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Arcelor controla la mitad del acero que se produce en Euskadi y seis plantas

El empresario indio Lakshmi Mittal decide desde Londres el futuro de buena parte de la siderurgia vasca

Arcelor controla la mitad del acero que se produce en Euskadi y seis plantas

BILBAO - La compañía siderúrgica Arcelor Mittal, el líder mundial en la producción de acero, con más de 200.000 trabajadores en plantilla y una producción anual que ha llegado a alcanzar casi los 100 millones de toneladas de acero, registró unas pérdidas en 2015 de 7.946 millones de dólares (7.225 millones de euros) en 2015. Las ventas del grupo sumaron unos 63.578 millones de dólares, de ellos unos 3.400 en el Estado.

Con esos malos resultados sobre la mesa, Arcelor Mittal ha puesto en marcha un proceso de ajustes que afecta de manera notable a Euskadi. No hay que olvidar que el grupo Arcelor Mittal es la primera empresa acerística vasca. La compañía nacida hace diez años de la fusión entre la europea Arcelor, -una compañía franco-española-luxemburguesa-, y la india Mittal Steel, cuenta con seis importantes instalaciones productivas en Euskal Herria.

En Bizkaia controla la ACB de Sestao, que recoge la herencia de la antigua Altos Hornos (AHV), donde produce bobinas de acero en caliente. Esta moderna factoría que en octubre cumplirá 20 años, tiene dos líneas en las que puede producir hasta 1,8 millones de toneladas de acero anuales. Asimismo, es titular de la antigua Bandas de Etxebarri en la que se elabora chapa con recubrimientos de estaño y cromo, la conocida hojalata para envases alimentarios, desde latas de bebidas a botes de conservas. Esta planta utiliza bobinas laminadas en frío como materia prima y tiene capacidad para producir 350.000 toneladas anuales.

En Gipuzkoa dispone de tres factorías. La más importante es la de Olaberria, la antigua Aristrain, especializada en perfiles estructurales, esas vigas de acero que sirven para sostener edificios, con unos 400 empleados. Olaberría puede elaborar hasta 900.000 toneladas de perfiles estructurales, que abarcan mercados como la construcción de edificios o la industria naval. En Zumarraga, la antigua Esteban Orbegozo fundada hace 72 años, produce alambrón, casi el 70%, barras y redondo corrugado, con 325 personas. Esta planta, ahora en cuestión, puede producir 320.000 toneladas de barras y 730.000 de alambrón al año, que se emplean en el sector de la construcción para la elaboración de estructuras de hormigón armado. Por último, Arcelor cuenta en Bergara con la antigua AHB, donde elabora perfiles ligeros para construcción, con unos 17 trabajadores. En 2009, Arcelor cerró la acería de Bergara, dejando solo la actividad de laminación, y trasladó la producción de acero a la de Zumarrga para rentabilizar la acería con mayores producciones pero ni aún así parece rentabilizar la planta guipuzcoana.

Además, en Nafarroa la antigua Laminaciones de Lesaka, con 400 personas, es la otra gran factoría de Arcelor en Euskal Herria. Dicha planta se ocupa de la denominada fase de revestimiento pues elabora chapa galvanizada y pintada y tras la puesta en marcha del denominado Plan Bidasoa concentró buena parte de la actividad de Legasa.

Estas seis plantas concentran el grueso de la actividad de Arcelor Mittal en Euskadi aunque tiene más instalaciones como la de Berrioplano para fabricar paneles y secciones para cubiertas y fachadas.

Y eso sin contar con que Arcelor se ha hecho con el 33% de Condesa en una operación que implica a las plantas de Zalain Transformados de Lesaka y Perfrisa de Berrioplano, que entre ambas sumaban unos 440 trabajadores, así como la alavesa Condesa fabril.

En todo caso, el grupo Arcelor Mittal produjo en Euskadi unos 2,1 millones de toneladas de acero el pasado 2015, algo más de la mitad de los 4,1 millones de toneladas que se produjeron en total en tierras vascas.

Esta cifra da una idea de la importancia que tiene el grupo del indio Lakshmi Mittal, con sede en Luxemburgo pero dirigido desde Londres, en el tejido industrial vasco.

El problema es que la crisis en el Estado español, en especial en el sector de la construcción que ha sido el gran demandante de acero común, ha hecho que la producción de Arcelor en Euskadi haya bajado de 3,8 millones de toneladas en 2007 a 2,1 millones el pasado año, un importante descenso del 44%.

Y en este contexto, con un mercado interno lejos de lo que era y con la competencia del acero chino cuyas importaciones crecieron más del 50% el pasado año en Europa hasta los 7 millones de toneladas, una cifra no muy grande en términos absolutos pero que ha inducido, al entrar con precios hasta un 40% inferiores a los europeos, a un recorte generalizado de la facturación y los márgenes, la industria del acero en Euskadi con dueños tomando las decisiones en Inglaterra, Brasil o Italia no pasa por sus mejores momentos.

Mittal tomó el control de Arcelor en 2006 gracias a un importante crédito bancario con el apoyo de Goldman Sachs. Presionado por la deuda sus decisiones tienen la vista más en los resultados trimestrales bursátiles que en la planificación a largo plazo tradicional en el sector europeo.

Además las plantas vascas tienen una desventaja a los ojos de Arcelor y es que trabajan con hornos eléctricos y chatarra. Los costes de la energía eléctrica en el Estado son más caros, por ejemplo, que en Francia y la chatarra también. Por ello, Arcelor prefiere, además de saturar la capacidad productiva de otras instalaciones suyas, el acero de alto horno producido en base a carbón y mineral de hierro.

Y aquí hay un problema añadido porque Arcelor Mittal además de tener las acerías también es dueño de minas de hierro y carbón, y los precios de estos productos bajaron sustancialmente en 2015 hasta 96 y 55 dólares por tonelada, respectivamante frente a los 155 y 114 del año precedente. Ello implica que es difícil saber cuál es la verdadera rentabilidad de las plantas vascas del grupo siderúrgico.

Sí es una realidad que Arcelor está primando las instalaciones situadas en la costa con acceso directo al transporte marítimo por sus menores costes logísticos, lo que no deja en la mejor situación competitiva a fábricas como Bergara y Zumarraga si prosiguen los bajos precios del acero en los mercados y el exceso de capacidad en los productos largos, básicamente con destino a un sector de la construcción que no despega, en el Estado español.

En todo caso, la actual crisis siderúrgica es más de precios, por la incidencia china, que de demanda porque el consumo de acero en el Estado español sumó 12,6 millones de toneladas el pasado año, un 9,7% más que en 2014.