El Bilbao Basket sabe que su afición no le va a abandonar ahora que los resultados no están siendo los esperados y se ha instalado en demasiados sitios un estado de pesimismo que parece preludiar una catástrofe. Unos 2.000 seguidores, con mayoría de niños, niñas y jóvenes, acudieron ayer a Miribilla para ver el entrenamiento a puerta abierta de los hombres de negro. Se desbordaron todas las previsiones y tras cumplir con el trabajo en cancha los jugadores y los técnicos emplearon más de dos horas en cumplir con las fotografías y los autógrafos tras una sesión en la que quizás empezó a ganarse el partido de mañana ante el Manresa.

Tras la excelente respuesta de la marea negra, ahora le toca al equipo responde en la cancha. “Necesitamos que todo el mundo dé un paso adelante en todos los sentidos y que encuentre la forma de ayudar cuando las cosas van bien y cuando van mal”, comentó Jaume Ponsarnau en la rueda de prensa previa a recibir al conjunto manresano, que pelea por una de las dos plazas que quedan libres para la Copa. El entrenador del Bilbao Basket reconoció que la derrota ante el Palencia “hizo daño”, sobre todo porque quedó la sensación de que “por primera vez el plan de partido no fue competitivo”.

En todo caso, cuando en comparecencias recientes se ha referido a una mala mentalidad de su equipo no ha sido “por no querer, sino que nos ha faltado carácter para manejar los momentos de desacierto. Cuando los rivales actúan sobre nuestra inspiración o nuestras virtudes nos cuesta readaptarnos, nos falta esa solidez y determinación para intentar llevar mejor la frustración”. Ponsarnau señaló que en busca de estas virtudes “vamos tratando de encontrar jugadores que se adapten a los partidos y en Palencia claramente nos faltaron”.

En este sentido, admitió la mala racha que atraviesan jugadores claves en el tiro exterior como Smith, Kullamae y Reyes, pero les pidió que “también asuman responsabilidad defensiva y se esfuercen cuando no están inspirados para no restar”. El trabajo mental, por tanto, está ocupando espacio en el día a día, pero no hay tiempo para lamentarse porque mañana llega un duelo en el que “la exigencia va a ser grande. Hay que llegar bien de energía y con muy buena mentalidad. El Manresa es el equipo que juega más posesiones, que más triples tira y es el equipo que tiene un índice de rebote ofensivo más alto”.

Un partido para correr

El Bilbao Basket se va a ver obligado a correr mucho “para atrás para controlar es su juego en carrera” del conjunto catalán, pero también “para adelante”. “Sería un error ir con el freno de mano echado porque nosotros también queremos correr, pero para eso tenemos que controlar el rebote defensivo. Y también tenemos que estar acertados en el triple”, apuntó Ponsarnau.

En el bando manresano, no quieren dejarse deslumbrar por la posibilidad de entrar en la Copa para lo que dependen de sí mismos en una jornada que no va a ser unificada. “Hemos hecho lo mismo de otras semanas y de la Copa no hemos hablado porque las cuentas son sencillas. Tenemos que preocuparnos de ganar porque así lo habremos asegurado. Si hubiéramos dicho a principio de temporada que el Manresa estaría en la Copa y el Baskonia o el Tenerife no, nos habrían tomado por locos”, señaló Pedro Martínez, que piensa que acabar la primera vuelta “con diez victorias ya es un gran balance”. El Manresa estará acompañado en Miribilla por una cincuentena de aficionados que harán el viaje en el día y “queremos que si no ganamos, lo demos todo para que se sientan orgullosos y les merezca la pena el esfuerzo”. El técnico del conjunto del Bagès advirtió de que el choque ante el Bilbao Basket será duro para los suyos ya que “está haciendo una buena temporada especialmente en casa. Todo lo que hacen tiene un porqué y se adaptan al rival. Será un partido difícil en un campo con muy buen ambiente. Tienen un excelente juego posicional y muchísimas opciones en ataque”.