Bilbao. Álvaro Videgain, presidente de la compañía siderúrgica alavesa Tubacex, uno de los dos mayores fabricantes de tubos de acero inoxidable sin soldadura del mundo, es una persona con un amplio conocimiento de la actividad empresarial a todos los niveles. Licenciado en Derecho y en Ciencias Empresariales por la Universidad de Deusto, Videgain ha realizado la mayor parte de su carrera profesional en la empresa de Llodio en la que ingresó en 1982. Ha conocido desde momentos duros, al borde del cierre con suspensión de pagos incluida, a situaciones brillantes y expansivas como la actual. Además su presencia en varios consejos de administración a lo largo de su vida, incluido el de la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD-Norte), le permite valorar la coyuntura actual con conocimiento de causa.
Los datos muestran una recuperación de la economía. ¿La industria nota también la mejoría?
-La mejoría económica está ahí. Y en el caso de la industria, al menos la de un cierto tamaño, es una alegría saber que la mayoría de la empresa vasca ya está muy internacionalizada y ha logrado salir de las situaciones complicadas de la crisis gracias, en buena parte, a la exportación. Otra cosa es la situación en negocios más domésticos ligados al mercado interior. Ahí la situación es más complicada.
¿Han notado las empresas una mejora de la financiación, un elemento que reducía la competitividad de las empresas vascas?
-En la actualidad la situación de la financiación empresarial en España ha mejorado mucho respecto a la existente hace un par de años. Obviamente la situación varía según el tamaño de las empresas pero en general ha mejorado sustancialmente. Hay bastante dinero en el mercado y a costes asequibles. Para cualquier proyecto empresarial interesante y serio hay financiación.
¿Faltan nuevas ideas empresariales que puedan ser rentables?
-Los buenos negocios siempre van a funcionar si tienen mercado y producto, y eres competitivo. Esos son elementos claves porque otros como la calidad y el servicio ya están implícitos. Las empresas que se mueven en estos parámetros tienen garantizado su futuro. De hecho, nosotros en Tubacex hemos cumplido 50 años en el mercado.
La reforma laboral ha sido una vieja aspiración de las empresas para adaptarse mejor a los cambios de los mercados pero, ahora, ciertas resoluciones judiciales hacen difícil saber a qué atenerse.
-No tengo las claves pero no entiendo muy bien algunas cosas. Considero que cuando se legisla se hace con el objetivo de favorecer a una sociedad en general y a un país, no para una clase concreta. Creo que se hace buscando el bien de todos por lo que cuando una decisión judicial cuestiona la decisión democrática de un Parlamento se complica todo un poco. En cualquier caso, las empresas lo que demandan en este y otros temas es una estabilidad. Entiendo que el tema de las relaciones laborales no es sencillo pero creo que una normativa que ayude a contar con cierta flexibilidad y que permita adecuar temas como salarios a las circunstancias del entorno competitivo tiene elementos positivos.
¿La fiscalidad es un elemento de competitividad para las empresas que son las organizaciones que generan riqueza y empleo? ¿Hay que considerar el tema fiscal como un instrumento de política económica?
-Sin duda. Considero que la fiscalidad debe utilizarse de forma proactiva para propiciar el desarrollo de la industria y ayudar a generar riqueza más que usarla solo como mero instrumento de recaudación. Pienso que si con una fiscalidad adecuada fomentas y propicias mucha actividad económica, al final siempre vas a recaudar más. Si se prioriza el recaudar, con un criterio cortoplacista, posiblemente la estrechez de miras te deje en una situación más complicada de ingresos. En cualquier caso, desde el punto de vista de la empresa, la estabilidad del marco normativo y regulatorio es un valor. Y si es necesario cambiar la normativa que se cambie pero no cada dos por tres.
Un elemento importante para mejorar la competitividad de las empresas es la formación de las personas. ¿APD ayuda a los directivos en esta faceta?
-Como su propio nombre indica la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) es una organización con un papel relevante en el quehacer diario de los ejecutivos. Nos ayuda a estar a la última en las herramientas de gestión. Es un punto de encuentro que sirve para ponerse al día respecto a los cambios normativos y fiscales, así como en las técnicas más modernas de gestión. ¿Que sí se ha notado la crisis aquí? Se ha notado pero nadie puede justificar su salida de APD por unas cuotas que son muy moderadas, y además es una organización muy flexible y cercana a los socios. Acerca los asuntos de mayor interés a Bilbao, Vitoria y San Sebastián y nos ayuda a ser mejores en nuestro trabajo.
¿Hay que mejorar la formación profesional?
-Hay que prestigiarla y, sobre todo, hay que incidir en la formación dual. Es preciso recuperar la figura de los aprendices en las fábricas. En Austria, donde tenemos una filial, funciona así y funciona muy bien. Hay que conseguir que el mundo educativo y el de la empresa estén más cerca, más relacionados y no sólo en la Formación Profesional.
¿Tiene que colaborar más la Universidad con la empresa?
-Seguro. Empresa y Universidad tienen que estar mucho más cerca. Tienen que trabajar conjuntamente. Creo que la empresa estaría encantada de ayudar a la Universidad directamente porque sería beneficioso para todos. Hay veces que una empresa necesita apoyo exterior para desarrollar soluciones por falta de conocimientos específicos o porque no tiene tiempo ni personal disponible para resolver ciertos problemas enfrascada como está en el día a día del negocio, y la Universidad esta ahí para que un grupo de gente formada y cualificada te pueda ayudar a solventar una problemática proponiéndote una serie de soluciones. Las empresas estarían dispuestas a compensar estas colaboraciones. Considero que la Universidad tiene que integrarse más con las compañías y con los aspectos prácticos.
¿La internacionalización de la industria es tan importante?
-Hoy en día, y cada día más, el mercado es global. Y si es global hay que estar presente fuera. La empresa industrial tiene que internacionalizarse. Sin duda alguna.
¿Las empresas del País Vasco necesitan mayor tamaño para poder ser más competitivas?
-El tamaño debe ser el adecuado para el mercado en el que quieres estar o para los productos que quieres vender. Un ejemplo, Tubacex no es una empresa muy grande en términos absolutos pero el mercado en el que operamos, el de tubos especializados de acero inoxidable sin soldadura, es relativamente pequeño y somos ya prácticamente el primer fabricante del mundo. Dicho eso, sí considero que en el País Vasco hay muchas pymes y es preciso hacer un esfuerzo entre todos para ganar más tamaño porque la unión hace la fuerza. Pero la verdad es que somos muy independientes y nos cuesta hablar con el de al lado.
Otro elemento clave para mejorar la competitividad de nuestras empresas y generar empleo es la innovación. ¿Se hace suficiente?
-La política económica impulsada por el Gobierno vasco basado en las denominadas 4 i: inversión, innovación, industria e internacionalización, está bien enfocada. La mejora continua es una necesidad básica diaria y la innovación es clave y todo lo que dediquemos a este capítulo es poco. No es fácil pero la verdad es que invertimos poco en innovar. Innobasque quiso movilizar a toda la sociedad del país en aras a valorar la innovación como se debe y fue un acierto pero llegó la crisis y las prioridades van por pueblos.
La crisis que estalló en 2008 y ciertos comportamientos poco edificantes que se han conocido han puesto sobre la mesa la importancia de los valores en la sociedad.
-Hay que recuperar ciertos valores tradicionales como el reconocimiento del trabajo bien hecho, el esfuerzo, la honradez, los comportamientos éticos. Una sociedad no debería perder nunca estos valores porque sin ellos todo es más complicado.
“La fiscalidad debe utilizarse de forma proactiva para propiciar el desarrollo de la industria vasca y ayudar a generar riqueza”
“Hay que recuperar valores tradicionales como el reconocimiento al trabajo bien hecho, el esfuerzo, la honradez y la ética”
“La financiación ha mejorado sustancialmente y ahora las empresas tienen acceso al dinero y a costes asequibles”