Lucas Eguibar sigue de dulce. El vigente campeón del Mundo de boardercross, título que obtuvo hace una semana en Suecia, acabó ayer en segunda posición en la final de la Copa del Mundo de Reiteralm (Austria), solo superado por el rider local, Alessandro Hämmerle. El donostiarra fue décimo noveno en la tanda clasificatoria disputada el martes, pero marcando el segundo mejor tiempo de la segunda tanda. Con ese detalle ya dejó entrever que sus molestias en la espalda tras la exigente fase final del Mundial, no serían un obstáculo en esta competición.

Durante la jornada del jueves, el deportista becado por Basque Team volvió a mostrar sus credenciales en la lucha del Globo de Cristal, su segundo gran objetivo tras haber obtenido el título mundial. Ejemplo del poderío que Lucas está teniendo esta temporada fue la manera en la que avanzó de rondas, siendo segundo en octavos y cuartos, e imponiéndose en la semifinal, para meterse de lleno en la gran final. El austríaco Hämmerle, vencedor de las últimas dos ediciones de la competición, se llevó la victoria. El estadounidense Mick Dierdorff, oro en el Mundial de Solitude (Estados Unidos) hace dos años, acabó tercero.

El campeón guipuzcoano, ganador del Globo de Cristal la temporada 2014-15, y también doble medallista de plata en los Mundiales de Sierra Nevada 2017, sumó su decimotercer podio en la Copa del Mundo. Tras el segundo puesto Luki ya es octavo en la general, con 118 puntos, 102 menos que Hämmerle. “Estoy súper contento, estoy andando bastante bien, que es lo que más me motiva”, destacó el donostiarra en declaraciones a Efe. Sobre sus molestias en la espalda, Eguibar no ocultó que pasó apuros: “En la salida de la final me estaban temblando las piernas del dolor. Y en cuanto llegué a meta me tiré al suelo, porque iba fatal”.