HIGINIO Rivero (Bilbao, 1982) lleva dándole a la piragua tan solo siete años. Pero en ese tiempo ha mejorado tanto, se ha implicado tanto, que el próximo mes de agosto debutará en unos Juegos Paralímpicos. Es más, el palista de Basque Team acudirá por primera vez a la cita con el pebetero y lo hará tan solo ocho primaveras después de que una caída mientras escalaba le reventara la L1, la primera vértebra de la columna lumbar. El pronóstico fue claro: lesión medular incompleta que terminó derivando en una paraplegia. Así que Rivero estuvo tres meses encamado. Un infierno. Y un año entero obligándose a hacer rehabilitación cada día. Todos y cada uno de sus 365 días. Su obstinación ganó al calvario y la recompensa fue un perfecto idilio con la piragua. En agosto de 2014, 17 meses después de su accidente, el palista bilbaino se subió a la embarcación para no volver a bajarse nunca más de ella. Su dedicación fue tal, que su palmarés ya es envidiable. Doble campeón del mundo de maratón en paracanoe en Brandemburgo y Sudáfrica y campeón de Europa en Pontevedra. Pero Rivero es ambicioso, competitivo; y por eso, desde que el pasado 2019 consiguiera su billete para Tokio, no ha hecho más que soñar con una medalla. "Como conseguí muy pronto mi objetivo de clasificarme, como hice bien los deberes, ahora trabajo para meterme en los puestos de medalla. Hay que creérselo porque además sí que creo que pueda estar en la pelea. Por tiempos, sí que creo que pueda estar en medalla", explica el propio palista.

A pesar de llevar tan solo siete temporadas compitiendo, la progresión de Rivero es evidente e incontestable. Sin embargo, el bilbaino siempre quiere mejorar. Y no solo sus prestaciones, sino también las de su piragua. Por ello, agradeció la idea de juntarse en Orio con los técnicos de Basque Team, con Xabier Etxaniz, entrenador de la campeona olímpica Maialen Chourraut, y con Iker-Ekaitz Líbano, técnico del equipo estatal de paracanoe, para buscar posibles formas de mejorar su embarcación. Porque, hasta ahora, Rivero había tirado de apaños. "Por mi discapacidad es necesario hacer adaptaciones a la piragua y sí que tengo hecho un asiento de carbono para ajustar las piernas, pero ni yo ni mi entrenador tenemos estudios biomecánicos ni nada por el estilo. Lo hacíamos como creíamos y con lo que teníamos", reconoce. Así que Rivero tiró de un "corcho de nadar" para colocárselo entre las piernas y de dos placas de poliespan aislante para tejados "de cuando trabajaba en la obra" para que hicieran tope en los laterales. "Con eso he competido", añade. Así que reconoce que el encuentro con Etxaniz, Líbano y los técnicos de Basque Team le ayudó muchísimo. "No es casualidad que tengan medallas de oro, tienen muchos conocimientos y además fueron muy amables y muy atentos. Además, vieron dónde paleo, lo que tenía y escucharon mis necesidades porque, aunque en aguas bravas también tengas que hacer adaptaciones a la piragua porque tienes que ir muy sujeto a ella, son muy diferentes a las que yo necesito", dice Rivero.

El palista olímpico regresó de Orio con una masterclass que intentará recordar en Tokio: "Me han hecho un tutorial de cómo tengo que cortar las planchas, cómo tengo que limarlas para darles forma... de cómo adaptarlas a mi cuerpo. Así que ahora me toca trabajar a mí". Ahora, de acuerdo a esas instrucciones, Rivero desarrollará esas adaptaciones para que realmente 2021 sea su año. "Siempre dije que este iba a ser mi mejor año porque en los cursos de entrenador que hice me dijeron que el máximo de un piragüista se alcanza o en 10 años o a las 10.000 horas... y yo he metido tantas horas que llegaría a ese tope justo esta temporada".

Pruebas pre Juegos

Por ello, este año Rivero no quiere excusas. Quiere llegar a los Juegos de la mejor forma posible. Tanto él como su piragua. Por ello, el palista bilbaino utilizará las dos pruebas importantes que tiene antes de la cita olímpica para probarse. Como un examen del que sacar fallos que luego tendrá que paliar. "Tengo en mayo una Copa del Mundo clasificatoria para los Juegos y, aunque yo ya esté clasificado, iré a darlo todo", dice. Sin embargo, el de Basque Team avisa de que "en piragüismo se suelen hacer picos de forma y mi intención es llegar en mejor preparación al Europeo que habrá dos semanas después de la Copa del Mundo". Es decir, el campeonato continental será la prueba de fuego, el último test, antes de viajar a Tokio. "Ahí comprobaré si estoy haciendo bien la puesta a punto porque si veo que hay que mejorar algo, todavía tendré tres meses para poder hacerlo", concluye.

"Por mi discapacidad hay que hacer adaptaciones a la piragua y yo las hacía como creía y con lo que tenía"

"Trabajo para meterme en puestos de medalla en los Juegos porque puedo estar en la pelea"

Palista de Basque Team