ALiga vivirá una realidad extraña. Las personas desaparecerán de las gradas y los partidos a puerta cerrada serán el nuevo escenario donde se desarrollarán las jornadas. Las voces de las aficiones no ofrecerán ese impulso extra y el silencio solo será roto por las palabras de los jugadores, que serán oídas más altas que nunca entre las paredes de estadios semivacíos. Una medida que no es agradable ni para los espectadores ni para los propios jugadores, pero se repetirá hasta que las autoridades sanitarias den el visto bueno a la apertura de las gradas. Los partidos a puerta cerrada no son ajenos en la historia del fútbol y son muchos los encuentros que se han disputado sin espectadores. Hasta a fecha la mayoría de los choques vividos sin público llegaron tras sanciones a los clubes por incidentes en las gradas, pero ahora la pandemia global vivida cerrará más gradas que nunca.

El derbi andaluz entre el Sevilla y el Betis será el encargado de abrir este nuevo capítulo en la historia de la competición. Uno de los partidos con más pasión en las gradas perderá gran parte de su encanto y le alejará del tradicional espectáculo que se vive en este tipo de encuentros tanto dentro como fuera del campo. Pero este no será el primer duelo entre el Sevilla y el Betis a puerta cerrada. En el partido de vuelta de la Copa de 2007 entre estos dos equipos y con un 0-0 en el marcador tras el choque de ida, Kanouté enmudeció al Villamarín con un gol. A partir de ahí la tensión del partido aumentó y una botella impactó en la cabeza del entrenador del Sevilla Juande Ramos, que tuvo que ser trasladado al hospital. El partido quedó suspendido con veinte minutos todavía por jugarse. Pese a ser los dos equipos de la misma ciudad, la Federación Española de Fútbol decidió trasladar el encuentro al Alfonso Pérez de Getafe donde el Betis, entrenado por Luis Fernández, fue incapaz de dar la vuelta a la eliminatoria.

En la historia reciente de la Liga destaca el partido que jugaron en 2017 el Barcelona y Las Palmas en el Camp Nou a puerta cerrada, un encuentro que hasta 25 minutos antes del pitido inicial se desconocía si se iba a jugar o no. El club azulgrana solicitó el aplazamiento del choque como protesta por las acciones policiales llevadas a cabo durante el referéndum del 1 de octubre. La Liga no aceptó la petición del conjunto catalán y el encuentro finalmente se disputó a puerta cerrada. El Barcelona dio a conocer esta decisión pocos minutos antes del inicio del encuentro y los cientos de espectadores que esperaban para ver el partido en vivo se quedaron sin ver la victoria por 3-0 del Barcelona.

Los partidos a puerta cerrada no son cosa exclusiva de los últimos años. Uno de los primeros precedentes trata del 15 de enero de 1925. El Barcelona, que todavía jugaba en Les Corts, disputó un derbi catalán ante el Espanyol y lo hizo sin ningún espectador en las gradas. A esta situación se llegó después de lo vivido en el partido del Campeonato de Catalunya, valedero para lograr el acceso a la Copa, del 23 de noviembre de 1924. En aquella época, ya era grande la tensión que existía entre los encuentros de los dos equipos y tras varias decisiones polémicas, los jugadores se enzarzaron en una batalla campal. En ese momento el público la tomó con el colegiado y empezó a arrojarle monedas. El árbitro tuvo que refugiarse en el centro del campo para evitar males mayores y tal fue la cantidad de monedas que cayó sobre el césped que ese partido fue bautizado como el derbi de la calderilla. El partido quedó suspendido y las negociaciones para reanudar el encuentro fueron largas y aumentaron la enemistad entre estos clubes. Finalmente, el choque se disputó casi dos meses más tarde, lo que le convirtió en el derbi catalán más largo de la historia.

partidos europeos

También las competiciones europeas vivieron encuentros a puerta cerrada. El último de ellos fue en esta misma temporada. Con el coronavirus ya presente en la sociedad y las autoridades desconcertadas ante cómo reaccionar. El Paris Saint Germain y el Borussia Dortmund se enfrentaron en la vuelta de los octavos de final de la Champions League en un Parque de los Príncipes vacío de espectadores. Pese a tomar estas medidas para prevenir la transmisión de la enfermedad, los hinchas parisinos no se quedaron en sus casas y se aglomeraron en las afueras del estadios para animar a su equipo desde fuera.

Esta nueva circunstancia con la que tendrá que convivir el fútbol ya empieza a ser bien conocida en la Bundesliga. La liga alemana fue la primera en reanudarse y el balón ya rueda por estadios marcados por el silencio que deja la ausencia de los espectadores. Pero antes del confinamiento, en Alemania ya se disputaron partidos a puerta cerrada, algo inédito en una competición que da mucho valor al espectador. El Borussia Mönchengladbach-Colonia fue el primer partido en la historia de la Bundesliga que se vivió con estas condiciones. Algo que parecía que iba a ser una medida temporal pero la situación se agravó y el mundo del deporte quedó paralizado.

La Bundesliga tardó en conocer los partidos a puerta cerrada pero ahora es el ejemplo para el resto de ligas de lo que deberán vivir en los próximos tiempos. El Muro Amarillo del Signal Iduna Park de Dortmund ya no impone y el Union de Berlín, privado del ambiente caliente de su estadio, sufre por puntuar. Son más de 30 los partidos disputados en estas circunstancias y el calor del público ya se echa de menos en un deporte donde el espectador es parte de su espectáculo y ayuda a los suyos con ese aliento extra tan necesario.

LaLiga se reanudará con un derbi Sevilla-Betis a puerta cerrada, dos conjuntos que ya jugaron así en Getafe en 2007

La Bundesliga ha venido siendo el ejemplo de lo que espera al fútbol mundial en los próximos tiempos post-coronavirus