El exportero y entrenador navarro Juan Carlos Unzué convocó ayer a los medios de comunicación para hacer público que padece esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Lo supo el pasado año, justo cuando acababa de empezar la pretemporada con el Girona. Pero sobre todo Unzué, hermano de Eusebio, actual gerente del equipo ciclista Movistar, y tío de Marta, jugadora del Athletic, convocó a la prensa rodeado de las estrellas del Barça para dar a conocer su compromiso: dar visibilidad a esta enfermedad incurable, que afecta a unas 4.000 personas en el Estado español, desde su nueva perspectiva. Mostrando el talante de quien ha asimilado el mal trago y está dispuesto a la lucha.

“Mi etapa como entrenador se ha acabado. Ahora voy a firmar por un equipo modesto pero muy comprometido, y voy a tener muchos compañeros y compañeras. Un equipo con mucho movimiento en el mercado de fichajes porque, desgraciadamente, cada día firmamos a tres caras nuevas y perdemos a otros tres compañeros a causa de la ELA”, dijo el exfutbolista, enrolado en la Fundación Luzón y trabajando para recaudar fondos “que ayuden a la investigación y a encontrar un tratamiento para esta enfermedad” que, recordó, “actualmente no tiene cura”.

Unzué, de 53 años, estuvo arropado en el Auditorio 1899 del Camp Nou por Josep Maria Bartomeu, presidente del Barça, el entrenador Quique Setién, cuatro jugadores de la primer plantilla; Sergio Busquets, Piqué, Sergi Roberto y Jordi Alba; el excapitán Carles Puyol y el actual seleccionador español, Luis Enrique Martínez, de quien fue ayudante durante su etapa en el equipo azulgrana y con el que le une una estrecha relación personal.

“Os puedo asegurar que lo llevó bien, que estoy fuerte mentalmente para convivir con esta difícil enfermedad y que me siento un auténtico privilegiado por lo que la vida me ha dado hasta este momento”, aseguró el extécnico. Unzué añadió que se siente “afortunado por todo lo que puedo hacer en este momento respecto a la ELA y otras enfermedades parecidas, que son invisibles, pero aparecen y están ahí”.

Forjado en la cantera de Osasuna, Unzué dio el salto al Barça (1988-90), y luego defendió la portería del Sevilla, Tenerife, Oviedo y Osasuna. Su trayectoria como entrenador le llevó al Numancia, Racing, Celta, Barça, como ayudante de Luis Enrique; de nuevo el Celta y al Girona, donde supo de su enfermedad. “Entonces, el doctor Ricard Rojas me animó a seguir adelante. Desde el pasado verano voy cojeando, mi pie derecho ha perdido fuerza y el dedo gordo del pie se me cae un poco. He tenido que cambiar la técnica para andar”, explicó ayer con un asombroso sentido del humor. Aquello, dijo, no le impidió seguir en el banquillo. “Estaba limitado, pero podía seguir adelante. Hasta que salí del equipo y me centré en la enfermedad”. Y en eso está desde octubre.

La esclerosis lateral amiotrófica (o ELA) es una enfermedad del sistema nervioso central, caracterizada por una degeneración progresiva de las neuronas motoras en la corteza cerebral (neuronas motoras superiores), tronco del encéfalo y médula espinal (neuronas motoras inferiores). La consecuencia es una debilidad muscular que puede avanzar hasta la parálisis, extendiéndose de unas regiones corporales a otras. Amenaza la autonomía motora, la comunicación oral, la deglución y la respiración, aunque se mantienen intactos los sentidos, el intelecto y los músculos de los ojos. El paciente necesita cada vez más ayuda para realizar las actividades de la vida diaria, volviéndose más dependiente.

El científico británico Stephen Hawking ha sido la imagen más conocida por la opinión pública en la lucha contra la ELA. Se le diagnosticó la ELA en 1963, con solo 23 años. Con el paso de los años, la enfermedad limitó su movilidad física pero no su brillantez intelectual, convirtiéndose en uno de los científicos más prolíficos de la historia. Se caso en dos ocasiones (1965 y 1995) y tuvo tres hijos. Falleció el 14 de marzo del 2018 en Cambrige a los 76 años.