Bilbao - A cinco jornadas del final de la temporada, el Bilbao Basket ya está en puestos de descenso. ¿Cuesta asumirlo?

-Era un riesgo que ya contemplábamos desde hace unas semanas. Además, hay un equipo como el Joventut que ha cogido una racha positiva y parece que ha escapado de la quema. Es una realidad, a día de hoy con un partido menos.

¿Le parece que es una situación reversible? Porque mucha gente se empieza a temer algo más grave que el descenso.

-Para ello luchamos, para que sea reversible. El equipo está muy concienciado, sabe lo que nos jugamos, y va a dar todo lo que tiene para darle la vuelta. No va a ser fácil porque el calendario tampoco lo es, pero el compromiso de todos los jugadores y todo el cuerpo técnico es hacer lo máximo posible para dar la vuelta a la situación.

El otro día decía en otra entrevista que no contemplaba el descenso. ¿No contempla el descenso o no contempla jugar en la LEB?

-No lo contemplo porque hasta que no lo vea no lo voy a aceptar. Hay que luchar hasta el último partido y tenemos que seguir preparándonos para conseguir esas dos o tres victorias que nos van a hacer falta.

¿Se arrepiente el consejo de administración del Bilbao Basket de algunas de las decisiones que se han tomado esta temporada? ¿Actuarían ahora de otra manera?

-Cuando tomas una decisión siempre piensas que ha sido la correcta. Luego, lo valoras y puedes pensar que no ha sido la correcta. Pero creo que volveríamos a actuar igual en todas las decisiones porque se tomaron con el mejor de los criterios y pensando que era lo mejor para el club.

¿Ha podido haber un mal manejo de las expectativas? Porque quizás el problema ha sido que ha costado asumir desde el principio que el objetivo era la permanencia.

-Ha sido un año atípico del que habrá que hacer balance al final. Partíamos con un presupuesto algo más bajo que el año anterior, intentamos ser conservadores y eso nos lastró al principio. Pensamos que con lo que teníamos el equipo iba a estar en la liga sin los problemas que está teniendo.

Al margen de lo deportivo, el problema del club es el dinero, que no termina de llegar en la medida que se necesita.

-Arrastramos una situación heredada desde hace unos años y estamos luchando mucho para darle la vuelta. Es complicado porque los ingresos que esperamos no se están dando y los cambios que hemos tenido que hacer afectan al devenir de la economía. Pero seguimos trabajando para sumar gente y apoyos y que vean que el proyecto de tener baloncesto de élite es bueno para Bilbao y Bizkaia.

Pero este mensaje parece que no cala. El club habló de unos ingresos que no han llegado. ¿Por qué?

-Yo tampoco tengo la solución para que la gente apueste por el baloncesto. Hoy en día las empresas cada vez apuestan menos por el deporte de élite y por ese patrocinio estático, sino que lo hacen por el deporte femenino o por otro tipo de eventos. Hay muchas dificultades para acceder a esos recursos porque están menguando.

¿Cómo hay que interpretar la presencia de varios políticos en el palco en el partido ante el Andorra?

-Nosotros lo hacemos de una manera muy positiva. Ellos quieren que sigamos con el baloncesto en Bizkaia, quieren apoyarnos, quieren estar con nosotros y yo solo puedo agradecérselo. Soy optimista, ya que me parece una señal que cuando las cosas van mal quieran arroparnos.

A estas alturas, ¿hay algún plan para el futuro? ¿El club podría seguir en la LEB?

-No contemplamos ese escenario porque estamos trabajando para seguir arriba. Si se diese, tendríamos que ver cómo se podría hacer. Hay clubes que bajaron y volvieron a subir y tirar hacia arriba. Pero prefiero pensar en los cinco partidos que quedan y, si ocurre lo peor, ya pensaríamos como actuar. Aunque hay un riesgo, claro.

Pero esos 8.000 que van a Miribilla y a los que tanto se apela merecen una respuesta porque ya se ve que con ellos no es suficiente.

-Lo que ocurre es que no somos conscientes del nivel de deuda que adquirió el club en la temporada 2014-15. Y con un presupuesto bajo es muy complicado generar cash para devolver deuda. Son años muy complicados porque no somos capaces de generar la tesorería que necesitamos para comenzar a devolver la deuda. Necesitamos unos apoyos a ciertos niveles. Hemos perdido ese gran patrocinador de referencia, ese volumen de patrocinio que el club ha tenido otros años y en ello estamos porque el club lo necesita para salir adelante.

Usted fue jugador y vivió también una época mala que parece que se repite cíclicamente. En el baloncesto de Bizkaia parece que las cosas tienen que ir o muy bien o muy mal, el término medio no interesa.

-No creo que estos mensajes negativos sean ciertos ni buenos. En la época del Cajabilbao eran otras circunstancias, no se encontró otra alternativa al dueño del club, pero el Bilbao Basket tiene 18 años y creo que ha cuajado perfectamente y ha tenido temporadas muy buenas. Tiene una historia suficientemente larga como para pensar que hay interés y ganas para que haya baloncesto en Bizkaia. Pasó lo que pasó hace unos años, hubo un quebranto económico y ahora estamos tratando de superarlo. Pero no podemos dar la impresión de que todo lo que tiene que ver con el baloncesto tiene un matiz negativo. Eso lo tratamos de contrarrestar porque pensamos que el proyecto de baloncesto en Bilbao es maravilloso. Tenemos una afición extraordinaria y un pabellón de los mejores de la ACB.

Eso ya lo sabemos todos.

-Claro, pero si los que estamos en el baloncesto hablamos mal de él, es lo que acaba calando. Esos mensajes negativos me duelen.

Pero algo estará haciendo mal el baloncesto, en general, para que ciudades importantes desde todos los puntos de vista como Sevilla, Zaragoza o Bilbao tengan clubes con muchos problemas.

-Claro, pero nosotros no tenemos el gran apoyo institucional que tienen otros clubes como, por ejemplo, los canarios. Queremos luchar contra eso y es muy difícil y más aún con la herencia que hemos recibido.

¿Bilbao se puede conformar con tener un club que esté entre el 12 y el 16 de la Liga Endesa?

-Creo que no deberíamos, pero la realidad es esa. Está claro que tenemos muchísimos problemas, que no tenemos la capacidad de reacción que están teniendo otros clubes, como el propio Zaragoza estos días atrás.

¿Necesitaría el club una refundación, una revolución, si es capaz de limpiar todos los problemas?

-Pues a lo mejor sí. Nosotros no tenemos problemas en acoger a gente que quiera ayudar e, incluso, cederle las riendas del club. Si viene algún grupo empresarial con recursos y ganas de liderar, no seríamos un problema porque solo estamos gastando tiempo en el club porque queremos salvarlo.

¿Y llevar la búsqueda de los recursos fuera del entorno más cercano?

-Es más difícil gestionar esos recursos porque se busca un impacto más cercano y mediático. Las marcas de aquí se quieren anunciar aquí, pero si viene un inversor chino, por decir algo, no pondríamos pegas. Pero es difícil tal y como está montado el baloncesto que inversores de ese tipo quieran entrar. Porque en el fútbol pueden recibir cien veces más solo por derechos de televisión.

Como conclusión, ¿qué mensaje se le puede mandar a la afición?

-Pues que vamos a dejarnos todos la piel en estos cinco partidos. El equipo va a estar unido para dar el máximo, ese es el mensaje que hay que mandar ahora. Ahora solo estoy pensando en el partido de Málaga, en que el equipo se rearme para tratar de sumar esa victoria que tanta falta nos hace. A partir del 24 de mayo ya veremos dónde estamos y qué es lo que pasa.