JULIÁN Sanz es uno de los pioneros del ciclismo de ultrafondo estatal. Sus piernas acumulan horas y horas sobre la bicicleta; y sus vitrinas, trofeos e historias de superación. Porque este vizcaino se mueve por impulsos y pedaladas. Tantas que fue campeón del mundo de la modalidad en 2007. Tantas que incluso puede presumir de ostentar el récord del Camino de Santiago tras cubrir en menos de un día -23 horas y 37 minutos- el trayecto desde Roncesvalles hasta la catedral. Sin paradas. Porque Sanz se ha cruzado Estados Unidos rodando sobre el asfalto. 5.000 kilómetros en apenas diez días. Y ha conocido lo mejor de Italia desde la perspectiva de su bicicleta después de recorrer 775 kilómetros en poco más de 26 horas. Pero no es de conformarse. Siempre quiere más. Por eso, a pesar de que en octubre de 2018 el vizcaino decidió aparcar la competición, ahora vuelve con más fuerza que nunca y un objetivo en la cabeza: la Race Around Austria, una prueba puntuable para la Copa del Mundo de ultrafondo que se desarrolla en el país centroeuropeo, con 560 kilómetros y 6.500 metros de desnivel y realizada sin soporte. Es decir, la única asistencia técnica estará a mitad de trayecto.

“Estaba convencido de que había terminado un ciclo y de que seguiría enganchado a las brevet o simplemente disfrutaría del ciclismo”, explicó Sanz tras anunciar su regreso a la competición. Y es que, después del Campeonato del Mundo de 24 horas que se desarrolló hace dos años en California, el corredor vizcaino decidió parar el cronómetro. Disfrutar de su deporte sin la presión de la clasificación. Sin embargo, una lesión mientras entrenaba en febrero del año pasado trastocó todos sus planes: “Mi única preocupación era recuperarme de la fractura de fémur ya que no tenía objetivos, pero ese proceso de convalecencia disparó las ganas de subirme a la bici en lugar de quitármelas y me motivé para ayudar a Jonathan Llorente en las 24 horas de Cheste, tan solo cinco meses después de la fractura. Al final he terminado volviendo a entrar en procesos de entrenamiento con un objetivo de competición, decidiendo participar en una prueba en la modalidad sin soporte ya que era mi primera idea si volvía”.

De esta forma, Sanz disputa hoy la Race Around Austria con la experiencia de los veteranos, pero con la ilusión de un aprendiz. De alguien que tuvo que aplicarse de nuevo en el arte de competir. El vizcaino ya tiene dorsal para pedalear durante 560 kilómetros alrededor de un país que no necesita filtros, un país que será testigo de su vuelta a la competición tras dos años en el dique seco.

El año de Ziortza Villa

Julián Sanz no será la única representación vasca en la Race Around Austria, ya que Ziortza Villa también tomará hoy la salida. La ciclista bilbaina se proclamó campeona de Europa de 12 horas la semana pasada en Italia, por lo que llega al país centroeuropeo con la autoestima por las nubes: “El objetivo de Austria es muy ambicioso, se trata de una prueba en línea con asistencia y el trazado es muy exigente. A pesar del confinamiento, he trabajado bien estos meses y la carrera en Italia ha sido un buen test de campo. He intentado recuperar bien porque espero poder rendir al mejor nivel en Austria”. De estas forma, Villa irá a por todas en los 560 kilómetros de una de las competiciones más destacadas de la temporada de ultrafondo, una prueba que aúna aventura, supervivencia y ciclismo.

Sanz decidió parar el cronómetro en octubre de 2018, pero una lesión mientras entrenaba el año pasado trastocó sus planes

“Mi única preocupación era recuperarme de la fractura de fémur y al final he vuelto a entrenar para competir”, explica