bilbao - Se rompió Chris Froome en un brutal impacto mientras reconocía el recorrido en el Critérium del Dauphiné del pasado año. Se hizo añicos el británico, quebrado en varios puntos cardinales, tantos que su rehabilitación para el ciclismo era una incógnita. De algún modo, aún lo sigue siendo. El hospital, el quirófano, las operaciones y la fisioterapia escribieron su biografía durante semanas hasta que ayer, ocho meses después de la pesadilla, de entrenarse con la fe la convicción propias de los que regresan a la vida, compitió. Un dorsal de verdad en la espalda. El día que deseó durante tanto tiempo. Un anhelo sanador. "Es en lo que he pensado durante meses: volver a competir. Será un gran alivio estar de vuelta en el pelotón nuevamente. Parece que me han dado una segunda oportunidad para volver a las carreras profesionales después de una caída como la que tuve", resolvió Froome antes de caminar hacia el desierto, hacia lo desconocido, a modo de John Wayne en Centauros del desierto.

Froome rastreó su memoria en el UAE Tour, ese escaso en tradición pero generoso en dinero. En los Emiratos, la primera etapa se la adjudicó Pascal Ackermann (Bora), pero ni la foto finish atendió al esprint. Froome era el foco. Lo nuclear. El regreso del jefe. "Estoy muy contento por estar de vuelta en el pelotón. Muchos corredores se acercaron a mí y me dijeron que querían volverme a ver y que era posible regresar después de un accidente tan grande", expuso el británico tras la conclusión de su primer contacto con las carreras.

A pesar del buen recibimiento y de la ilusión y cariño que percibió, Froome es consciente que se enfrenta a un enorme desafió para recuperar sus prestaciones. "Todavía queda mucho camino por recorrer hasta que regrese a donde lo dejé, pero las primeras sensaciones son realmente buenas. Verme con un dorsal y poner las manos en el manillar luchando en carrera me hecho feliz de nuevo. De nuevo me siento ciclista", describió el británico, que amaneció el día emocionado. "Para ser sincero, estaba realmente emocionado. Estoy emocionado de volver. Casi me sentí como si fuera un neo-profesional nuevamente, como si fuera mi primera carrera", se sinceró Froome, que asume que "sé en qué condición estoy. Sé que no estoy en condición ganadora, pero quería estar en condiciones suficientes para superar la carrera. Después de ocho meses no puedo establecer unas expectativas demasiado altas, pero solo estar aquí ya es una gran victoria para mí". Mientras Froome aprende a ser Froome, Remco Evenepoel se impuso en la crono final del Algarve para llevarse la carrera. Nairo Quintana, por su parte, pudo saborear el triunfo final en el Tour des Alpes Maritimes et du Var. -