BILBAO. El dueño de Formica, el grupo Fletcher Building, concentrará toda la producción del Estado español en la planta de Albal (Valencia) tras cerrar la fábrica de Galdakao. A tal fin ha provisionado 26 millones de dólares neozelandeses, unos 16 millones de euros, según el máximo responsable del grupo, Mark Adamson. El accionista no contempla cerrar ninguna otra de las factorías con que cuenta en Europa.
Formica Group cuenta con cinco plantas en la UE, dos en el Estado español -Galdakao y Albal (Valencia)-, dos en Reino Unido -North Shields y Newton Aycliffe-, y una en Kolho (Finlandia).
Adamson ha comunicado que mantendrá una parte de la administración central en Bilbao y que ofrecerá a algunos trabajadores el traslado a la factoría de Valencia. Esta planta aumentará su producción con el cierre de Bilbao pero, en cualquier caso, la reducción de 180 empleos es, a día de hoy, definitiva.
Valencia, según Adamson, será el abastecedor de Formica para el Estado español y el sur de Europa.
El comité de empresa de la planta de Galdakao se reunirá a partir del lunes para convocar movilizaciones en señal de protesta contra la decisión del accionista de cerrar la fábrica por una supuesta falta de rentabilidad. Aunque los trabajadores eran conscientes de la menor producción de la planta, "estaríamos al 50%", no esperaban una decisión tan drástica. "Pensamos que nos iban a pedir una bajada de sueldos", señalan. Los trabajadores han conseguido ya que todos los grupos políticos del Ayuntamiento de Galdakao mostrasen, a través del alcalde, Ibon Uribe, su apoyo a la plantilla.