bilbao - “Habrá que aguantar a la marabunta, qué se le va a hacer. La pena es por mis padres, que no van a ver nada”. Así y con una contenida risa de emoción reaccionó Jon Rahm cuando se enteró, mientras atendía a los medios de comunicación, de que mañana y el viernes compartirá partido en el Mastes de Augusta con Tiger Woods. “La verdad es que el último recuerdo que tengo con Tiger es bueno”, afirmó el de Barrika, consciente del enorme interés que suscita la figura del golfista californiano, que busca esta semana su quinta chaqueta verde. Rahm ya lo vivió en la Ryder Cup de París, donde le ganó a Tiger el duelo individual, pero esta será la primera vez que juegue al lado de uno de sus ídolos durante dos días y 36 hoyos. El chino Haotong Li, un jugador capaz también de firmar grandes golpes, completará el trío que será el más seguido por los aficionados.

Una fuerte tormenta alteró ayer los planes de los jugadores ya que obligó a interrumpir las vueltas de prácticas. El agua caída puede afectar al campo, aunque Rahm comentó que “si no llueve más, el jueves estará perfecto”. El vizcaino reiteró que Augusta le encanta porque “se adapta muy bien a mi juego” y explicó que ha querido repetir la preparación del año pasado: “Llegué el lunes porque he preferido descansar en casa antes que venir aquí y machacarme”.

En otros partidos, Txema Olazabal jugará con Kevin Na y Thorbjorn Olesen, Sergio García con Henrik Stenson y Tony Finau y Rafa Cabrera con Francesco Molinari y Tyrrell Hatton. - R. Calvo