eL Club de Marketing Global ha elegido Bilbao como punto de partida. Es una iniciativa internacional concebida por los expertos en marketing Álvaro Mendoza y Benlly Hidalgo para ayudar a pequeños empresarios a rentabilizar su negocio. Con solo dos meses de vida cuenta ya con casi 1.000 socios repartidos en 50 países. Aunque nació como una plataforma online, el Club de Marketing Global comienza a organizar grupos a nivel local, el primero de ellos en la capital vizcaina. “Lo tuve claro desde el principio. Bilbao tenía que ser la primera sede y la referencia para las demás”, asegura Alex Méndez, encargado de tejer una red de sedes locales en la que está previsto que en un futuro estén también Gasteiz y Donostia.
Méndez nació en Cuba pero vive desde hace casi 20 años en Bilbao. “Conozco bien el espíritu emprendedor de esta ciudad”, dice al explicar por qué escogió el botxo para ubicar la primera sede de una iniciativa con socios de todo el Estado español y de países como Colombia, México o EE.UU., la Meca del marketing. Por ahora hay una docena de empresas interesadas en formar parte del grupo de Bilbao, en el que se impartirá formación y se ayudará a los socios a esquivar los obstáculos que surgen en el día a día de la empresa. Sus impulsores remarcan que, aunque el club está principalmente dirigido a pymes y autónomos, está abierto a personas que aun no tengan su propia empresa y busquen pistas para saber por dónde empezar.
“El emprendedor tiene un problema grave de falta de formación”, advierte Méndez al desgranar el proyecto, que sobre todo busca evitar que un emprendedor se lance a la piscina sin agua. Aunque muchas veces la financiación o la falta de apoyo institucional parecen los grandes enemigos del emprendizaje, Méndez apunta sobre todo a la falta de conocimientos y de planificación. “En los países de habla hispana no tenemos la cultura empresarial que hay en el mundo anglosajón. Uno se lanza y le pone muchas ganas y esfuerzo pero sin una estrategia. Eso tiene mucho mérito pero también mucho riesgo”, señala el cubano, que comenzó a trabajar como ingeniero informático pero que poco a poco ha ido haciendo del marketing, y en concreto del desarrollo de estrategias para pymes, su modo de vida. “La era industrial se terminó. Ahora hay una oferta muy amplia y la demanda es limitada. Por eso te tienes que diferenciar. En eso consiste el marketing”, resume.
Ahondando en la utilidad del proyecto que echa a andar en Bilbao, explica que “el emprendedor tiene problemas que no sabe con quién compartir”. “Tu familia y tus amigos no son emprendedores y no te van a entender. Te van a decir que pongas los pies en la tierra y te busques un trabajo normal”, asume. El club permite poner fin a esta “soledad del emprendedor” con encuentros para compartir soluciones. Entre los socios hay hosteleros, fabricantes de cerveza o peluqueros, pero “al final todos ellos tienen los mismos problemas”.
Además, se intenta cubrir la falta de experiencia con un mentor “que te ayude a evitar los golpes que antes se ha dado él”. “No hay que ser Apple para crear clientes fieles. Pero sí hace falta alguien que te enseñe el camino”, dice Méndez.
cambio de mentalidad Gorka Aurre, de la empresa de enseñanza Prakagorri, es un ejemplo de cómo se transforma la mentalidad a través del marketing. “Cambias tus formas de pensar y ves claramente los errores que cometes. Uno de los grandes defectos es centrarse solo en vender más. Lo importante es saber cómo fidelizar al cliente”, explica Aurre, que ya participa en el Club de Marketing Global. “Hay que entender que tu producto no es para todos. Hay que enfocarse en un segmento de la población y quedarse con el más rentable. Guardar tus productos en un cajón duele, pero es lo primero que hay que hacer”, dice el empresario getxotarra.