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Organizador de Las Arenas-Bilbao

José Antonio Galiana: "El corredor va a encontrar muchos alicientes en Las Arenas-Bilbao"

La carrera más antigua de asfalto que se disputa en Euskadi regresa este domingo y la organización prevé superar los más de mil inscritos

José Antonio Galiana: "El corredor va a encontrar muchos alicientes en Las Arenas-Bilbao"Borja Guerrero

El covid ha trastocado todos los calendarios deportivos y muchas de las habituales carreras que se corren en el territorio han sido suspendidas. Los organizadores de Las Arenas-Bilbao no querían que otro año más su tradicional carrera, la decana vasca en la modalidad, no se disputara y se adaptaron a la situación. Retrasaron la fecha y diseñaron una prueba con las condiciones actuales. Así, la cita que parte desde el barrio getxotarra se disputará este domingo y se espera que la barrera de los mil participantes se supere ampliamente.

Desde la organización, ¿cómo se sienten a unos días de celebrarse la carrera Las Arenas-Bilbao?

—Estamos con muchos ánimos. Hemos pasado ya de las mil inscripciones y en esta última semana es cuando la gente se va a ir sintiendo mejor para apuntarse porque es la primera carrera importante que se va a hacer en Bizkaia este año. Esa es la sensación que tenemos por lo que nos llega de la gente que está entrenando.

¿El ritmo de las inscripciones va por debajo o por encima de lo esperado?

—No habíamos pensado ni una cosa ni la otra. Sí que es cierto que cuando a unas personas les habitúas a una fecha y la cambias, puede repercutir en más o en menos inscripción, pero hasta la última hora no lo sabremos. Va a ser el último año que se va a hacer en esta fecha, porque volveremos al 30 de enero, pero sí que es una fecha que gusta porque está más metida en la primavera. Pero lo que nos ha obligado a cambiarla ha sido el tema de la pandemia.

¿Qué es lo que se va a encontrar el participante en esta prueba?

—El corredor se va a encontrar con muchos alicientes. Va a correr la carrera más antigua de Euskadi por asfalto, nacida en 1930 y que ha sobrevivido a múltiples interrupciones, como la de la Guerra Civil, y ahí sigue aguantando. Tiene historia y también un recorrido excelente, con una orografía agradable, al lado de la ría, y con el tráfico interrumpido desde Las Arenas a Bilbao. Es una gozada y un privilegio hacer una carrera en una carretera en la que hay un montón de vehículos todos los días. Van a encontrar también mucho público animando, sobre todo en la zona de la salida, en el embarcadero de Erandio, en Lutxana y en la entrada de Bilbao, donde se coloca el avituallamiento del ecuador de la carrera. También está la zona peatonal donde habrá mucha gente porque aquí vivimos las carreras populares con intensidad.

¿Se necesita una condición física especial para afrontar la carrera?

—Esta carrera la puede hacer cualquiera que haga tres días de ejercicio a la semana y tenga unas condiciones mínimas. Estamos con el coronavirus presente y habrá gente que tenga todavía afecciones por el virus o por la vacuna. Pero entendemos que el deporte, en la mayoría de sus casos, es bueno para la salud y para la recuperación. Luego, el nivel de exigencia que tenemos es de una hora y cuarenta y cinco minutos para terminarla, esto quiere decir que andando a paso de marcha se podría terminar por lo que es apta para una persona que no esté al cien por cien. Hemos tenido personas octogenarias que la han terminado sin ningún tipo de problema. Además, una vez entrada la carrera en la zona de Uribitarte, ya es todo peatonal hasta la meta y no hace falta andar presionando a la gente debido a los cortes de tráfico, por lo que se puede tener algo de manga ancha y las personas puedan cumplir sus objetivos.

¿Cuáles son sus preocupaciones en el aspecto organizativo?

—Con los cambios, las restricciones y todos los temas que han supuesto retrasos, además del sedentarismo de la gente que habitualmente hace deporte, no sabemos cómo va a repercutir en el estado físico de la gente que corra. La estructura que tenemos de organización vamos a mantenerla, pero el principal problema que nos vamos a encontrar es el de la forma física de la gente. Lógicamente se ha reducido su capacidad física y hemos preparado una dotación importante a nivel sanitario. Médicos, tres ambulancias y una pequeña campa de sanitarios.

¿Qué dificultades destacaría en la organización de la carrera?

—La mayor dificultad es que nuestros dirigentes están dejando pasar una oportunidad para gestionar el deporte como turismo de ocio. Es curioso que con el patrimonio de eventos que tenemos, estemos buscando siempre que haya deportes de élite y no nos damos cuenta que el deporte popular es el que trae el dinero a la ciudad. Está bien que venga el Tour, los saltos de trampolín... pero son deportes de exhibición y no traen tanta gente. Tenemos que pensar en lo que queremos. Por ello, eventos como este tienen que estar mejor promocionados por las instituciones y esa es la preocupación que tenemos. Con el coronavirus los patrocinios están escasos y no sabemos qué va a pasar a partir de ahora. La preocupación de la organización es la continuidad y que tiene que haber una mentalidad entre los gestores políticos para que de una vez quede aprobado el deporte como turismo de ocio. Pero no hay esa cultura. Y solo tenemos que ver cómo vende Donosti la Behobia-San Sebastián. No hemos aprendido nada teniéndola al lado.

¿Cómo se siente una vez que cumple su objetivo de sacar adelante la prueba?

—Aunque tengamos todo controlado, siempre sientes esa presión, los nervios. Es como una obra de teatro cuando vas a representarla, aunque ya lo hayas hecho varias veces. Luego, una vez sale todo bien es perfecto, pero sientes también un bajón. Aunque la adrenalina vuelve a los dos o tres días y vuelves con ello. No buscamos más que el reconocimiento de nuestra gente, porque nadie nos va a venir de fuera a felicitarnos. Es muy triste, pero solo se acuerdan en los vaivenes electorales. Sentimos ganas porque obviamente es como una criatura. Luego, también hemos abierto las puertas a mucha gente y siempre que podemos estamos dispuestos a ayudar.

“El corredor se va a encontrar la carrera más antigua de Euskadi, un recorrido excelente, una orografía agradable y sin tráfico”