Patrick Cantlay se llevó el Tour Championship con todo merecimiento porque ha sido el mejor jugador de la temporada. El de ayer domingo en Atlanta supuso su cuarto triunfo tras los logrados en el Zozo Championship, The Memorial y el BMW Championship. A los 29 años ha completado un curso de ensueño y debutará en el equipo estadounidense de la Ryder Cup. No es el jugador más carismático del circuito, pero ha superado grandes adversidades ya que tras pasar muy joven a profesionales, con apenas 20 años y después de solo dos en la Universidad de UCLA donde fue un jugador muy destacado.

Entre finales de 2014 y 2016 estuvo casi tres años fuera del circuito por lesión y volvió gracias a una exención médica. En ese periodo, su caddie murió en un accidente de coche y, probablemente por todo ello, Cantlay ha construido esa personalidad hierática, ese aire triste que pasea por los campos, pero que esconde a un gran competidor que ha aguantado el pulso en estas dos últimas semanas a dos fieras como Bryson DeChambeau y Jon Rahm, con el que ya ha compartido partido en 21 ocasiones. Y, curiosamente, una de sus victorias llegó porque el barrikoztarra tuvo que abandonar The Memorial por culpa del covid con seis golpes de ventaja antes de la última jornada.

Las circunstancias han jugado a favor de Cantlay tanto como su juego, sólido y certero cuando le hizo falta en East Lake donde apenas concedió oportunidades. De hecho, Rahm, pese a su brillante juego, sobre todo los dos primeros días, nunca llegó a estar por delante, algo que quizás habría cambiado el destino del Tour Championship.

Europa manda

En la Solheim Cup, Europa sale a la última jornada de individuales de hoy con una ventaja de 9 a 7. Por la mañana, Estados Unidos había recortado al ganar los foursomes por 3-1, pero a la tarde las continentales se llevaron los fourballs por 2 y medio a 1 y medio. Carlota Ciganda y la danesa Nanna Kortez Madsen vencieron por un hoyo a Jessica Korda y Megan Khang.