PARA mí es muy grande que Aimar me ayude. Tenemos una gran amistad. Él me llamaba desde que debuté para entrenar”, dice Mikel Urrutikoetxea, quien admite que “es mi referente”. Por su parte, Aimar Olaizola (Goizueta, 1979) habla con mimo de Mikel, al que conoce desde que “era un chaval”. Entonces, el joven vizcaino, un tallo, flaco, fibroso, era ya uno de los elegidos por Asegarce para formar parte de la plantilla de la promotora bilbaina. Y el goizuetarra le echó el ojo para que formara parte de su equipo de entrenamiento para sus compromisos más importantes. El delantero más veterano del cuadro y uno de los mejores de la historia tomó al joven zaratamoztarra por banda y observó su evolución de primera mano. En una década de complicidad han llegado a compartir gerriko en el Campeonato de Parejas, ganando la txapela, y a enfrentarse en la final del Manomanista de 2015, que venció el pelotari vizcaino, en la contienda que rompió el destino de la pelota a mano profesional de Bizkaia, que volvió a saborear el cetro después de 38 años de espera. Olaizola II es el maestro. “Es un espejo en el que todos los pelotaris nos tendríamos que mirar, tanto por su juego como por su personalidad”, dice el zaratamoztarra.

El goizuetarra está devolviendo el favor a Urrutikoetxea, compartiendo sesiones de entrenamiento para preparar el desembarco del de Zaratamo en el mano a mano, donde está rayando a un gran nivel. El navarro desentraña que se está encontrando con un pelotari que mejora en cada escalón que asciende. Cada día sube un poco. “Ahora está muy bien”, analiza el navarro, que tiene en su palmarés 26 finales en el campo profesional -ocho del Cuatro y Medio, siete del Parejas, diez del Manomanista y una del Manomanista de Segunda- y 15 títulos -siete del Cuatro y Medio, tres del Parejas, cuatro del Manomanista y uno del Manomanista de Segunda-. El veterano sabe de qué habla. Conoce cada detalle de una final. Tiene un ordenador en la cabeza. El de Zaratamo y el goizuetarra -además de Pablo Berasaluze, técnico y botillero de Mikel- compartieron capilla en el entrenamiento del jueves 23 de mayo, en el que el vizcaino tomó la decisión de aplazar el decisivo encuentro por problemas en la zurda, que pasó del 2 de junio al presente domingo. “Llevo entrenando con Mikel desde el principio del campeonato y le veo cada vez mejor. En los ensayos se le nota. Está en un momento muy bueno. Estando mal no se puede llegar a una final. De cabeza está bien y en buen estado. Lo más importante es que recupere la mano”, analiza el veterano delantero del cuadro de Baiko, quien reconoce que “para el Manomanista, lo primero siempre suele ser tener cualidades y, después, estar en buen momento. Mikel cumple los dos requisitos”.

Al final, Aimar conoce desde los “17 años” al puntillero, que debutó con 20. Le ha visto crecer. Evolucionar. “Casi siempre hemos entrenado juntos. Le aprecio un montón y tenemos una relación muy buena. Me ha ayudado muchas veces y ahora me toca a mí”, analiza el navarro, quien cuenta que “antes era otro tipo de pelotari. El cuerpo le ha cambiado. Ha ganado mucha resistencia. Con la izquierda ha aprendido mucho”. Y es que, una de las principales cuestiones que extrae Olaizola II es que “a la gente le extrañaba la fuerza que tenía con lo flaco que era”. Ahora, más poderoso, se ha equilibrado. Sin embargo, Aimar evita hablar de un “mejor” momento. “Ha tenido temporadas en las que ha jugado muchísimo. Le estoy viendo muy bien mano a mano, pero otros años ya había jugado muy bien. Después, para entrar en las finales influyen otra serie de cosas. Urrutikoetxea siempre ha demostrado que es uno de los mejores”, define Olaizola II.

El análisis de la final El maestro tampoco se moja a la hora de analizar la final del domingo en el frontón Bizkaia de Bilbao, ya que la ve “muy abierta”. No hay pronóstico claro. “Va a ser muy importante el momento de forma de cada pelotari. Los dos tienen nivel para ganar la txapela”, desgrana. Acerca de Iker Irribarria, rival de su “amigo”, Olaizola II contempla que “ha ido a más”. “Iker no ha tenido un bajón como se ha comentado. Los contrarios juegan mucho y cuesta ganar. Pudo perder contra Víctor y se podría haber dicho lo mismo. No ha cambiado desde 2016. Es el mismo”, argumenta. Eso sí, en cuanto habla con el corazón lo tiene claro: “Quiero que gane Mikel, pero será muy complicado”.