Bilbao Basket, un triunfo de película
El Bilbao Basket, granítico en defensa y con Bamforth y Mumbrú sublimes en ataque, encandila a Miribilla con un juego espectacular, bate al Barça y firma su mejor inicio de curso en la ACB
Bilbao - La matinal arrancó con un fantástico alley oop de Álex Mumbrú para Micheal Eric un par de segundos después del salto inicial, bajó el telón con un excelente mate a la contra del capitán tras un pase de Javi Salgado por detrás de la espalda y entre ambas acciones Miribilla asistió a un encuentro de baloncesto de los que hacen afición, un partido con todos los alicientes posibles que acabó catapultando al Dominion Bilbao Basket hasta su mejor arranque de temporada en la ACB, un balance de 4-0 que sabe a gloria. En un duelo rebosante de emociones fuertes, los de Carles Duran pasaron por todas las fases posibles. Arrancaron absolutamente desatados con un parcial de 27-3 en menos de siete minutos de juego, pasaron acto seguido a encajar un 0-22 siendo incapaces de anotar durante ocho minutos y posteriormente, cuando el choque pasó a jugarse en márgenes más estrechos y racionales, supieron aguantar la mirada de los de Georgios Bartzokas impulsados por un excelente trabajo defensivo y por el abrumador acierto de Scott Bamforth y Álex Mumbrú en ataque. Entre el de Albuquerque y el catalán anotaron 50 de los 92 puntos del equipo -25 cada uno- con unos porcentajes estratosféricos, no en vano solo fallaron cuatro tiros de campo. Además, ambos dieron un paso al frente en el momento de la verdad, con el escolta anotando 22 puntos tras el descanso.
En un ejercicio de preciosismo con viento a favor y de resistencia a ultranza cuando llegaron las vacas flacas, los hombres de negro siguieron a pies juntillas el plan de juego esbozado por Duran en la previa: velocidad y descaro en ataque y energía desbordante en defensa. Bastaba con ver a Mumbrú, Hervelle y Eric retirarse al banquillo, absolutamente vacíos como si hubiesen corrido un maratón, tras los siete primeros minutos de partido para comprobar el nivel de intensidad imprimido por los anfitriones al choque. El equipo fue fiel a sí mismo, cada jugador aportó su granito de arena en pos del bien común y las rotaciones -ningún jugador llegó a 26 minutos de presencia en cancha- volvieron a permitir alcanzar los compases finales con los cuerpos y las mentes en perfecto estado de revista ante un Barcelona que perdió por lesión a Juan Carlos Navarro en el acto inaugural y en el que solo Justin Doellman respaldó el ímpetu anotador de Tyrese Rice.
El Bilbao Basket arrancó tremendamente acertado. El alley oop de Eric no fue más que el preludio de la tormenta negra que estaba a punto de arrasar Miribilla. Los de Duran, hercúleos en defensa, ahogando a un Barcelona totalmente pasmado, y fogosos en ataque fabricaron el 27-4 a base de mates de Eric y triples de Mumbrú. El Bilbao Arena se frotaba los ojos con lo que acontecía en cancha, pero el momento de inspiración divina no fue eterno. El Barcelona se echó en manos de la calidad individual de Rice y el de Richmond, con dos triples seguidos, encendió a los suyos. La batería interior de la segunda unidad anfitriona no fue capaz de mantener el nivel de intensidad de los primeros espadas y los de Bartzokas recuperaron la verticalidad y consiguieron cerrar el acto inaugural con un 0-14 (27-18). Y el pajarón del Bilbao Basket fue a más. El Barça contó con permisividad arbitral para elevar hasta la estratosfera la dureza de su retaguardia y a los locales se les hizo de noche. Ocho minutos exactos estuvieron sin sumar puntos los hombres de negro y la escuadra azulgrana acabó amasando un 0-22 para llevar la contienda hasta el 27-26 a 5:57 del descanso. Eric, con otro furioso alley oop, acabó con la sequía y un triple de Salgado devolvió oxígeno a los agonizantes pulmones bilbainos, que no perdieron nunca el empuje de una marea negra que celebró de pie, como un triple desde el centro de la cancha, la primera falta señalada al Barcelona en siete minutos de segundo acto.
Resistencia El equipo local no se desplomó psicológicamente, alcanzó el descanso con un 38-34 a favor y en la reanudación volvió a comparecer rocoso. Bamforth empezó a fluir en ataque, Mumbrú se multiplicó en ambas canastas y el Bilbao Basket recuperó la ventaja de dos dígitos después de que Dorsey se marchara a vestuarios por su segunda antideportiva y las protestas de Bartzokas fueran castigadas con técnica. El 55-43 a 5:45 del final del tercer cuarto pintaba un panorama esperanzador, al que se le sumó la cuarta personal de Tomic. A los locales les faltó templanza para hurgar en la herida azulgrana, Buva no fue capaz de sacar puntos debajo del aro y los visitantes se recuperaron desde la línea de 6,75. Un triple de Eriksson nada más arrancar el acto final colocó un inquietante 68-63, pero el Barça no pasó de ahí. Tabu, Hervelle, Mumbrú y Todorovic sujetaron con fuerza el timón ofensivo ante la insistencia de Doellman por no enarbolar la bandera blanca y en los tres minutos y medio finales (79-73) Bamforth, con dos triples estratosféricos, se encargó de finiquitar el asunto. El Bilbao Arena acabó explotando de júbilo con el mate final de Mumbrú en una matinal de película, de las que reclutan incondicionales.