El granadino John Carter aún no conoce la derrota en el ensogado profesional desde que debutó en 2016 y siempre ha sido de los fijos en las quinielas del peso superpluma, pero Ibon Larrinaga (Romo, 1991) buscará el sábado en Marbella arrebatarle el invicto y el cinturón de la Unión Europea de la división. El de Eskuinaldea (13-3) asume el peligro de su rival e irá a por todas.

Hace apenas unas semanas estaba programado en la velada de Castro Urdiales del pasado 24 de julio, pero de un momento a otro se le apareció la oportunidad de pelear por el cinturón de la Unión Europea contra John Carter con apenas un mes para prepararse.

—No hubo ni runrún sobre el Campeonato de Europa con John Carter. Yo estaba para pelear en Castro Urdiales, que era un combate a cuatro asaltos, pero en el boxeo nunca se sabe. Antes de todo esto, debido al coronavirus, tampoco se sabía si el boxeo en Estados Unidos iba a empezar o cómo iban a estar las fronteras en Inglaterra y demás. Por si acaso, yo estaba entrenando para algo más, seis u ocho asaltos. De repente, me llamaron que existía esta oportunidad. Acepté.

No podía declinar, ¿no?

—Es una pena que John Carter sea un amigo y compañero de MGZ Promotions, pero es lo que hay. Unos días antes de recibir la noticia y hablando con un periodista, ya comenté que pensaba que tendría que salir fuera para hacer títulos, porque no hay dinero aquí. Entonces, cuando llegó esta oportunidad en Marbella, relativamente cerca y en la que habrá gente de Bilbao apoyándome, tenía que decir que sí.

Prosiga.

—Este tipo de trenes hay que cogerlos. Luego puede pasar cualquier cosa, pero una oportunidad así y por un título de la Unión Europea, más aún en las condiciones económicas en las que estamos por la crisis sanitaria, no se puede decir que no. Estamos en una tesitura en la que los boxeadores taquilleros como Kerman sí que podrían aspirar a un cinturón aquí, pero el resto, no. Algunos, como Sandor Martín han manifestado que creen que los que tienen un buen status tendrán que buscar cinturones en el extranjero.

¿Cómo se encuentra física y técnicamente de cara a la cita del sábado contra Carter?

—La verdad es que estuve entrenando para el combate contra Diego Valtierra por el Campeonato de Euskadi y se nos cayó cuatro días antes -estaba programada para el 13 de marzo, en plena explosión del covid-19-. Luego, hubo rumores sobre que me querían en Estados Unidos para alguna pelea importante. Entonces, como estaba dando clases en el Mampo, en el confinamiento cogí todo lo que pude: sacos, bolas, escaleras, pesas€ Me lo llevé a la terraza y estuve entrenando como un loco, pero la actividad se suspendió y se cerraron las fronteras, así que intenté mantenerme. Se acabó esa etapa y seguí con mi rutina. Por ese lado, respecto al aspecto físico, me encuentro muy bien, cómodo. Sí que es cierto que no me avisaron del título con demasiado tiempo, pero estoy a gusto. Estoy bien de boxeo y apuraré para llegar lo mejor posible. Alea jacta est.

¿Cómo es su rival?

—Peleé de amateur contra John Carter en la velada de Kerman contra Poulsen (19 de diciembre de 2015) y es un gran boxeador. Ha madurado mucho, le pesa la mano y tiene mucho ritmo. Cuando he hecho sparring con él en el gimnasio es un grandísimo rival. Le veo muy fuerte.

Describa aquel combate en el frontón Bizkaia de Bilbao.

—Tuvo mucho ritmo y estrategia. Cuenta mucho provocar el fallo y contragolpear. Noté alguna mano. Eso fue hace cinco años, él tenía 20, y ya le pesaba.

Se ha instalado en el superpluma después de pasar por el supergallo y el pluma. ¿Cómo se siente en esta división?

—En el superpluma me siento mejor. Empecé mi carrera profesional muy emocionado y haciendo grandes sacrificios en el supergallo, pero se vio contra Aritz Pardal, combate al que llegué con una anemia, que era demasiado para mí. Después, en el pluma tenía grandes ansiedades. Fíjese, en el Campeonato de España ante Carlos Ramos comencé la preparación, dos meses antes, con 73,5 kilogramos; es decir, 18 por encima. Lo provocó la ansiedad que tenía, por las bajadas y los rebotes. En el superpluma, en cambio, me encuentro muy a gusto y me mantengo. Estoy en los 65 kilitos durante todo el año, comiendo bien. Así, a la hora de entrenar, puedo trabajar fuerte y pesado, pegando duro y moviéndome. A día de hoy, este es mi peso. A largo plazo, es más positivo estar así. La salud es lo primero.

¿Es la pelea más importante de su carrera profesional?

—Posiblemente. Es la primera a doce asaltos y está en juego un título importante. También destacaría el combate contra Leroy en Francia por el Mediterráneo, que fue mi primera gran oportunidad, y la experiencia del Madison Square Garden contra Conlan, que hace en breve el Mundial.

"No me avisaron del título con demasiado tiempo, pero estoy a gusto. Apuraré para llegar lo mejor posible"

"Posiblemente sea la pelea más importante de mi carrera: es la primera a doce asaltos y nos jugamos un europeo"

"John Carter es un gran boxeador. Ha madurado mucho, le pesa la mano y tiene mucho ritmo"