Duración: 50:40 minutos de juego.

Saques: 1 de Ezkurdia (tanto 20).

Faltas de saque: 2 de Jaka.

Pelotazos: 282 pelotazos a buena.

Tantos en juego: 12 de Ezkurdia y 10 de Jaka.

Errores: 4 de Ezkurdia y 7 de Jaka.

Marcador: 0-1, 1-1, 5-1, 5-2, 11-2, 11-4, 14-4, 14-10, 17-10, 17-13, 20-13, 20-14 y 22-14.

Incidencias: Partido correspondiente a los cuartos de final del Campeonato Manomanista de la LEP.M disputado en el frontón Labrit de Iruñea. Buena entrada. En el primer partido, Artola-Eskiroz ganaron a Víctor-Ibai Zabala (14-22). En el tercero, Bakaikoa-Etchegoin vencieron a Arretxe II-Salaverri (11-18).

Bilbao - El Manomanista es una tortura, cuya especialidad reside en amargar los estrenos a los pelotaris más glamurosos. Es un mentiroso: canta como una sirena al oído en los días previos y truena con melodías de réquiem sobre la cancha. El Manomanista vive en la montaña rusa y estruja la realidad de los duelistas, gladiadores en 36 metros. Sobre la arena todo pasa a velocidad de vértigo; fuera, en cambio, el cronómetro se empotra una tila. El Manomanista quiere feria. El Manomanista quiere circo. El Manomanista quiere sangre.

Joseba Ezkurdia se montó en la noria en su debut en la distancia. Arriba y abajo; abajo y arriba. Cosas del Manomanista. El delantero de Arbizu vivió en el Labrit de Iruñea un tránsito por fases, que terminó con el pase a las semifinales al tumbar a Erik Jaka, peleón. Fue a base de oficio y sufrimiento, gracias a sacar lustre a un inicio en el que tuvo todo de cara, pero que estuvo a punto de dilapidar por las acometidas de su contrincante. La irregularidad del terreno, más aún cuando los pelotaris no llegan a la docena de encuentros en el mano a mano a lo largo de toda la temporada, pasó factura al de Sakana, cuya presencia física y dominadora elevó su propuesta por encima de la de su contrincante, bien plantado pero sin suerte. A pesar de que el marcador tuvo siempre un tufo colorado, Jaka fue un mal cliente. El de Lizartza puso en aprietos al navarro a mitad de cita, cuando la violencia de su pelotazo templó el nervio. Erik se arrimó con peligro.

Fue un alivio para el guipuzcoano, porque acumulaba una losa pesadísima. Ezkurdia comenzó de cara: 11-2 y con muy buenas sensaciones. El espejo para el futuro. La dirección del pelotazo colocó en problemas a Jaka. El navarro engordó el marcador con una defensa que arrebató el perfil rumboso a su adversario. La ejecución de Ezkurdia fue soberbia en el descorche, mostrando razones imperiales en el juego -especialmente, en la precisión de su movimiento en la cancha-. Mandón. Jaka, inerme, aguantó el chaparrón y la chapa se cebó con él. Con el 14-4 sumaba tres.

Así las cosas, la potencia de Ezkurdia se estrelló en un resto de habilidad del lizartzarra. Fue tanto. Cambió la película. El Manomanista tiene alma de feria. La noria de Joseba se acercó al suelo. ¡Abajo! Jaka, habilidoso, sacó a relucir una zurda preciosa. Cosió la brecha con dos ganchos de lujo, forzados también por la capacidad defensiva de Ezkurdia. Joseba saboreó la cruz del mano a mano. Casi perfecto, anulando al arbizuarra, Erik se llenó de galones hasta el 14-10, pero una falta de saque rompió su tacada y dio oxígeno al campeón del Cuatro y Medio, que aprovechó otros dos errores azules. Cambio de tercio. ¡Arriba! La tendencia no viró. El de Lizartza siguió rozando la perfección y restañando las heridas. Empezó tarde. La presión cuajó los músculos del navarro, que se desatascó con un remate lejano mientras el 17-13 olía a napalm. Jaka cometió un error y Ezkurdia sumó su primer y único tanto de saque para respirar hondo en una eliminatoria muy dura. Aún le quedaba una bala a Erik, pero ya era tarde. Ezkurdia acabó el viaje con dos latigazos. El mano a mano es así.