Zunzunegui y Zierbena crecieron de la mano. El entrenador vigués llegó al club galipo resultados hasta llegar a pelear por todos los títulos. Pero todo ciclo llega a su fin. Volver a casa era algo que el vigués sentía la necesidad de hacer y por ese motivo puso fin a una etapa de ocho años.

¿Por qué decidió dejar Zierbena?

—Fue por irme a Vigo. Si voy ahora, con 45 años, puedo plantearme hacer una vida allí y si pasan otros cinco o seis años, sería más complicado. Estaba ahí, pensando si quedarme o no, pero si no era este iba a ser el año que viene y se tomó la decisión. No fue un tema deportivo, ni buscar otro club, fue un tema personal. Después surgió un proyecto al lado de casa que querían contar conmigo y se dieron todas las circunstancias para que fuera.

¿Cuál es ese proyecto?

—Es el club de remo Chapela, que está en Vigo prácticamente. Querían dar una vuelta al club porque tienen categorías inferiores con mucha gente y se les están desperdigando en otros clubes porque el proyecto de la trainera no acaba de ser lo suficientemente atractivo. Es un proyecto diferente, para andar con más tranquilidad y me sorprendió cuando me lo dijeron. Llegamos a un acuerdo y era la opción para estar en Vigo.

A pesar de todo no sería una decisión fácil de tomar.

—Llevo aquí ochos años, haciendo lo que me gusta, con un equipo con opciones, trabajando muy bien en el club y costó tomar la decisión. Ahora que se ha acabado la temporada es como un día normal, pero dentro de un mes o cuando esté allí y asuma que me quedo y no venga a Zierbena, sí que me puede dar más pena.

¿Cómo verá Zierbena ahora que se marcha?

—El proyecto tiene que seguir porque está encima del entrenador, los remeros y hasta del presidente. Zierbena seguirá siendo mi club de la ACT porque tengo mucha gente con la que tengo relación y ojalá ganen.

Llegó a Zierbena cuando era una recién ascendido y mire dónde se encuentra ahora.

—Los primeros años el objetivo era mantenerse, luego se empezaron a ganar cosas con el batel y la trainerilla, y eso ayudó también a abrir la puerta a hablar con otro perfil de remero. Nunca pensé en pelear por todo, pero tampoco lo descartaba. Sabía que se podía llegar arriba y la idea era esa, no sabía ni cuándo ni cómo, pero en ese aspecto no me sorprendió ya que fue algo progresivo y se dio de forma bastante natural. Ahora igual vas a un campeonato y no lo ganas y se dice algo, pero hace no tanto ni nos clasificábamos. Poco a poco se llegó a eso y debería seguir así.

¿Qué nota pone a sus ocho años en Zierbena?

—Si fuera con una Concha sería espectacular, pero es muy buena. Aparte por los resultados, el club queda con siete u ocho propios de alto nivel y eso facilita seguir en la pelea. Igual que es importante tener un resultado, también es importante tener gente que se quede en el club de cara a las normas que pide la liga y eso es un trabajo que está ahí, que es labor del club, y que hay que valorar. Ahora, al que venga le queda un buen bloque de propios y es lo que va a marcar estar en la primera y la segunda tanda o entre la segunda y la tanda de honor. Es lo que va a permitir optar a banderas.

¿Por qué decidió quedarse tanto tiempo en Zierbena?

—El club apostó por mí sin tener experiencia en ACT y fue algo progresivo. Fue un proyecto para trabajar con calma y tampoco tenía interés de ganar e irme a otro lado. El proyecto fue creciendo de forma natural y yo como entrenador. Ver que Zierbena iba creciendo me motivaba y conseguir lo que se consiguió me hace sentirme realizado. Ir mejorando es algo que me enganchó y es lo que me hizo seguir. También aquí podía trabajar y no me frenaban en nada. En ese aspecto estaba muy cómodo trabajando porque tenía margen para decidir. Para mí poder ir a todos los campeonatos y que no me limitaran en nada, no me hacía pensar en otro sitio que pudiera estar mejor.

¿Con qué momentos se queda en esta etapa en el club 'galipo'?

—Fue una pena no ganar en 2018, pero ver cómo estaba el pueblo, cómo nos recibieron pese a no haber ganado fue algo emotivo. También vivimos una semana bonita cuando ganamos el primer Campeonato de Euskadi. Ganamos en Ondarroa, entre semana el de Euskadi y el fin de semana el de España. Estas cosas hacen que la gente se alegre y bajar al club y que la te digan que le has alegrado con la regata son momentos que te quedan. Luego, a nivel deportivo, en 2018 se consiguió ganar los tres campeonatos de España en banco fijo.

Esa ilusión despertada en la afición es otro de los logros.

—Me queda la pena de no haber ganado la Bandera de La Concha por eso. Yo la puedo ganar o no, pero me da más pena por lo que podía suponer a mucha gente que tiene la ilusión de ver a la trainera ahí. Los aficionados van a las regatas, ayudan y no son una marea de gente pero los que hay son bastante fieles. También para la población que hay es en porcentaje de los pueblos con más afición.

"El proyecto de Zierbena tiene que seguir porque está encima del entrenador, los remeros y del presidente"

"Al que venga le queda un buen bloque de propios y es lo que va a permitir optar a pelear por las banderas"

"Ver que Zierbena iba creciendo me motivaba y lograr lo que se logró estos años me deja realizado"