Bilbao. Las asambleas de Caja Extremadura, Cajastur y Caja Cantabria decidieron ayer rechazar su integración en el sistema institucional de protección (SIP) junto a Caja Mediterráneo, que sí lo aceptó. Fruto de ese acuerdo, ahora roto, se iba a fundar el Banco Base y era el tercer grupo de cajas por volumen del Estado. Los desacuerdos internos han acabado por romper el acuerdo previo.

Cada uno de sus miembros deberá ahora empezar desde cero a buscar nuevas operaciones. Es probable que Caja Extremadura, Caja Cantabria y Cajastur busquen su proyecto de forma conjunta. El futuro más incierto es el de la CAM, que probablemente sea puesta a la venta por el Banco de España.

A la vista de la decisión, el Banco de España comunicó ayer que requerirá a las cuatro entidades que le comuniquen "inmediatamente" las estrategias a seguir para cumplir con los mínimos de capital exigidos. Banco Base había remitido el pasado día lunes un escrito con su estrategia de capitalización, que ha quedado sin efecto.