Bilbao - La imagen de la ACT sufrió un golpe ayer debido a los problemas organizativos vividos en la Bandera CaixaBank disputada en Castro Urdiales. Los incidentes a la hora de preparar el campo de regatas y los problemas con una de la boyas de la salida hicieron que la regata tuviera que cambiar el formato previsto y celebrarse una contrarreloj, sin poder contar tampoco con el semáforo para marcar las salidas y siendo un juez el encargado de marcar la puesta en marcha de las traineras. Por si fuera poco, todas las maniobras realizadas para solucionar esta situación solo sirvieron para retrasar considerablemente el horario programado para disputarse las regatas. Fue un regreso al pasado. Tras varios años sin incidentes en la organización y con una progresión muy positiva a la hora de organizar las banderas, ayer las cosas no salieron bien y se recordó aquella época en la que los problemas de balizaje no eran tan extraños. En todo este caos, Zierbena fue el que mejor se supo adaptar. Los galipos marcaron los mejores tiempos en cada ciaboga y ganaron con seis segundos de ventaja sobre un resurgido Urdaibai.

La ACT pidió disculpas en un comunicado por una situación que provocó malestar a todos los equipos. La bandera pasó a disputarse en contrarreloj y en un horario diferente al previsto, con unas condiciones en el mar mucho más complicadas de lo esperado. La estrategias tuvieron que cambiar. Todas las traineras por la misma calle y sin la posibilidad de jugar mucho con los rumbos para entrar por el lado más favorecido. Aunque este escenario no borró el espectáculo de un plumazo. A falta de la emoción que ofrece ver a las cuatro traineras luchando proa con proa, las condiciones de la mar añadieron mucho trabajo a todas las tripulaciones. El viento y las pequeñas pero muy irregulares olas hicieron que fuera complicado llevar la trainera con un rumbo fijo. Los proeles tuvieron que cambiar el remo de un lado a otro constantemente, los patrones se las vieron y desearon para mantener los rumbos y las dos bandas tuvieron que ayudar al timón más de lo habitual.

Fue un día duro, en el que lograr un adaptación rápida fue fundamental. Encontrar las sensaciones lo antes posible y tratar de disfrutar ligeramente en un campo de regatas con una mar muy picada. Zierbena fue el primero en marcar los mejores tiempo y ante sus remeros se abrió un panorama muy esperado y a la vez perseguido desde el inicio. La cuadrilla entrenada por Juan Zunzunegui es una de las más regulares de estas primeras regatas y apenas tienen días malos en su historial. Pero en el transcurso de un año el resultado es lo que marca la nota final, la bandera transformadora de temporadas. El primer gran objetivo de todas las traineras. Zierbena no es una excepción. Sin embargo, muchos palos se cruzaron en el camino galipo, banderas escapadas por pocos segundos en campos de regatas que se hicieron demasiado cortos o demasiado largos. Un hambre que no paró de crecer desde la regata inaugural. Ese ansia voraz que ejerció de impulso en un día en el que no hubo rivales a la vera y solo el cronómetro ejerció presión.

Gran regularidad Zierbena pulverizó registros uno tras otro. Hondarribia, ganadora de la segunda tanda, quedó fuera de la batalla, relegada otra vez más en un fin de semana nefasto para sus intereses ligueros. Urdaibai fue el rival que acabó más cerca, pero nunca entró en el margen de los tres segundos. Mientras los tiempos de Santurtzi cayeron en picado para acabar sexto y Orio no fue el habitual devorador de banderas. Zierbena dejó de lado las dudas a partir de la txanpa inicial. Tuvo dificultades para marcar diferencias con la Bou Bizkaia y en la primera ciaboga solo ganaba por dos segundos. Aunque el plan galipo era claro y la ambición mayúscula. Su ritmo de crucero empezó a abrir diferencias y en popare disfrutó del infierno. Ese bloque obligado a reestructurarse en invierno a toda velocidad, trabajó como si fuera una tripulación curtida en muchas temporadas. Apenas cometió errores y en el último largo, cuando Urdaibai echó el resto para colocarse a siete segundos, mantuvo la sangre fría y no dejó que la bandera se escapara.

La victoria volvió a esquivar a Urdaibai pero los bermeotarras no acabaron disgustados por su actuación. La regata de ayer sirvió para confirmar que su trabajo empieza a dar resultados y su progresión es una evidencia. Entraron en la tanda de honor con su cuarto puesto del sábado y ayer en la contrarreloj, con las condiciones muy igualadas, supieron defenderse para acabar en segunda posición.

También sonrió ayer Lekittarra. Isuntza redondeó su buen fin de semana con un octavo puesto que le aleja del descenso. La otra cara de la moneda fueron Ondarroa y Kaiku. Las dos embarcaciones estuvieron lejos de su nivel. Los ondarrutarras fueron décimos y la Bizkaitarra se fue hasta el farolillo rojo.