BILBAO. Red Eléctrica Española (REE) se ha planteado como reto activar este año la futura conexión submarina que unirá los Estados español y francés a través de un cable eléctrico. El tendido cruzará el Golfo de Bizkaia desde un punto de la costa vasca, muy cerca de Bilbao, hasta el ámbito de influencia de Burdeos (Aquitania). El objetivo es reforzar la deficiente interconexión del sistema eléctrico estatal con Europa, y tener una válvula de escape en la red cuando la producción de energía supera la demanda de empresas y ciudadanos. Los profesionales de REE están obligados a hacer auténticos equilibrios en la generación eléctrica debido a la falta de un enganche eléctrico robusto con el resto del continente. Su función consiste en controlar los consumos y acompasar la producción de energía.

En esa dinámica activan y desactivan plantas de generación. Cuando la demanda sube, se ordena el arranque de centrales. Si baja, se detienen y se desenchufan del sistema; pero la red siempre tiene el caudal que necesita. Ese juego tiene sus riesgos porque puede darse la circunstancia de que REE se vea obligada a parar un parque eólico cuando el viento sopla y que los molinos estén activos sin funcionar por falta de viento. Simplificando mucho, el cable Bilbao-Burdeos será un grifo que permanecerá cerrado cuando la producción de energía en el Estado se ajusta a la demanda y que se abre cuando es necesario evacuar excedentes de generación. También puede ocurrir que el grifo se abra si la generación no cubre las necesidades, si bien los problemas de producción son muy puntuales.

plazos de construcción Todo el proyecto está en el aire, a la espera de que el Gobierno español y la Unión Europea consigan que Francia se sume a la iniciativa. Para que se cumplan los plazos previstos por REE, que quiere el cable entre en funcionamiento en 2016 -lo más tarde en 2017- es necesario que se firme antes de diciembre el protocolo de intenciones entre los países implicados. Una vez cumplido ese, en principio, trámite, Red Eléctrica iniciará la compleja fase de redacción del proyecto con un análisis exhaustivo del fondo marino del Golfo de Bizkaia para determinar el trazado. Uno de los obstáculos principales es la profundidad ya que la llanura abisal de la costa vasca es muy acentuada.

A muy pocas millas mar adentro, la segunda franja de profundidad tiene desniveles de entre los 200 y los 2.000 metros. El siguiente salto alcanza los 4.000 metros. Además, el proyecto incluye tres cables en paralelo, dos de transmisión y uno de retorno, separados por un metro. Será necesario por tanto encontrar zonas de casi cuatro metros con un nivel similar. Eso obligará previsiblemente a diseñar un trazado pegado a la costa, debido a que el peso del cable puede llegar a hundir el barco que lo instala si el lecho marino está profundo. El récord se alcanzó hace unos años en la línea que une Cerdeña con Italia, 1.600 metros.

Además, se tendrán en cuenta también cuestiones medioambientales. La compañía está a punto de concluir el tendido submarino que unirá Palma de Mallorca con la península por Sagunto y en ese caso el cable atraviesa una colonia de alga posidonia por el lugar donde menos afecta a su desarrollo.

Tras definir el trazado, se encargará su fabricación. Solo hay dos empresas en el mundo, una italiana y otra noruega, que realizan cables de este tipo y también se ocupan de su instalación porque cuentan también con los dos únicos barcos preparados.

Por el cable submarino circulará corriente continua para evitar pérdidas en el transporte por la gran longitud de la línea (260 kilómetros), mientras que a los hogares llega corriente alterna. Por ello será necesario construir dos estaciones conversoras a ambos extremos del cable. Se da por hecho que las inversión superará los mil millones, sobre 1.500 millones de euros.