Bilbao - Dos de los entrenadores vizcainos de mayor renombre y experiencia en Segunda División B, Aitor Larrazabal y Jabi Luaces, arrancaron el curso sin un banquillo en el que poder sentarse. No obstante, debido a que otros colegas no han logrado comerse el turrón, ninguno de los dos ha tardado en encontrar acomodo en la categoría de bronce. Luaces tomó las riendas de Unionistas de Salamanca en la última semana de octubre y Larrazabal realizó el mismo trayecto a finales de noviembre para hacerse cargo del Salamanca CF UDS. Por tanto, dos técnicos de Bizkaia comandan a los dos equipos de mayor nivel de la capital salmantina, futbolísticamente dividida en dos bandos nacidos tras la desaparición de la Unión Deportiva Salamanca en 2013.

El primero en preparar la maleta fue el de Busturia, residente en Amorebieta. Cosas de la vida, se estrenó con su nueva escuadra ante sus vecinos, en Urritxe, en cuya grada presenció varios choques en el arranque liguero. No pudo empezar mejor, pues se impuso 1-4. Pese a haber firmado otro triunfo abultado en el feudo del Burgos (0-3), el equipo continúa en el mismo puesto que cuando el vizcaino llegó: colista. Antes de su fichaje, Unionistas llevaba cinco puntos en diez jornadas. Con él, han sumado otros siete puntos en seis partidos. “Es una media para estar fuera de la quema, pero los otros de abajo también han empezado a sumar. Sabía que nos iban a hacer falta meses, trabajo y paciencia para salir de ahí”, explica Luaces, que la próxima semana vivirá la primera participación del club en Copa en su corta historia. “Hay mucha ilusión, pero ahora solo pienso en el Guijuelo”, indica el míster, que este sábado recibe al equipo que ve justo una casilla por encima.

Menos problemas clasificatorios padece el Salamanca, en mitad de tabla a la misma distancia del play-off que del descenso: siete puntos. Desde la llegada del exleón, su equipo ha sufrido dos derrotas ante el Calahorra en casa y frente a la Cultural Leonesa fuera. “Las sensaciones han sido buenas. En el primero se nos escapó un punto en el minuto 94 cuando merecíamos la victoria y en el segundo no aprovechamos las ocasiones y la calidad individual del rival fue determinante. Es una pena que no hayamos reflejado con puntos los buenos partidos realizados”, analiza Larrazabal, quinto técnico del equipo en lo que va de curso. “Aquí todo el mundo se ha dado cuenta de que hay que darle la vuelta a lo que no se ha hecho tan bien. Han buscado estabilidad con un entrenador del mercado nacional como yo, que era el único de los que el pasado curso disputaron el play-off que no estaba entrenando”, detalla el loiutarra, que ha llegado a un club con propietarios mexicanos y en cuya plantilla militan bastantes futbolistas de dicho país.

Para Luaces, que como jugador ya vivió una experiencia en Francia, está siendo la primera lejos de casa como entrenador. “Me apetecía dar el salto y dedicarme cien por cien al fútbol, porque en casa siempre lo he compaginado con el trabajo y, al final, no estás ni a una cosa ni a la otra”, reconoce del de Busturia. Allí se ha encontrado “una ciudad muy bonita y viva, en la que se vive mucho el fútbol y te paran por la calle para hablar”. “Ya sabía que era una afición top por lo que había visto, pero otra cosa es vivirlo. Es increíble, va a ser un elemento importante para salir de donde estamos”, añade Luaces.

Larrazabal, por su parte, destaca que “lo que más me ha sorprendido son las muestras de cariño, la gente me saluda y pide fotos. Eso hacía tiempo que no me pasaba ni en Bilbao, algo normal, ya que no tengo el protagonismo de cuando era jugador”. En su etapa como león ya pisó el Helmántico, en el que ahora ejerce como técnico local. “No es lo mismo militar en Primera que Segunda B, pero la gente vuelve a emocionarse. Lo que se respira en la ciudad en torno al equipo te hace sentir que está vivo, el otro día acudieron 5.000 personas al campo y a León nos acompañaron 600”, subraya quien decidió unirse a un club que le ha ofrecido un proyecto en el que poder “demostrar los cerca de 200 partidos que llevo en la categoría y dar un pasito más en esta profesión tan dura”.

cita pendiente Luaces y Larrazabal aún no han coincidido, pero “tenemos pendiente un café y una charla de fútbol”, afirman. Ambos lideran a dos escuadras que no ocultan una gran rivalidad. Unionistas es propiedad de sus socios y juega en Las Pistas del Helmántico, a escasos metros del estadio en el que sí disputa sus duelos el Salamanca, hasta el pasado curso denominado Salmantino. Además del nombre, el club también cambió su escudo por el de la Unión, tras adquirir varios de sus bienes. “No me interesa el tema de la rivalidad, no he perdido ni un segundo en ello, he venido a hacer progresar al equipo. Máximo respeto a ambos proyectos, cada uno que anime al suyo”, expone Luaces. “Que haya tolerancia y respeto y quien sea mejor que llegue más lejos”, añade Larrazabal, ilusionado tras llegar a un conjunto que, respecto al extinto, “no tiene el mismo CIF, pero si muchas cosas iguales, como el sentimiento del Helmántico”.