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"Nadie te prepara para una crisis, pero sí para tener espíritu emprendedor"

Con el premio concedido a Cafés Baqué, Sabino Arana Fundazioa ha querido reconocer "el buen hacer de los vascos a nivel empresarial". Ahora al frente de esta empresa centenaria están dos mujeres jóvenes que mantienen el compromiso con la sociedad vasca

Bilbao. Sobre los hombros de María Baqué y Esther Eguren recae la responsabilidad de dirigir una empresa con casi un siglo de vida, de sortear los obstáculos que la crisis ha puesto en su camino y de sacar al mundo una firma con fuertes raíces vascas. Cuarta generación de empresarias dedicadas al café, María y Esther conservan la esencia de una forma de trabajar al mismo tiempo que innovan y amplían.

¿En el caso de Baqué, en qué se concreta el "buen hacer"?

Nuestra apuesta siempre ha sido la de tener un proyecto familiar enraizado en el País Vasco, para aportar aquí, creando puestos de trabajo y contribuyendo a generar riqueza en el país.

Encabezan una empresa de casi un siglo, ¿qué elementos propios provienen del pasado y cuáles se han incorporado para modernizarla?

La marca y la filosofía de empresa siguen siendo las mismas: una empresa familiar orientada a crear riqueza y empleo en el entorno del Duranguesado y en el de todo el País Vasco. Con esa idea en la mente, como es evidente, nos hemos modernizado muchísimo en el proceso productivo, en la gestión del equipo humano, en la profesionalización de los puestos de trabajo, en la diversificación de productos e incluso en la exportación.

¿Cuánto pesa la responsabilidad de un apellido que tiene detrás una empresa y un proyecto centenario?

Pesa tonelada y media (se ríen)... pesa todo. Este es un proyecto en el que estamos desde que nacimos y por el que seguimos trabajando por el patrimonio más importante de Cafés Baqué: 116 familias.

¿Creen que los valores de la empresa familiar ayudan en la gestión en estos tiempos tan duros?

La cercanía es uno de nuestros grandes valores y esto mismo lo aprecian nuestros consumidores y clientes. La flexibilidad y rapidez en la toma de decisiones es un gran valor de las empresas familiares. Consideramos que, ante la crisis, estas capacidades son incomparables con las de una multinacional.

Ustedes que son la cuarta generación al frente de la empresa ¿han aprendido mucho de sus predecesores?

Lo hemos aprendido todo, aunque estos últimos años han sido un máster en sí mismos. Nadie te prepara para una crisis, pero sí para tener espíritu y carácter emprendedor para seguir apostado por el proyecto.

¿Están preparando ya a una quinta generación?

Nuestros hijos son todavía pequeños y nosotras todavía somos muy jóvenes (se ríen). Tenemos cuarta generación para rato.

¿Resulta difícil mantenerse fiel al territorio y a los orígenes en una economía globalizada?

Somos muy fieles a nuestra tierra pero tenemos un producto que se consume en todo el mundo y en Baqué también hemos apostado por la internacionalización manteniendo la esencia y espíritu de nuestra marca.

La apuesta de Cafés Baqué por la mejora continua, la calidad y la innovación ha tenido éxito hasta ahora, ¿se plantean algún cambio en la gestión o la línea de negocio?

El futuro es el día a día: el cómo te ven tus clientes y consumidores. Ellos son quienes apuestan por nosotros y el motivo por el que estamos aquí. El cambio más importante que vamos a llevar a cabo en este 2014 es el paso a preventa en la red comercial y esto nos va a permitir tener mayor contacto -aún más si cabe- con nuestros clientes y una atención más profesionalizada y personalizada. Ya en 2012 incorporamos a nuestra cartera de productos otros distintos al negocio en sí, como el vino y la cerveza. Productos que han gustado y que nos permiten interrelacionarnos con el cliente y contarle cosas nuevas y diferentes que le dan valor a su negocio.

¿Su empresa ha sufrido los efectos de la crisis económica?

Hemos sufrido el descenso que ha registrado el consumo en general. La hostelería está atravesando unos momentos durísimos y nosotros como proveedor importante en su negocio también los hemos padecido. Pero queremos resaltar nuestro compromiso con ellos: estamos en el mismo barco a las duras y a las maduras. En el hogar el consumo también ha descendido pero se ha sustituido por otro, el famoso boom de las cápsulas compatibles con Nespresso que Baqué también comercializa con éxito. Nuestras ventas han descendido respecto al 2010. Hemos tenido que ajustar la plantilla solo levemente, gracias al compromiso del personal de Cafés Baqué que ha asumido una reducción salarial respecto a años anteriores. Sin esto, nuestro proyecto no hubiera podido seguir adelante.

¿Ha cambiado mucho el mercado vasco y el de los territorios donde Cafés Baqué tiene presencia?

Todo cambia. Los gustos, los hábitos... son efectos de la globalización, las modas, la publicidad. Menos mal que tenemos un producto que siendo tan tradicional es bastante estable, aunque la verdad es que el fenómeno de las cápsulas ha dado un gran giro al mercado del café y a su forma de preparación. Aún así, seguimos siendo de cafés de tueste natural y más arábicas que robustas. Aquí gusta el café de calidad.

¿Sigue siendo un mercado con altos niveles de consumo?

A pesar del descenso de consumo, se sigue tomando café... menos mal.

¿Ahora prima el precio o la calidad?

El hostelero que apuesta por su negocio, donde el café juega un papel importante en sus ingresos diarios, valora la calidad, el servicio y la profesionalización. Todo depende de cuál sea tu apuesta. En Baqué tenemos distintas gamas de productos que cubren distintas necesidades.

Marcas blancas, multinacionales, café en cápsulas... ¿contra qué o quién compiten?

Nosotros mismos somos nuestro mayor competidor. El consumidor de hoy cada vez es más exigente y no debemos bajar la guardia ni un segundo. Tenemos que seguir trabajando por hacer mejor las cosas y estar alerta sobre lo que hacen las grandes empresas para que no nos coman la tostada. Cafés Baqué está compitiendo en todos los mercados con una gran diversidad de productos y con la calidad como bandera. Ése es nuestro fuerte.

¿Qué opinión le merecen enseñas de tanta notoriedad como Starbucks o Juan Valdez?, ¿sería posible crear algo así desde Euskadi?

Somos una marca claramente posicionada en la mente del consumidor. Desde hace años estamos trabajando con lemas potentes que demuestran la esencia y espíritu de la marca: "Tu sabor más cercano", "Gure kafe marka" y el más reconocido de todos y por el que seguimos apostando que es "Aquí, café se dice Baque/Hemen, kafeari Baque esaten diogu". Ojalá algún día pidamos un Baqué con leche.

Cuando entran en una cafetería y ven que no usan café Baqué ¿se marchan o piden otra cosa?

Nunca dejamos de tomar café porque sea de la compe, al contrario, lo tomamos y procuramos hablar con ellos para ver si están contentos o si les gustaría que pasara un comercial nuestro.

¿Cómo les contaban cuando eran niñas los comienzos de la empresa?

Las historias del bisabuelo, de los comienzos en Bilbao, el traslado a Durango, las inundaciones eran los temas de conversación de muchas reuniones familiares. Las vueltas de la vida y los acontecimientos que han pasado en estos últimos 15 años han hecho que hoy estemos aquí y que esta Fundación reconozca la labor de toda una trayectoria empresarial. Este reconocimiento es para todos.