- La asamblea general de la ACB rechazó ayer, con 17 votos a favor y uno en contra, la afiliación del Gipuzkoa Basket, por lo que, de momento, la próxima temporada de la Liga Endesa seguirá contando con 18 equipos. El club donostiarra, que presentó todos los requisitos para el ascenso hace un par de semanas, ya anunció su intención de emprender medidas legales si no se le otorgaba una de las dos plazas de ascenso que le correspondía en virtud del convenio entre la ACB y la Federación Española. La otra debía ser para el CBC Valladolid, pero los pucelanos no han presentado la documentación exigida y su futuro seguirá estando en la LEB Oro.

De todas formas, la votación de ayer solo fue una manera de ganar tiempo ya que para el próximo martes está prevista una reunión que debe ser definitiva entre la ACB, la FEB, el Consejo Superior de Deportes y el propio club guipuzcoano para tratar de poner orden en el caos, otro más, que ha generado esta temporada del coronavirus. Pese a las estrecheces del calendario, los clubes de la ACB han asumido que será difícil evitar el ascenso del Gipuzkoa Basket este verano, so pena de meter a la Liga en otro embrollo judicial que a nadie beneficia, pero también tienen claro que la competición, para su sostenibilidad futura, tiene que contar con 18 equipos como mucho a partir del curso 2021-22. En esa reunión, se pretende determinar cómo se regresaría a esa situación, si con tres descensos y dos ascensos, como defiende la FEB, o con dos descensos y solo un ascenso, como es la intención de los clubes de la ACB, sobre todo los de la parte media-baja de la tabla, que no quieren correr riesgos.

Es de esperar que en esta cita a cuatro bandas se llegue a un acuerdo definitivo y de no haberlo será el CSD quien tome una determinación que será obligado cumplimiento. Todas las partes creen tener la razón de su lado, aunque la ACB decidió en su momento que no habría descensos en su competición al no poder completarse por la pandemia y la FEB concedió también sus dos plazas de ascenso sin concluir la competición de la LEB Oro. Así, el escenario más probable en este momento es que las dos principales competiciones profesionales del baloncesto masculino tengan la próxima temporada 19 equipos, con dos jornadas de descanso para todos, lo que obliga a configurar un calendario de 38 fechas, cuatro más de las habituales.

En este sentido, la ACB también aprobó las fechas de arranque de la nueva temporada 2020-21, que serán el 12 y 13 de septiembre con la disputa de la Supercopa. En La Laguna, se medirán por el primer título el anfitrión Iberostar Tenerife, que se estrena en el torneo inaugural; el Baskonia, como campeón de Liga; el Real Madrid, como campeón de Copa; y el Barcelona, como subcampeón de Liga. La Liga Endesa comenzará la semana siguiente, entre el 18 y el 20 de septiembre.

Los clubes pueden ya empezar a planificar el comienzo de la pretemporada que para la mayoría será no más allá de la segunda semana de agosto. Pero a partir de ahí son todo incertidumbres ya que aún no se sabe cómo se va a poder organizar el trabajo de pretemporada y la disputa de amistosos de preparación, sobre todo en el caso de equipos como el Bilbao Basket que no cuentan con instalaciones propias, ni qué protocolos habrá que seguir dado que la pandemia está lejos de remitir. También se desconoce si habrá público en los pabellones con el regreso de la competición, y si lo hay en qué cantidad, lo que afecta a los ingresos por la venta de abonos y localidades.

La fase final que se jugó el pasado mes de junio en Valencia fue excepcional, como se calificó, porque ahora los clubes tienen que abordar su propia realidad, muy compleja, que va a poner a prueba su capacidad organizativa y de gestión. Las diferentes plantillas ya van tomando forma, el mercado se sigue moviendo con apariencia de normalidad, pero el futuro de muchos de ellos depende de qué decisiones se tomen en las próximas semanas en los diferentes despachos. Volver a las eternas discusiones en el baloncesto estatal ayuda bien poco porque el enemigo es otro.