El remo vive un momento de incertidumbre. Las suspensiones continuas que asolan al deporte y las dudas que hay con respecto a su reanudación dejan la temporada en el aire. Las ligas están en tierra de nadie. Todavía demasiado lejanas para hacer predicciones, pero con la amenaza de tener que variar su fechas muy presente. Ante esta situación, las diferentes asociaciones no se han quedado de brazos cruzados y han empezado a trabajar para definir sus calendarios y desarrollar varios planes con los que enfrentarse a los posibles escenarios que pueden darse debido a la pandemia del coronavirus. La ARC fue de las primeras en diseñar su hoja de ruta. La segunda división del remo es optimista de cara a la posible celebración de la temporada y no descarta disputarla con su calendario habitual, de mediados de junio hasta el último fin de semana de agosto. Pero también son conscientes de las dificultades que esto supone y tienen varias alternativas para tratar de desarrollar la competición de la mejor manera posible.
El 15 de mayo es la fecha clave que se marca la ARC como límite para fijar un guion. Tanto el primer grupo como el segundo tienen programadas 15 regatas y el pistoletazo de salida está programado para el 14 de junio. La asociación estima que para que se pueda iniciar con normalidad la competición los equipos deben estar entrenando para esa fecha. Arkote, Deusto y Getxo, en la ARC-1; y Bermeo B, Busturialdea, Deusto B, Santurtzi B y Portugalete, en la ARC-2 son las traineras vizcainas que aspiran a remar esta temporada.
Si los pronósticos más optimistas se cumplen. La ARC tiene previsto empezar su temporada por todo lo alto, con un evento similar al disputado el año pasado en el ARC Challenge. La idea es que las dos ligas comiencen en Castro Urdiales aunque debido a la situación actual todavía hay que pedir los permisos oportunos a las autoridades y eso requiere cierta antelación para poder llevar a cabo todos los trámites burocráticos. Asimismo, la fecha de finalización de la temporada estaría prevista para el último fin de semana de agosto.
En el caso de que los botes sigan en tierra el 15 de mayo y las tripulaciones no tengan la posibilidad de entrenar, el inicio de la competición se retrasaría. Ante esa situación, la ARC volvería a juntarse para tratar de ver el camino a seguir. En caso de que solo queden aplazadas las primeras regatas, estas se encajarían durante los meses de julio y agosto debido a que mucho fines de semana solo se disputa una regata por categoría. Mientras, si el aplazamiento es mayor, la ARC no descarta alargar su temporada a septiembre y trasladar las regatas aplazadas al final del curso manteniendo las fechas de las demás, así las banderas programadas para agosto no deberían modificar su calendario a la hora de preparar todo.
Aunque la disputa de regatas en septiembre supondría coincidir con la Bandera de La Concha, algo que en los últimos años la ARC trata de evitar a toda costa. También debería entablar conversaciones con la ACT ya que el retraso del primer grupo afectaría directamente al play-off de la Eusko Label Liga.
Desde la ARC son optimistas de cara a la celebración de esta temporada. Entienden que es muy posible que se realice algún aplazamiento y haya que modificar el primer calendario planteado, pero esperan que puedan encajar sus regatas a lo largo del curso. Una de las ventajas para poder disputar tanto la segunda división del remo como el resto de ligas es que no requiere grandes desplazamientos, a excepción de los viajes a Galicia por parte de la ACT. Por contra, la imposibilidad para celebrar las banderas a puerta cerrada puede ser una de las desventajas con la que se pueden encontrar las asociaciones.
plan de la eusko label liga
La ACT también pretende disputar su temporada y planea diversos escenarios para su celebración. Hoy la directiva y los clubes de la asociación celebrarán una asamblea de manera telemática para definir el calendario de 2020 y la aprobación del presupuesto. Además se debatirán los pasos a seguir debido a la crisis creada por el coronavirus covid-19.
