Bilbao -El Mundial de Francia arranca mañana con la presencia de cuatro jugadoras vascas en el combinado estatal. Cada una con diferentes roles en el grupo dirigido por Jorge Vilda. Con mucho presente, pero también con un gran futuro. Lucía García es fruto de esa gran generación de futbolistas que se han destapado en las categorías inferiores de la selección española. La delantera del Athletic es la única rojiblanca en tierras galas, pero ha entrado en la lista definitiva por méritos propios. Lucía, que en julio cumplirá 21 años, descorchó su potencial en el último Mundial sub’20, en el que España se proclamó subcampeona. Y esta temporada ha sido la referencia ofensiva del conjunto de Joseba Aguirre con 23 goles. “Que te llamen para ir al Mundial con 20 años es un sueño, es lo mejor que me ha ocurrido.”, aseguró Lucía en una entrevista con este periódico al conocer su presencia en la lista. La delantera rojiblanca, que desde su llegada a Lezama hace tres años no ha dejado de crecer futbolísticamente, pugnará por hacerse un hueco en una posición muy bien cubierta en la selección. Al igual que sus compañeras, apela a la calma: “De momento todas pensamos en el primer partido contra Sudáfrica. Ojalá lleguemos muy lejos, pero tenemos que ir partido a partido”.

Otra representante vasca en Francia que intentará tener minutos como referencia ofensiva es la txuri-urdin Nahikari García. Es competencia directa de Lucía. La de Urnieta, que ha ampliado su contrato con la Real Sociedad, ha protagonizado la temporada de su confirmación. Fue una de las principales causantes de que el conjunto donostiarra se hiciese con el título de Copa y llega a Francia después de rechazar una oferta del Atlético Madrid. La portera Sun Quiñones es la otra integrante de la Real en Francia. La de Hondarribia, a priori, tiene muy pocas posibilidades de jugar. Todo lo contrario que Irene Paredes. La excentral del Athletic, indiscutible en la retaguardia del PSG, también lo es en el sistema de Jorge Vilda. La de Legazpi cuenta con gran experiencia internacional y es una de las capitanas de España.

Olvidar el fiasco de canadá La cita que arranca dentro de veinticuatro horas será el segundo Mundial para España. Será el escaparte sobre el que exponer el crecimiento del fútbol femenino estatal. Será el suelo sobre el que asentar proyectos más codiciosos, pretensiones más altas. El césped sobre el que segar el corto pasado y sembrar para una ilusión de futuro. En el año de los récords de asistencia, en la temporada más competitiva que se recuerda de la Liga Iberdrola, la selección española acude a Francia con la intención de borrar los malos resultados que obtuvo en su debut en el amargo Mundial de Canadá, donde quedó apeada en la fase de grupos con tan solo una victoria. Son trece las jugadoras que repiten de aquella primera lista, pero a pesar de mantener el mismo bloque, España ya no es la misma. No se ha lavado la cara, sino que se ha pegado una ducha larga. Y es que aquel mal trago en Canadá provocó un enfrentamiento entre las jugadoras y con el exseleccionador Ignacio Quereda. El míster abandonó el banquillo y en su asiento se colocó el técnico de la sub’19 Jorge Vilda. Y con Vilda todo cambió. Introdujo caras nuevas sin tocar a las veteranas, profesionalizó los desplazamientos y los entrenamientos. Incluyó amistosos. Y España empezó a jugar. España empezó a ganar. De hecho, la selección estatal completó un clasificatorio impecable, con pleno de victorias -8 de 8- y se convirtió en el primer combinado europeo, después de la anfitriona Francia, en sellar su billete para el Mundial. “Para Canadá no hicimos partidos de preparación, solo jugábamos entre nosotras y viajamos tres días antes de debutar. Esta vez estamos más preparadas, el grupo es mejor porque nos conocemos más; y eso, junto a los resultados que hemos obtenido previamente, hace que seamos optimistas”, anuncia Marta Corredera.

Las jugadoras quieren demostrar que en Canadá se pagó la inexperiencia, que ya han aprendido; pero no confunden el optimismo con la euforia. Se mantienen con los pies en el suelo, tocando el realismo con las yemas de los dedos y, por ello, llaman a la sensatez. España ha quedado encuadrada en un grupo complicado: Sudáfrica, contra quien debutará el sábado (18.00 horas, Le Havre), Alemania, a la que se enfrentará el miércoles 12 (18.00 horas, Valenciennes), y China, frente a la que cerrará la fase de grupos el lunes 17 (18.00 horas, Le Havre). “Se trata de un grupo muy duro y muy difícil. China es un país con una gran tradición de fútbol femenino, Alemania es favorita al título y en el grupo, es una potencia mundial; y Sudáfrica, por los resultados que ha tenido recientemente, está claro que es una selección potente”, argumenta Vilda. Por ello, el seleccionador mantiene la cautela de sus futbolistas y reconoce que “nuestro objetivo es seguir mejorando, no iremos a ganar únicamente un partido porque será un gran escaparate, pero hay que ser conscientes de que luego el Mundial se acaba pero el fútbol sigue”.

Así pues, el Mundial de Francia le llega al fútbol femenino estatal en un momento de crecimiento, tanto deportivo como mediático, y quiere utilizarlo como trampolín a cotas mayores y no como guinda a un espléndido año. “Antes nos costaba más competir a nivel internacional y poco a poco lo vamos haciendo mejor. La evolución del fútbol femenino en España es notable, ahora vemos normal que las selecciones sub’17 y sub’19 lleguen a finales y esos resultados serán recogidos por la absoluta en el futuro. Así que nosotras no nos ponemos límites, vamos a competir sin presión”, concluye Alexia Putellas, centrocampista del Barcelona.