bilbao. El Laida, un buque de la Naviera Murueta cargado de fertilizantes con ocho tripulantes a bordo -dos de ellos vizcainos y uno guipuzcoano-, permanece desde el 4 de julio retenido en el puerto tunecino de Gabes por una huelga de estibadores. Los marineros se encuentran "bien de salud y con todas las necesidades cubiertas", según el armador bilbaino, aunque la mercancía podría estropearse si el conflicto se alarga, con las consiguientes pérdidas económicas para la compañía.

Hace casi dos semanas que el Laida debería haber abandonado las costas de Túnez con destino al puerto de Bilbao, donde debía entregar un pedido de más de 5.000 toneladas de superfosfato -un fertilizante- para la multinacional Fertieuropa. Sin embargo, al salir del puerto de Gabes, el barco fue retenido por un grupo de estibadores en huelga y fue obligado a volver a echar amarras. Lo mismo les ha sucedido a otros siete buques europeos, que permanecen también retenidos.

Los hechos ocurrieron el 4 de julio y los huelguistas informaron a la tripulación de que al día siguiente se reunirían con el Ministerio de Transporte de Túnez para tratar de llegar a un acuerdo y dar por concluida la huelga. Sin embargo, en aquella reunión "solo se llegó al acuerdo de volver a reunirse al día siguiente, y así seguimos hasta hoy", explicaba ayer Máximo Gutiérrez, consejero delegado de Naviera Murueta.

Desde el armador bilbaino aseguran que los ocho miembros de la tripulación pueden salir y entrar al barco para cubrir sus necesidades sin problemas, aunque las perspectivas no son que el conflicto se resuelva pronto. "Nosotros seguimos pagando 750 euros diarios por estar en el puerto", dice Gutiérrez, que teme por el estado de la carga y las importantes pérdidas económicas que se puedan derivar del conflicto si los fertilizantes se estropean con la humedad. "Su descarga en ese caso sería muy costosa en tiempo y dinero", afirman desde Murueta.