Bilbao - Repleto de confianza, el discurso del Ion Izagirre es diáfano. El ciclista de Ormaiztegi, que está completando un curso estupendo en el Astana, no esconde su ambición ante la Vuelta que arranca hoy en Torrevieja. En la antesala de la carrera que conoció el pasado año, Izagirre imagina el podio de Madrid.

¿Cómo llega a la Vuelta?

-Llego bien. He podio hacer una preparación adecuada. Siempre digo que si no hay contratiempos, la preparación es buena. He podido entrenar bien y la competición que he tenido, en el Tour de Polonia, me hizo ver que estoy bien de forma.

¿Tiene ganas de que la carrera arranque?

-Sí. Al principio de temporada tenía como objetivo afrontar la general de la Vuelta y es un reto que asumo con ganas e ilusión.

El pasado año debutó en la Vuelta. Fue noveno. ¿Este año está más focalizado para pelear por una grande?

-Bueno, el año pasado también la preparé, pero sí es verdad que quizás el calendario que hice no fue el más idóneo para llegar a la Vuelta en óptimas condiciones. La última semana de la carrera se me hizo larga. Llegué con demasiados días de competición. Eso me pasó factura. Este año llevo otro tipo de calendario, otro tipo de preparación y veremos si funciona o no.

En la pasada edición de la Vuelta estuvo entre los mejores las dos primeras semanas, pero el cierre de la carrera se le hizo largo.

-El año pasado llegué con muchos días acumulados en las piernas. Para la primera semana, el Tour me dio buenas piernas. Iba muy bien. Pero son tres semanas, y la segunda parte de la carrera se me hizo dura.

¿Qué objetivo se pone para esta Vuelta?

-Mejorar el puesto del año pasado. Hacer una buena general. Pero hablamos de una carrera de tres semanas, en la que pasan mil cosas y habrá que ver dónde nos pone la carretera. La idea es estar lo más alto posible en la general.

¿Firma un resultado antes de salir?

-Firmaría estar en el podio ahora mismo. El año pasado hice noveno y tengo el objetivo de mejorar esa posición. Pero si se dan las mejores circunstancias posibles, luchar por el podio es algo factible.

Se mete entonces en el grupo de favoritos.

-Sí. Me meto en ese grupo. Veo a Roglic y Kruijswijk, con Valverde, Majka, Urán, Kelderman... como gente que disputará el triunfo. De salida hay que tener respeto a todos y luego ya se irá viendo qué es lo que pasa.

Astana parte con dos líderes. Miguel Ángel López y usted.

-Sí. Miguel Ángel viene con ganas y ya sabe lo que es hacer podio en grandes como el Giro y la Vuelta. Según pasen los días se verá quién es capaz de disputar la general y quién no. Si podemos jugar con dos bazas o solo con una. Hay que ir paso a paso, día a día.

Presentan una escuadra para luchar por la carrera.

-Venimos con un bloque potente. Está Jakob, está Gorka, que viene muy bien del Tour y de Donostia, está Omar, Cataldo, Luisle, Boaro? Tenemos un equipo muy completo.

La Vuelta no es tan cerrada como el Tour, donde el dominio del Ineos hace que la carrera esté muy controlada.

-La Vuelta es una carrera diferente, atractiva. Personalmente, yo la corrí por primera vez al año pasado y me sentí a gusto y aquí estoy otra vez. La Vuelta es la última grande del año. Se vive de otra manera al Tour, donde se respira mucha tensión y estrés. La Vuelta es una carrera importante y también existe el estrés, aunque sea distinto.

Sin un corredor que sobresalga sobre el resto, ¿entiende que la Vuelta será una pelea entre los bloques que presentan ustedes, el Movistar y el Jumbo?

-No creo que solo sea una cosa entre Astana, Movistar y Jumbo. Hay que tener respeto a todos. No solo sobresalen los tres equipos citados, pero sí es verdad, que el Jumbo presenta un equipazo con Roglic y Kruijswijk, pero hay equipos muy potentes.

¿Cuáles considera que serán las etapas claves de la Vuelta?

-La primera, la crono por equipos, ya marcará las primeras diferencias. Luego, las etapas próximas de Castellón, con Javalambre, Mas de la Costa, llegadas en alto exigentes que abrirán pequeñas diferencias. A partir de ahí, veremos quién estará en la disputa de la general. Luego está la etapa de Andorra, una jornada muy explosiva, exigente y corta. Diferente a otras etapas. No hay que olvidar la crono individual de Pau. Las cronos siempre marcan diferencias. A partir de ahí, tenemos la última semana con los Machucos, el Acebo, la Cubilla y las etapas de Madrid son etapas de desnivel y de desgaste. Con una semana final tan exigente, puede pasar cualquier cosa.

¿Le gusta el trazado de la carrera?

-A mí, llegadas tan explosivas como los Machucos y Mas de la Costa, con rampas del 18%, no me gustan tanto, pero cuando uno está bien de forma, sube bien, contrarrelojea bien, esprinta bien y baja bien. Si estás bien estás arriba y si no, abajo.

¿Ha podido estudiar el recorrido al detalle?

-Sí. Fui a examinar varias etapas. Las etapas de Asturias y Cantabria las vi. La de Mas de la Costa no la conocía y fui a estudiarla.

La Vuelta arranca con una crono por equipos, pero sobresale la contrarreloj individual de Pau.

-Siempre es importante empezar bien y con una crono por equipos de por medio, más todavía. Sobre todo para la moral, para la confianza de uno mismo y para la de la escuadra. Luego tenemos la crono individual de Pau con una distancia en la que se pueden hacer diferencias. Será uno de los puntos claves de la Vuelta.

¿Considera que con la igualdad que existe en la montaña, la carrera puede estar en Pau?

-No. La etapa de Pau será un punto clave, pero desde Pau hasta Madrid quedan muchos días complicados. No se puede decir que se decidirá en Pau, pero si será uno de los días decisivos en los que se harán diferencias. Desde Pau hasta el final de la carrera hay mucho terreno en el que hacer daño.

Completó un magnífico comienzo de temporada, con el triunfo de la Itzulia, la Volta a Valencia y una etapa en la París-Niza. ¿Haber logrado grandes resultados le libera de presión de cara a la Vuelta?

-Está claro que las victorias que preceden a la Vuelta te dan moral y siempre viene bien de cara a la confianza, pero al final esas victorias quedan un poco lejos en el tiempo. Aquellas victorias y aquella forma física no tienen nada que ver con lo de ahora. Veremos cómo estamos.

¿La victoria en la Itzulia le ha hecho ser más ambicioso, tener más confianza en sus posibilidades?

-Sí. Ganar siempre te da confianza y la Itzulia era una carrera que tenía en mente. Había hecho varios podios y estaba rozando la victoria, pero de ahí a ganar siempre hay un salto. Lo difícil es dar ese salto. El ganar te da ese plus de afrontar las carreras con otra mentalidad y confianza.

¿Es mejor ciclista que antes de ganar la Itzulia?

-No, no. Más que ser mejor ciclista es que adquieres otra confianza, es un tema más mental que físico. Ahora afrontas la carrera con más hambre de ganar, si cabe. El hecho de tener más palmarés te da otra perspectiva. Gané una vuelta WorldTour como la Itzulia y por qué no estar también en lo más arriba ahí en la Vuelta.

El lunar de la campaña fue su participación en el Giro, donde no rindió como esperaba.

-Acudí con la idea de estar lo más cerca posible de Miguel Ángel López en las etapas de montaña y no pude estar a mi nivel. No me encontraba bien ni físicamente ni preparado mentalmente. Se me hizo un poco largo el primer tramo de la temporada. Siendo sincero, se vio que no pude estar delante en las etapas claves. No me avergüenzo en decirlo. Fue decepcionante.

Supongo que esa saturación ha quedado atrás.

-No puedes estar siempre mirando al pasado y llorando. Hay que aprender de los errores. Se afrontan y se mejoran.