Orio reina en el infierno
Los ‘aguiluchos’ ganan la Bandera de La Concha diez años después con una exhibicion en el largo de vuelta, donde endosaron una diferencia de 24 segundos a un tocado Urdaibai
Donostia - Las caras de los remeros de Urdaibai eran un poema. Incrédulos. La sensación de haber regalado la regata era grande en las tostas de la Bou Bizkaia. Tuvieron la Bandera de La Concha en la mano y fallaron a la hora de rematar. Las tablas a la altura de la isla vislumbraron una victoria azul, pero los bermeotarras vieron su sueño esfumado cuando el poder de la alianza formada por Orio y la mar les golpeó de lleno. Los aguiluchos entendieron a la perfección las complicadísimas condiciones del campo de regatas y decidieron no luchar contra las olas, sino convertirlas en el amigo perfecto y así las gobernaron. Reyes en el infierno. Su final fue brutal, guiados por un magistral Gorka Aranberri, la San Nikolas encadenó una ola tras otra, mientras Urdaibai bogó perdido en la bahía donostiarra, con una trainera por momentos a la deriva, a merced de la mar. Los oriotarras consiguieron una ventaja de 24 segundos en el tramo final para firmar una remontada histórica y devolver al club más laureado la Bandera de La Concha diez años después. Y el llamado a ser el gran rival de los entrenados por Joseba Fernández, Hondarribia, tuvo una jornada accidentada y se vio superada en el global por Kaiku. Zierbena fue séptimo en el día tras una mala actuación.
Las previsiones se cumplieron. Las adversas condiciones de la mar y las potentes ráfagas de viento del noroeste se convirtieron en protagonistas antes de iniciar la regata. Un fuerte rugido de la climatología que tuvo en vilo incluso la propia celebración de la regata. Las olas superiores a los tres metros dieron tintes épicos a la Bandera de La Concha y las traineras lucharon a cada palada por sobrevivir en un escenario lleno de obstáculos. El agua se acumuló en las embarcaciones y navegar con fluidez fue una tarea imposible. Una montaña rusa en plena bahía. Con los botes volando por momentos o desapareciendo de la vista cada vez que se hundían en el agujero de la ola. Imágenes espectaculares para el público, tormento para los remeros.
El esperado duelo entre Urdaibai y Hondarribia pronto quedó aparcado, las opciones hondarribitarras se esfumaron con el sorteo de calles. La bola con el número uno marcó su destino. Directos a un infierno. Los peores augurios fueron confirmados con el banderazo de salida. La Ama Guadalupekoa tuvo muchísimos problemas para bogar hasta la llegada al Acuarium. Paradas y arrancadas constantes por culpa de las olas, máxima exigencia para los músculos de los remeros. Este esfuerzo titánico no tuvo ni una pequeña recompensa, solo sirvió para sobrevivir y para ver cómo la Bandera de La Concha se convirtió en cosa de dos.
Urdaibai y Orio no necesitaron demasiadas paladas para poner pies en polvorosa y convertirse en exclusiva en los candidatos a la Bandera de La Concha. Pelea entre dos. El defensor del mejor tiempo y del título contra el soñador aspirante. Los oriotarras supieron en todo momento que sus opciones eran escasas, que necesitaban que muchos factores se aliaran. Pero ellos creyeron. No se podían ir de la bahía donostiarra sin intentarlo, sin dejarse hasta el último gramo de energía en una empresa que no pintó bien en la primera mitad. El ímpetu de la San Nikolas les permitió realizar una grandísima salida, pero la Bou Bizkaia respondió con holgura. Golpe de autoridad para demostrar que querían ganar la regata además de llevarse la bandera. El mano a mano entre las dos traineras fue frenético, siempre en una horquilla inferior a los dos segundos y sin poder despegarse. Metros y metros sobre una mar revuelta que daban más opciones a Urdaibai.
Hundidos tras la ciaboga Antes de la ciaboga, la embarcación vizcaina amenazó con romper la regata. La Bou Bizkaia aceleró dispuesta a marcar diferencias y abrió una pequeña brecha con sus perseguidores. Pero ayer la mar quiso emoción. Dos olas en contra frenaron a los bermeotarras, que a la hora de realizar la maniobra tampoco estuvieron acertados, tomándola demasiado abierta y permitiendo que Orio cogiera de nuevo la proa de la regata. Esta situación dio alas a los aguiluchos, se vieron con fuerza y tiraron hasta colocarse con una ventaja superior a los cinco segundos. Sin embargo, Urdaibai mantuvo la cabeza fría, siempre supo que sin ganar la regata podía llevarse la bandera y mantuvo su remada para igualar la contienda y llegar a la isla con el mismo tiempo que la San Nikolas.
Un momento que tardará en marcharse de la memoria bermeotarra. Fue donde todo cambió. Urdaibai quedó completamente clavado, incapaz de gobernar la trainera y sin acertar a la hora de coger las olas. Situación antagónica a la vivida por Orio. Los remeros de la San Nikolas disfrutaron en las condiciones más adversas. No dejaron que la tormenta pasara, bailaron con ella. Los patroneados por Gorka Aranberri encadenaron una ola tras otra y pasaron de estar igualados a protagonizar una voltereta histórica gracias a los 24 segundos que lograron en menos de medio largo.
Orio12:2421:39,7240:43,021
Urdaibai12:2622:04,0040:57,522
Kaiku12:5022:46,6241:54,263
Hondarribia12:5122:59,7841:57,584
San Juan14:0423:51,8243:23,225
Zierbena14:2524:08,8643:30,646
Donostiarra14:2924:00,0643,32,547
Tirán14:5124:18,0043:41,948
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