratégico de la Fundación, que será presentado “en breve”.
En ese documento se detallará una previsión del dividendo a cobrar los próximos años y la fuente desde la que llegarán esos ingresos. También habrá alguna referencia a las intenciones en el campo industrial. “Cada fundación bancaria es diferente, porque cada territorio es a su vez diferente. En nuestro caso seguimos atentos a las oportunidades que puedan surgir y la línea que ha seguido Kutxa es muy buena, pero no hemos definido todavía cuál será la nuestra”, explican desde la antigua caja de ahorros alavesa.
La Fundación BBK también está en fase de análisis, si bien su situación es distinta porque buena parte de su actividad “está centrada” en la necesidad de crear un fondo de reserva de 250 millones de euros para mantener el control sobre el 57% del capital de Kutxabank. Es, junto a la obra social, la principal ocupación de BBK, que, sin embargo, no renuncia a moverse detrás del telón de la economía impulsando nuevos proyectos económicos.
La iniciativa Mundualdatu se mueve en esos parámetros. Destinado a emprendedores con una idea para poner en marcha una nueva compañía o para empresas activas con menos de dos años de vida. Con este programa, BBK tiene la posibilidad de invertir, financiar o tomar participaciones en nuevos proyectos.
Todos las propuestas que se aprueben recibirán asesoramiento y acompañamiento en la definición del modelo de negocio, pero algunos de ellos contarán además con apoyo económico. Si es necesario, la fundación bancaria vizcaina entrará en la compañía, hasta un máximo del 30% del capital y con un límite de 50.000 euros. La primera edición del programa ha concluido y sus resultados serán presentados en este primer trimestre del año.
A “muy corto plazo” no habrá noticias en BBK sobre grandes movimientos accionariales como los de Kutxa en Gipuzkoa. Sin embargo, el presidente de la entidad vizcaina, Xabier Sagredo, mostró el año pasado en una entrevista a DEIA su disposición a cambiar el perfil de la obra social para enfocarla también al impulso de la economía a través de inversiones en empresas.
La operación de Kutxa en CAF es en ese sentido la de mayor volumen registrada hasta ahora. La antigua caja de ahorros guipuzcoana ha comprado a Kutxabank un 2% de la ferroviaria por cerca de 25 millones. Además, también se ha hecho con un 15% de Zubiatzu, fabricante de máquina herramienta, tras comprar un paquete accionarial a Kutxabank, que mantiene el 20% del capital. También ha comprado participaciones en otras dos empresas y en conjunto ya ha invertido cerca de 50 millones en la economía guipuzcoana.
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