mE levanto a las siete de la mañana todos los domingos. A las nueve, ya estamos preparando las sesiones con los diferentes grupos de chavales, por las mañanas en Maruri y por las tardes en Gordexola y en Santxolo, en Güeñes. Apenas comemos un par de pintxos, hasta que finalizamos sobre las ocho y media de la noche. La dedicación, como se refleja, es total, porque las señas de identidad de la escuela así lo reclama”. Kike Liñero (Gordexola, 3-VII-1966) ha emprendido un nuevo proyecto que se ajusta como anillo al dedo a su perfil de formador. Ha creado y dirige la escuela Competitive Soccer K.L. Academy, un centro que pone el foco en los chavales que compiten con sus respectivos clubes en las categorías infantil, alevín y benjamín, es decir los nacidos entre 2008 y 2013. A Liñero le avala su larga trayectoria profesional tanto en los banquillos como en la coordinación y formación. Su currículum no engaña. Su paso por Lezama ha dejado huella. En su primera etapa, desde 1994 hasta 2009, ejerció, entre otras funciones, como técnico de los dos equipos juveniles, del Basconia y del Bilbao Athletic, y por sus manos pasaron futbolistas como Fernando Llorente, Iker Muniain, Ander Iturraspe (al que descubrió), Markel Susaeta o Beñat Etxebarria; y en una segunda, entre 2017 y 2019, fue el coordinador de los ojeadores de los diferentes herrialdes. Ha sido también entrenador del Guadalajara y atesora una enriquecedora experiencia en el área formativa del Seúl FC y Athletic Club Siheung, de Corea. No en vano, el de Gordexola es un reputado técnico y conocedor del fútbol de base.

A día de hoy Kike Liñero es el responsable de una academia pionera en Bizkaia y que también se ha extendido en Nafarroa, en Mutilva. En total, son casi 200 chavales, chicos y chicas, los que gestiona. “La optimización del rendimiento” es su razón de ser, su tarjeta de presentación. La escuela ofrece siete sesiones los domingos, cuatro matinales en Maruri y otras tres vespertinas en sus ubicaciones en Enkaterri, mientras que los lunes y los martes por las tardes están dedicadas a sus alumnos en Mutilva. Los grupos están compuestos por un máximo de 18 jugadores de campo más los porteros, y cada sesión se extiende aproximadamente durante 75 minutos “muy intensos”, según subraya Liñero, que no quiere dejar pasar la oportunidad para mostrar su agradecimientos a los diferentes municipios por la cesión de sus instalaciones y las familias de los chavales “por la confianza que han depositado en nuestro proyecto, porque la respuesta está siendo positiva, incluso la sede de Maruri se está quedando pequeña y vienen también chavales desde Burgos capital”.

Liñero desvela su procedimiento. “Vemos un montón de partidos los sábados, seleccionamos a los chavales y chavalas que creo que tienen más nivel, que están por encima del resto. Se lo comunico a los clubes, me reúno con los padres, les invito a una sesión y a raíz de ahí si están a gusto... Es una actividad ajena a la de sus respectivos clubes. Sus padres pueden elegir que hagan surf u otro deporte los domingos y no pasa nada, pero también cuentan con nuestra oferta. Se trata de que con nosotros aprendan a interpretar lo que trabajan en sus equipos, es una mejora personal en su beneficio”, razona el técnico encartado, que rechaza que su proyecto colisione con los intereses de los clubes en los que compiten sus alumnos: “No quiero comparaciones con sus entrenadores. Es un aporte para su mejora, yo no quiero medallitas, aunque somos conscientes de que los clubes tienen dificultades para encontrar entrenadores con vocación en estas categorías. Aquí formamos grupos homogéneos, es una actividad de pago. Trabajamos para que sean más competitivos, trabajamos el ritmo e intensidad, todo con balón, motricidad... Creo que es la mejor manera para la mejora de los chavales”.

El que fuera técnico en las categorías inferiores del Athletic, del que salió dos años atrás con la llegada de la actual dirección deportiva, niega que su academia, con chavales que militan en clubes convenidos de la entidad rojiblanca, suponga una especie de competencia con Lezama y apunta que, por el contrario, “suma, porque se busca la mejora del rendimiento del jugador, además de acentuar valores, educación deportiva... incluso se proyectan charlas a nivel docente en cada materia. Todo lo que sea en beneficio del chaval lo puede ser en el día de mañana para el Athletic. Si considero también que un chaval tiene nivel para Lezama, seré el primero en transmitirlo. Se trata de sumar, de aportar el granito de arena en la optimización de su rendimiento”. Un extra para el futuro.