Madrid. El Banco de España ha adjudicado la Caja Mediterránea, como se preveía, al Banco Sabadell por un precio simbólico de un euro, operación que se materializará una vez que el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) suscriba una o varias ampliaciones de capital de la entidad por importe de 5.249 millones de euros, según anunció ayer el propio Banco de España. Las ayudas a esta compra además se materializarán de más maneras.

Adicionalmente, la entidad presidida por Miguel Ángel Fernández Ordóñez ha decidido que el plan de reestructuración de la CAM contemple que el Fondo de Garantía de Depósitos conceda a la entidad intervenida un esquema de protección de activos por el que asumirá el 80% de las pérdidas derivadas de dicha cartera durante un plazo de diez años.

Por su parte, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria asumirá compromisos contingentes con la CAM destinados a garantizar el acceso de la entidad a determinadas fuentes de financiación de las que dispone actualmente.

Dada la participación del FGD en el plan de reestructuración, el Banco de España garantiza que la operación no tendrá impacto en la ejecución presupuestaria del Estado, por lo que no habrá ayudas públicas.

Por su parte, el presidente del Sabadell, Josep Oliú, dijo el pasado lunes que la operación no iba a poner en riesgo el futuro del banco catalán.

Al tiempo que se difundía la información sobre la adjudicación de la CAM, la Comisión Nacional del Mercado de Valores decidió suspender la cotización de los títulos de Banco Sabadell y la CAM.

El Sabadell se revalorizó un 1,07% en la sesión de ayer, en tanto que la caja perdió un 9,35%, hasta los 1,260 euros.