BILBAO. Toda victoria acostumbra a llegar acompañada de un efecto revitalizante, pero la conquistada por el Bilbao Basket el pasado sábado en la complicada cancha del San Pablo Burgos es de las que llevan adosada ese efecto multiplicado por dos. La racha de tres derrotas seguidas (cinco en seis encuentros), la última de ellas en Miribilla ante el MoraBanc Andorra, no había abierto ninguna grieta en la estructura de un vestuario que conoce mejor que nadie su realidad y el lugar que ocupa en el salvaje ecosistema de la Liga Endesa, pero sí que aumentaba la exigencia y la tensión de cara a las citas más inmediatas atendiendo a las apreturas en la parte baja de la tabla clasificatoria y al hecho de que parece que este curso ningún equipo está por la labor de descolgarse a las primeras de cambio. Pero el conjunto de Álex Mumbrú respondió de manera sobresaliente a las primeras de cambio, superó las bajas de Jonathan Rousselle y Emir Sulejmanovic, dos titulares, asaltó el Coliseum burgalés, vuelve a tener un colchón de tres victorias respecto a la zona de descenso y ahora afronta un ciclo de encuentros que pueden servirle para marcar territorio.

Los hombres de negro cerrarán la primera vuelta rindiendo visita al galáctico Barça, pero antes afrontarán tres encuentros ante rivales de la zona baja de la clasificación. Así, el próximo sábado (18.00 horas) pasará por Miribilla el Coosur Betis, penúltimo clasificado con tres victorias y diez derrotas, siete días después tocará visitar la áspera cancha del UCAM Murcia, décimo cuarto con un balance de 4-9, y el año 2020 se inaugurará con la llegada al recinto vizcaino del Movistar Estudiantes, último en la tabla con el mismo balance que los andaluces. De lo que acontezca en esta fase del calendario dependerá buena parte de la tranquilidad o la exigencia que los de Mumbrú tendrán ante sí de cara a la segunda vuelta de la competición. No serán en absoluto duelos sencillos porque ninguno lo es para un equipo como el vizcaino, pero sí una notable oportunidad para conseguir todavía más aire clasificatorio y mantenerse en la zona templada a costa de rivales que atraviesan por importantes baches de resultados.

El Betis, compañero de los bilbainos en el ascenso desde la LEB Oro tras arrasar en la categoría de plata la pasada temporada, llegará este sábado al Bilbao Arena tras haber cosechado una sola victoria en sus últimos siete compromisos, en casa ante Estudiantes, y todavía no conoce la victoria en sus desplazamientos, su auténtico punto débil en el presente ejercicio. Los entrenados por Sito Alonso, por su parte, han sumado en su cancha tres de las cuatro victorias que figuran en su casillero (contra Betis, Zaragoza y Valencia) y esta semana visitan al Estudiantes con el objetivo de poner fin a su racha de cinco derrotas seguidas. Por último, el cuadro colegial no conoce el triunfo desde la sexta jornada, cuando lograron en Málaga su única victoria fuera.