- Pese a su larga trayectoria empresarial, Amaia Gorostiza se ha hecho conocida gracias al fútbol y, en concreto, a la presidencia del Eibar, un equipo que compite entre gigantes en un campeonato del que no tiene ninguna intención de salir. En esta entrevista, Gorostiza asume con normalidad su posición en un entorno marcadamente masculino, dice que no cree en cuotas de género y tampoco se considera un ejemplo a seguir por otras mujeres. Reconoce que sufre mucho en el palco y vincula su continuidad en el cargo al equipo que le acompañada en esta aventura. Ante la pregunta de este diario, con el comunicado que publicó el club tras la sentencia del caso de Enrich y Luna, el caso ha quedado cerrado para el Eibar.

¿Qué supone para usted recibir el Premio Sabino Arana?

-De inicio, supuso una sorpresa y también un motivo de alegría. No esperaba en absoluto poder recibir este premio y el hecho de que hayan pensado en mí es motivo de un profundo agradecimiento al Jurado.

El emprendimiento empresarial le viene de familia y, además del Eibar, participa en el consejo de administración de varias firmas. La suya es una vida vinculada al ámbito empresarial.

-El mundo empresarial ha estado presente siempre en mi familia. Mis padres hicieron crecer una empresa fundada por mi madre poco antes de conocerse. O sea que el espíritu empresarial y emprendedor ha estado presente en todos nosotros y nos ha impregnado a todos desde pequeños.

Es evidente que gestionar una empresa convencional es diferente a gestionar un club de fútbol profesional. Desde su experiencia, ¿cuál es el principal hecho diferencial en la gestión de estos dos ámbitos?

-En realidad, no veo grandes diferencias, salvando las distancias. Siempre he procurado aplicar en todos los ámbitos en los que he estado y sigo estando presente los mismos principios, pero adaptados a las circunstancias. En eso no veo diferencias entre un club de fútbol y otro tipo de empresa. Quizás, en el ámbito deportivo incide más el estado de ánimo y el emocional a la hora del rendimiento efectivo y su consecuente obtención de resultados que, indudablemente, van directos a resultados económicos.

Ahora mismo es la única presidenta de Primera División, lo que parece una condena a ser preguntada siempre por esta circunstancia.

-Yo lo llevo con naturalidad. Estoy acostumbrada a manejarme en entornos masculinos. Tengo claro que no formo parte de ningún cupo, no creo en ellos. Estoy segura de que poco a poco se irán sumando más mujeres en los ámbitos de gestión de los clubes de fútbol, al igual que está sucediendo en el resto de actividades.

La presencia de la mujer en las direcciones de las empresas también es minoritaria. En este sentido, usted es un ejemplo a seguir. ¿Es necesario reunir cualidades especiales para ello?

-No me veo como un ejemplo, ni mucho menos. Yo tengo mi trayectoria profesional y a eso me remito. Si a alguien le puede servir como espejo, perfecto, pero no es mi pretensión. Respecto a las cualidades, repito que para mí la base es aplicar una cultura empresarial basada en unos principios y saberse rodear de las personas adecuadas. No creo en el totalitarismo y sí creo en el liderazgo, en la responsabilidad compartida y en la motivación.

¿Como está su depósito, tiene combustible para seguir en el fútbol muchos años?

-Ese depósito no es personal, es del grupo de trabajo que tenemos en el Consejo de Administración. Si todos los que estamos trabajando codo con codo seguimos pensando que nuestra dedicación será beneficiosa para el Eibar, seguiremos dando el callo y con el depósito lleno de combustible.

¿Cómo se metió en esto del fútbol? ¿Se ha arrepentido alguna vez?

-Llegué al Consejo del Eibar de forma inesperada. Me llamaron en un momento determinado con el ascenso a Primera División para reforzar el Consejo y echar una mano. Me pareció atractivo poder ayudar a mi equipo y con ello a mi ciudad. En estos años he tenido más alegrías que sinsabores, así que no hay motivos para arrepentirse. Sí es cierto que es un cargo que tiene mucha exposición mediática a la que no estoy acostumbrada en absoluto, sino todo lo contrario. Esto es algo que no me agrada mucho pero procuro llevarlo de la mejor manera posible. Me gusta la discreción.

El Eibar tiene los pies en el suelo. Pero, ¿ha tenido, en alguna ocasión, la tentación de tirar la casa por la ventana para luchar por objetivos para los que, a priori, no está llamado el Eibar?

-No, nunca. Y nunca sucederá mientras este Consejo esté en el club. Si alguien cae alguna vez en esta tentación, el Eibar pagará las consecuencias porque sería un grave error. No me canso de repetirlo: tenemos que ser ambiciosos en nuestros sueños pero realistas en nuestros objetivos. No debemos olvidar de dónde venimos ni debemos de perder de vista nuestro horizonte. Somos una población de 27.000 habitantes y bastante es lo que hemos conseguido y en lo que trabajamos para el futuro. Día a día y paso a paso.

Dentro de poco cumpliremos un año sin aficionados en las gradas. ¿Tiene sentido el fútbol sin público?

-No me termino de acostumbrar a ver los partidos sin público. Es antinatural y sobrecogedor. Se pierde la esencia. Nos hemos quedado sin alma. Se está manteniendo así porque la alternativa es suspender la competición y eso supondría la desaparición del fútbol profesional, pero estamos deseando volver a tener los estadios llenos, es nuestro primer deseo.

Esta crisis ha llegado justo cuando empezaban a disfrutar del remozado estadio de Ipurua. ¿Con aficionados el equipo estaría más aliviado en la clasificación?

-No hay más que ver los números. Este año estamos perdiendo más puntos en Ipurua que nunca y está claro que la ausencia de aficionados tiene mucho que ver. Claro que eso mismo lo dirán el resto de equipos, es muy difícil saber quién sale más perjudicado, pero desde luego nosotros lo estamos sufriendo mucho.

Los presupuestos de algunos clubes están sufriendo de lleno el impacto del covid. ¿Cómo lo lleva el Eibar?

-En nuestro caso, el impacto del covid en términos relativos y absolutos es menor que en otros clubes. Por una parte, nuestros ingresos no dependen tanto de las cuotas de los socios, la venta de entradas o el merchandising. Por otra, nuestra situación económica era y es muy saneada a pesar del impacto del covid, y eso nos ha evitado tensiones en los peores momentos. Sin embargo, tenemos una altísima dependencia de los derechos audiovisuales y cualquier rebaja en este sentido nos hace daño. Como a todos.

En la justificación del premio Sabino Arana, se dice que es la ciudad más pequeña de Europa con equipos masculino y femenino en la élite. Este currículum ya solo se mejora con un título.

-Bueno, eso son palabras mayores. Para nosotros cada año que seguimos en la máxima categoría ya es equiparable a un título. Si además conseguimos que se mantengan el equipo masculino y el femenino ya estamos hablando de una Champions.

El equipo masculino lleva siete años seguidos en Primera, pero ¿qué significa para la entidad armera que su equipo femenino esté por primera vez en la máxima categoría desde esta campaña?

-Francamente, es un milagro sobre el milagro. No hay otra ciudad en toda Europa de nuestro tamaño que tenga a sus equipos masculino y femenino en las respectivas máximas categorías. Indudablemente, significa algo muy grande para el Eibar y también para la ciudad de Eibar. Con el paso de los años, en perspectiva, estos logros se recordarán en Eibar como algo irrepetible.

¿Sufre mucho en los partidos? ¿Se le quita el hambre en la derrota?

-Sufro muchísimo y más si cabe en los palcos, donde no se pueden exteriorizar los sentimientos. Es difícil disfrutar los partidos, ya sea en vivo, como es la mayor parte de las veces, o por televisión. ¡¡Muchas veces vuelvo a ver el partido repetido en casa para poder disfrutarlo!!

José Luis Mendilibar se ha convertido en un icono del Eibar. No es corriente que los entrenadores duren tanto.

-Suelo decir que el Eibar necesita a Mendilibar y Mendilibar necesita al Eibar. José Luis representa a la perfección nuestra esencia y nuestros valores. Es un privilegio tenerle como entrenador y ojalá pueda estar muchos años con nosotros.

A usted no le ha tocado cesar a ningún entrenador. Eso tampoco es corriente.

-Siendo yo presidenta, Mendilibar siempre ha sido el entrenador. Siempre hemos confiado en él y en su equipo de trabajo y hemos pasado por muy malas rachas que en otros equipos hubieran supuesto la toma de decisiones drásticas. Pero en eso también somos diferentes. No digo que nunca vaya a pasar, porque en el mundo del fútbol todo es posible, pero a día de hoy la confianza en José Luis es total. Creo que es muy importante mantenerse serenos en algunas situaciones. Las decisiones precipitadas no suelen traer buenos finales.

El proyecto de la ciudad deportiva que se va a construir en Areitio ha sido uno de los pilares de su Consejo de Administración. Uno de los legados que dejará usted en el club.

-Espero que sea el principal legado que deje este Consejo, no yo. Sería un pecado que el Eibar no aprovechase su paso por la élite para dejar unas instalaciones que duren para siempre. Ya hemos acometido una reforma integral de Ipurua, donde hemos invertido más de 20 millones de euros en una instalación de titularidad municipal. El Eibar necesita tener patrimonio propio y eso es algo que va a llegar de la mano de las instalaciones de Areitio. Estamos cerca de completar el largo y prolijo proceso administrativo, algo ineludible en este tipo de obras, y el siguiente paso será ya la entrada de las excavadoras para comenzar la obra. Estamos muy ilusionados con este proyecto.

El fútbol de Euskal Herria vive una época dorada, con cinco clubes en Primera durante varios años. ¿Qué le dice ese dato?

-Fundamentalmente ese dato indica que las cosas se están haciendo muy bien en los clubes vascos. Que una liga tan competitiva como ésta tenga un porcentaje tan alto de equipos vascos no es casual, es fruto de muchos años de trabajo bien hecho. Espero que esta situación se prolongue en el tiempo.

Por último, ¿hasta dónde puede crecer el Eibar?

-El Eibar no ha dejado de crecer en los últimos años. Con el ascenso a Primera hubo un boom y ahora el crecimiento es más sostenido, pero constante. Somos conscientes de que en nuestro entorno geográfico cercano tenemos a auténticos gigantes contra los que es difícil competir en términos de aficionados, cantera, etc. Nosotros seguimos nuestro camino, abriéndonos paso poco a poco y buscando nuestro espacio a nivel local, pero también a nivel internacional. Hay margen de crecimiento y en ello estamos.

“Estoy acostumbrada a manejarme en entornos masculinos. Tengo claro que no formo parte de ningún cupo, no creo en ellos”

“Estoy segura de que poco a poco se irán sumando más mujeres en los ámbitos de gestión de los clubes de fútbol”

“El Eibar es un milagro sobre el milagro. No hay otra ciudad en toda Europa de nuestro tamaño que tenga a sus dos equipos en Primera”