bilbao - Patxi Salinas (Bilbao, 17 de noviembre de 1963) inició ayer su aventura al frente del Basconia en las instalaciones de Lezama, donde el segundo filial del Athletic se presentó y arrancó los entrenamientos de cara a una “dura” y “exigente” temporada en Tercera División, según aventuró el técnico bilbaino, quien defendió su regreso a la factoría rojiblanca en calidad de técnico, al igual que ha hecho Joseba Etxeberria para coger las riendas del Bilbao Athletic. Cuestionado al respecto, Salinas no dudó en repasar su “formación” como entrenador al recordar que “además de ser exjugador, que yo lo fui del Athletic durante diez años y del Celta otros seis, con un total de dieciséis años en Primera, llevo entrenando trece años”.

“He estado cuatro años entrenando en Segunda B, un año en la liga maltesa en Primera, cinco años en Tercera, he dirigido al filial del Celta y también al Athletic en juveniles, por lo que no venimos aquí por ser exjugadores, sino porque estamos formados y llevamos muchísimo tiempo trabajando fuera, generando nuestro currículum para llegar a conseguir lo que queremos todos, que es entrar en el mundo profesional”, se encargó de recalcar el preparador vizcaino, quien agregó que “ahora ha tocado esta época, en la que coincide que estamos aquí exjugadores, pero somos ADN y gen Athletic cien por cien”.

En cuanto a sus anhelos de cara a un futuro más o menos cercano en el tiempo, Salinas señaló que “tenemos el sueño de ayudar al Athletic en lo que podamos”. “Yo entré con diez añitos en este club y somos gente que hemos vivido esto y hemos nacido aquí, prácticamente. Todos pensamos que podemos ser los mejores y llegar a lo máximo, pero ahora estamos en periodo de formación y tenemos que intentar hacer bien las cosas para ayudar al Athletic, que es lo más importante”, manifestó, asimismo, el propio entrenador bilbaino, quien exigirá al máximo a sus jóvenes pupilos. En ello, no en vano, hizo hincapié durante la presentación del equipo ayer en Lezama, donde resaltó que la Tercera División es una categoría “muy complicada” y que “los chicos van a tener que sufrir, evidentemente, al tener que competir con otros equipos muy potentes”.

“Será un año difícil para todos, pero a la vez gratificante, porque será una experiencia maravillosa para los chicos, que saben que tendrán que rendir al máximo si quieren lograr el objetivo de dar ese siguiente paso para estar donde está ahora Joseba (Etxeberria) y el siguiente, que es donde está Gaizka (Garitano). Tendrán que hacerlo a base de esfuerzo, trabajo, sacrificio y sabiendo que nadie les va a regalar nada”, incidió Salinas, al frente desde ayer de un equipo que finalizó la pasada temporada en sexto lugar bajo las órdenes de Iban Fuentes.

Un reto “superatractivo” El Basconia, que sumó al término del curso 60 puntos con un bagaje de 16 victorias, doce empates y diez derrotas, con un total de 64 goles a favor y 52 en contra, asoma ya en manos de Salinas, quien no ocultó su satisfacción por estar al frente de las jóvenes promesas rojiblancas. “Venir al Athletic siempre es un lujo y coger al Basconia y a chicos que están a un pasito de ser profesionales y que el día de mañana muchos estarán en el primer equipo es un reto superatractivo e interesante para mí”, advirtió ante los medios de comunicación el técnico vizcaino, que se estrenará en liga ante el Sodupe, bajo la condición de local, el 25 de agosto y afrontará su primer partido a domicilio frente al Deusto en la segunda jornada.