Al Bilbao Basket le cogen la matrícula
Los rivales han desactivado la efervescencia inicial de un conjunto que en los seis encuentros que lleva perdidos ha encajado 85 o más puntos
BILBAO - La ausencia de partido continental pasado mañana -le toca su segunda y última jornada de descanso en la fase de grupos de la Eurocup- tendrá un doble efecto en el RETAbet Bilbao Basket. Por un lado, desaparece la posibilidad de revancha rápida, lo que hace que la plantilla y el cuerpo técnico tengan más días para masticar la amarga derrota sufrida el domingo en Málaga, la sexta en los últimos siete compromisos; por otro, los hombres de negro tendrán más jornadas para calmarse, reflexionar, reordenar sus ideas y tratar de sacar las conclusiones necesarias para darle la vuelta a esta negativa dinámica en la que están inmersos, en absoluto alarmante a día de hoy pero sí inquietante, sobre todo porque las sensaciones han ido empeorando con el paso de las semanas.
Está claro que el actual Bilbao Basket muy poco tiene que ver con aquel magnífico equipo que arrancó el curso tan brillante en las formas como contundente en su fondo. Probablemente, aquel inicio de campaña tuvo mucho de irreal y ello provoca que el actual socavón de resultados parezca más profundo de lo que es, pero lo cierto es que el actual conjunto vizcaino ha bajado muchos enteros su rendimiento desde que en su calendario hicieron acto de presencia los compromisos continentales, algo que coincidió en el tiempo con la lesión de Jonathan Tabu, cuya ausencia ha provocado una vía de agua en la posición de base que los rivales han sabido explotar y que ha obligado a Carles Duran a hacer encaje de bolillos para maquillar esta debilidad. Basta decir que el director de juego que supuestamente se quedaba en Bilbao para echar una mano en los entrenamientos, Sergio Llorente, fue el domingo el que más jugó, por encima de Tobias Borg y de un Javi Salgado que, extrañamente, ni siquiera saltó a cancha.
El inquilino del banquillo del Bilbao Arena diagnosticó desde los primeros partidos que su equipo tenía talento en ataque y puso el foco en la mejora defensiva como forma de lograr unos cimientos más sólidos. Sin embargo, da la impresión de que los rivales han acabado cogiéndole la matrícula al conjunto vizcaino en la parcela ofensiva, lo que ha mermado aún más la eficacia de su retaguardia. Es lo que tiene el scouting. Los hombres de negro maravillaron en el arranque de curso con un juego veloz y directo, sin demasiada circulación de balón, apostando por ataques cortos y lanzamientos a canasta a la mínima oportunidad, pero una vez que los rivales han encontrado el cable a cortar para desactivar este rasgo identitario el conjunto vizcaino no ha sido capaz aún de añadir alternativas exitosas a su libro de ruta.
marcajes Y lo que es peor, el celo que ponen los rivales en maniatar a los bases del conjunto vizcaino en los primeros segundos de posesión, adelantando líneas defensivas y atosigando la subida de balón, ha desembocado en un reguero de pérdidas de balón que, además, suelen ser castigadas con sencillas canastas sin oposición. De hecho, el conjunto de Miribilla es ya el peor de la Liga Endesa en esta faceta del juego, con 16,29 por partido, cantidad prácticamente idéntica a la que registra en la Eurocup (16,25), lo que le sitúa quinto en esta competición. De hecho, en ninguno de los seis encuentros en los que ha hincado la rodilla ha bajado de estos números, llegando incluso a los 22 balones perdidos en la cita continental ante el Fuenlabrada. Evidentemente, el incremento de los puntos encajados tras pérdida ha tenido reflejo en los guarismos de una retaguardia que ha acabado recibiendo 85 o más puntos en los seis partidos perdidos, cuando en las cinco victorias el límite se encuentra en los 80 del exitoso estreno liguero en Fuenlabrada.
Del regreso de Tabu, que podría producirse este domingo ante el Manresa, no puede esperarse que solucione todos los problemas, pero sí que debería servir para devolver aplomo y solidez al puesto de base, ganar en control de las situaciones y devolver aire y espacios a un Scott Bamforth que desde su ausencia recibe vigilancia extra, lo que ha mermado su aportación y su presencia en el juego. Y es que los rendimientos individuales, salvo el de Álex Mumbrú, también han caído en la irregularidad, pero no solo en una segunda unidad en la que Danilo Nikolic parece ir perdiendo la confianza de Duran, sino también en un quinteto inicial que vio el domingo a Axel Hervelle acabar el duelo sin coger ningún rebote en 19 minutos.