Bilbao. Ipar Kutxa y Caja Laboral mantienen conversaciones formales para la integración de las dos cajas "en un proyecto cooperativo común", según explicaron ayer fuentes de ambas entidades. La operación permitiría dar a luz una única entidad fuerte, que sería la tercera en número de activos en Euskadi, por detrás de BBVA y Kutxabank. Un proyecto enfrentado al de los bancos, ya que se impulsaría el modelo de caja cooperativa. Un modelo que, con diferencias, ya aplican las dos entidades. La Laboral es una caja donde los trabajadores son dueños de la empresa, una cooperativa al uso. Ipar Kutxa en cambio puede tener cooperativistas (unos 6.300 en total) que no sean trabajadores, y algunos empleados no son cooperativistas, aunque en torno al 90%, según fuentes de Ipar Kutxa, sí lo son.

Según ha podido conocer este diario, ambas entidades estudian una fusión en la que, pese al mayor tamaño de Caja Laboral, ambas mantendrían su esencia y por tanto no sería la integración de una en la otra, sino una unión de fuerzas y sinergias casi de igual a igual.

Aunque se desconoce si con una única marca o con las dos actuales, fuentes de Ipar Kutxa aseguraron ayer que "aunque es pronto para decirlo, lo más probable es que tras la eventual integración se opere con una sola, para poder aprovechar más las sinergias que puedan surgir de la operación". Desde Caja Laboral subrayan que todo está en fase inicial y que aún no se ha definido el proyecto, por lo que se está estudiando el posible encaje de la operación en todos los aspectos.

En cualquier caso, el nuevo proyecto pretende reforzar esa "otra forma de hacer banca", que los dirigentes de las dos entidades consideran que ambas aportan al sistema financiero vasco. En definitiva, la apuesta del modelo de caja cooperativa frente al de los bancos.

La mayoría de las cajas de ahorros tradicionales se han transformado en bancos en los últimos meses, incluidas las cuatro vascas -CAN, Kutxa, Vital y BBK-, lo que ha provocado casi la práctica desaparición de este modelo en el sistema. Ello puede dejar un hueco en el mercado, el de los clientes que no creen en la bancarización y apuestan por las cajas, en este caso cooperativistas. De hecho, según ha podido constatar DEIA, en los últimos meses estas dos entidades ya han percibido esa tendencia en sus oficinas. La operación podría así convertirse en una apuesta estratégica para aprovechar las oportunidades de ganar cuota de mercado en el mercado tradicional de las dos entidades, Nafarroa y la CAV.

Ayer, el presidente de Mondragón Corporación -a la que pertenece Caja Laboral-, José María Aldecoa, afirmó que son dos entidades "complementarias" y que su fusión dará lugar a un proyecto "más potente y adecuado para el futuro" y que será "interesante para todas las partes". Agregó que "unimos la parte de las actividades industriales cubiertas por una con el sector primario".

Según el comunicado de las dos cooperativas, "el proyecto se asentará como tercera entidad financiera del País Vasco y segunda cooperativa de crédito en el Estado", reforzando su posición "especialmente" en los territorios de Bizkaia y Araba. Desde Caja Laboral destacaron ayer el impulso "muy importante" que supondrá esta fusión en el caso de Bizkaia especialmente, "el territorio con mayor potencial". La unión de ambas aportaría 155 oficinas en el territorio a la futura entidad que tendría así una considerable presencia.

Si bien es cierto que la integración podría aportar duplicidad de oficinas en algunos municipios, donde incluso las cajas operan puerta con puerta -principalmente en Bizkaia y Araba, puesto que Ipar Kutxa solo tiene cinco oficinas en Gipuzkoa-, desde entidad dirigida por Carlos Osés fueron tajantes ayer, al subrayar que "no habrá despidos". "Puede que nos sobren lonjas, pero no personas. Nuestra apuesta es por los clientes, por una atención mayor y no cambiaría".

Además, el comunicado oficial de anunció que, de cara a los empleados, se facilitará su incorporación como socios del proyecto cooperativo, "garantizando los puestos de trabajo y condiciones", de forma que "en caso de que el nuevo proyecto requiera de alguna medida de ajuste, esta será gestionada desde la voluntariedad y el acuerdo, habilitando para ello planes de dinamización pactados".

Según ha podido saber este diario, los trabajadores de Ipar Kutxa podrían pasar, si así lo pidieran, a ser socios de trabajo del futuro proyecto, igualándose de este modo a los de Caja Laboral. En cuanto a los socios, ambas entidades comentaron ayer que propugnarían la equiparación en todos los derechos y obligaciones entre los diferentes colectivos de socios de ambas entidades.

Con buen fin De momento el proyecto está en una fase muy preliminar, aunque desde ambas entidades se apostó por esta operación. Desde la caja vizcaina aseguraron que "son más las cosas que nos unen que las que nos separan, por lo que mostramos nuestra confianza en que todo culmine correctamente". Por parte de Caja Laboral, el discurso era similar y afirmaron que "nuestra voluntad es que llegue a buen puerto".

Por su parte, el lehendakari, Patxi López, afirmó ayer que todo lo que sea "fortalecer el músculo" de las entidades vascas será "positivo" para el conjunto de Euskadi. Además, el jefe del Ejecutivo vasco añadió, desde Delhi, que Euskadi necesita "entidades fuertes que, además, se impliquen en la sociedad en la que viven, respaldando nuestro tejido industrial, empresarial y económico".