"La impresión 3D permite fabricar todo lo que puedas diseñar"
Fabricar impresoras 3D en Euskadi es la última aventura empresarial de Jon Bengoetxea, una persona que considera que esta tecnología ayuda a las empresas
BILBAO - En las últimas décadas se ha producido una transición hacia lo digital en todos los ámbitos y las fábricas no han sido ajenas a este fenómeno. Entre las novedades, la impresión en 3D y la fabricación aditiva son una realidad que cambia el sistema de fabricación y permite “mejorar los procesos de una empresa”, según Jon Bengoetxea, un emprendedor vasco que ha puesto en marcha la empresa Tumaker, un fabricante vasco de impresoras y escáneres 3D.
¿Qué es Tumaker?
-Es una empresa con solo dos años de vida. Somos lo que se considera una start-up radicada aquí en Euskadi. Estamos en Oiartzun. Ahí tenemos las oficinas de desarrollo y gestión y un pabellón de unos 500 metros cuadrados donde llevamos adelante la producción de equipos de tecnología de fabricación digital, impresoras y escáneres 3D. En el caso de las impresoras tenemos varios modelos en comercialización pero también trabajamos en impresoras a medida para los clientes. Para las empresas que precisan algo muy concreto, se desarrolla y se implanta.
¿Apuestan por el ‘made in Euskadi’ en su cadena de suministros?
-Una característica de Tumaker es que trabajamos con proveedores locales. Quiero destacar que detrás de nuestra tecnología, detrás de cada máquina que fabricamos hay una decena de empresas proveedoras de material o de ciertas técnicas que están aquí, desde Lasarte a Irun, por poner un ejemplo.
¿Hay base industrial y tecnológica en la CAV para desarrollar la tecnología 3D y la fabricación aditiva?
-Sin duda. Siempre estamos hablando del Silicon Valley, en Estados Unidos, como un referente del software. Pues bien yo siempre he dicho que el País Vasco es el Silicon Valley de la industria del metal, de la máquina herramienta. Es algo natural, consustancial con nuestra naturaleza industrial. En el País Vasco tenemos una especial fortaleza, un know-how adecuado para trabajar en estos ámbitos, con mucha proyección y mucho futuro por delante.
¿Qué objetivos tiene por delante una pyme como Tumaker?
-Somos una empresa de doce personas que quiere desarrollarse aquí porque tenemos los apoyos precisos. Nuestro planteamiento actual es consolidar la producción de las máquinas de impresión 3D que hacemos a medida. Queremos ser un agente colaborador importante para las empresas, de forma que las compañías cuenten con nosotros para desarrollar las tecnologías de fabricación aditiva en sus entornos y en sus máquinas. También tenemos otro proyecto más ambicioso a otra escala que no puedo desvelar todavía. Hablando de apoyos, sí podemos decir que la empresa CAF forma parte de Tumaker. Ha entrado como inversor en Tumaker y ahora podremos pasar de ser una iniciativa start-up a crecer como empresa incluyendo en ese crecimiento el acceso a los mercados internacionales. A futuro, nuestra idea pasa por crear una impresora 3D para masas que la pueda usar cualquiera y, lo que es más importante, crear las razones de uso de la misma en el consumidor.
¿Cuál es el destino de las máquinas que fabrican en Tumaker?
-En esta fase nuestros clientes son básicamente empresas industriales que utilizan nuestras impresoras 3D para construir prototipos y utillaje para sus procesos de fabricación. Esto es muy obvio pues las máquinas les permiten ahorrar costes y les dan flexibilidad para mejorar sus procesos.
¿Este mercado está creciendo?
-Sí. Ahora hay empresas que apuestan por esta tecnología para estar a la última en innovación y muchas más están a la espera, pero si ven que las otras lo hacen, se animan. En todo caso, sí vemos que va a más. No es una eclosión bestial pero hay evolución al alza que poco a poco crece más. Y el futuro es superprometedor, pues las consultoras creen que este sector va a multiplicar por cinco su volumen de negocio en pocos años. Si hoy mueve unos 3.000 millones de euros, en cinco años puede estar en 15.000.
¿Qué se puede hacer con la impresión 3D, una maqueta de un coche, una pistola, un chupete...?
-Se puede hacer cualquier cosa que se pueda diseñar en un software. Son casi infinitas las posibilidades salvando algunas limitaciones geométricas. Casi todo lo que diseñas se puede fabricar con todas las tecnologías 3D existentes, que son muchas y muy distintas. Abre una nueva vía al diseño. Democratiza todo. El que diseña en casa puede llegar a fabricarlo. Las utilidades van desde las médicas, de ocio o profesionales. Al final vas a poder tener una pequeña fábrica en tu casa. En nuestro caso trabajamos con deposición de polímeros, pero hay tecnología con metales. Con estos equipos puede escanear algo físico y convertirlo en digital y con las impresoras convertir algo digital en algo físico.
¿Qué precio puede tener una máquina de impresión 3D de calidad?
-Hay de todo, pero un buen equipo se puede conseguir por una cifra entre 1.500 y 2.500 euros. También se puede comprar una máquina china de baja gama por mucho menos. Pero hay que tener claro para qué se quiere esta tecnología. A nivel industrial es válida para prototipar, crear tu utillaje y para pequeñas series de producción. También para personalizaciones, pero no sustituyen a las grandes series de fabricación industrial.
¿Y el futuro?
- Lo revolucionario de las impresoras 3D es que permiten que personas normales puedan hacer productos propios.
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