bilbao - Hace 22 años, Koldo Mauraza (Bilbao, 22-5-1966) disputó en La Casilla su último partido como jugador. Fue el quinto partido del play-off de ascenso a la ACB entre el Cajabilbao y el Juventud Alcalá que llenó hasta arriba el viejo pabellón. Unas semanas después, el club renunció al ascenso y desapareció. El Bilbao Basket ha rozado dos veces la tumba y para que no vuelva a suceder han llegado el exalero y otros seis nuevos consejeros para dotar al club de una mentalidad empresarial y tratar de aumentar los ingresos. “Merece la pena invertir en el baloncesto”, asegura Mauraza en una entrevista realizada en los exteriores de un pabellón en el que vivió grandes momentos y enormes decepciones. Para el baloncesto de Bizkaia parece que el tiempo, en algunas cosas. no ha pasado.
En la última imagen que recuerdo de usted relacionada con el baloncesto se le ve rodeado de una multitud tras el ascenso del Cajabilbao en 1994.
-Sí, saliendo a hombros de la cancha de La Casilla. Yo también conservo esa foto. Es uno de los mejores momentos de mi carrera y también uno de los peores por lo que pasó unas semanas después.
Aquel fue un golpe muy duro para el baloncesto vizcaino.
-Sí, porque veníamos de habernos dado otro muy gordo tres años antes cuando descendimos en el play-off tras ir ganando 2-0. Nos repusimos, hicimos durante tres años equipos para subir de nuevo y cuando lo logramos, resultó que no había intención de hacerlo. En aquella época parecía que todo el mundo subía y también en eso fuimos pioneros en renunciar. Hace 22 años ya ocurrió lo que está ocurriendo ahora con muchos clubes.
No sé si eso habla muy bien del baloncesto. En todo caso, ¿cómo lo ha visto desde la distancia todos estos años?
-Me retiré entonces, he estado alejado del baloncesto profesional, aunque lo he seguido como aficionado y en alguna colaboración que he hecho con algún medio de radio. No mucho porque, por desgracia, en Bilbao no hay muchas radios que den los partidos en directo, al contrario que en otras ciudades en las que puede haber más empuje de los medios. Y desde esa distancia ha visto que los problemas son los mismos. Ahora como hace veinte años se resumen en una palabra: dinero. Tenemos un pabellón excelente, un equipo que ha conectado con la afición, pero falta el apoyo de empresas y patrocinadores que estén dispuestos a invertir en el baloncesto, un deporte que merece la pena porque transmite muchas cosas.
¿Y por qué decide volver ahora, además al cargo de presidente del Bilbao Basket?
-Me hacía ilusión, me lo habían ofrecido varias veces antes, pero por falta de tiempo y disponibilidad había dicho que no. Ahora he dicho que sí porque en este momento las circunstancias personales han cambiado y creo que puedo echar una mano. A la gente que me lo ofreció les dije que iba a intentar ayudar en lo que pueda. Si mi incorporación al consejo puede servir para que el entorno confíe y crea en el proyecto porque ve gente de baloncesto, porque las cosas están cambiando y se hacen mejor y nos dan otra oportunidad, encantado.
Usted jugó como profesional en las tres capitales vascas. Ahora no parece que los tiempos en lo económico sean los mejores para los clubes de Euskadi.
-Pero es un problema que afecta a la mayoría de los clubes de la ACB. Salvo en el fútbol, la inversión de las televisiones está cayendo y parece que se está volviendo atrás. Hubo una época de vacas gordas, pero ahora se está retrocediendo en medios, en salarios... Pero sigo pensando que el baloncesto es un deporte espectacular, ameno... Pero parece que ahora lo que manda es el fútbol.
¿Es difícil vender el baloncesto en Bizkaia?
-Está difícil en todas partes. Las empresas cada vez destinan menos recursos a publicidad. Pero yo creo que el baloncesto es un deporte que es beneficioso para la imagen de una empresa de cara a la opinión pública. Estamos convencidos de ello y con esa idea estamos trabajando y tocando todos las puertas.
Y, concretamente, ¿es complicado vender la marca Bilbao Basket? Porque después de estar dos de los últimos tres veranos a punto de caer de nuevo...
-Es cierto que hay dificultades, pero hay que romper esa tendencia negativa de pensar que es un club que siempre tiene problemas. Hay que mandar un mensaje de optimismo y de fidelidad que se ve en la relación del equipo y el público. Creo que este año hemos hecho un muy buen equipo y espero que empecemos bien para que esa alegría y esa comunión que dan los buenos resultados se contagie y la gente siga apoyándonos.
¿Las necesidades más urgentes del club tienen que ver solo con lo económico?
-Sí, sí, sí. Hemos conseguido salir de la UVI, pero la cura no se ha completado. Tenemos conversaciones para meter más patrocinadores y para incrementar los ingresos. También está pendiente la ampliación de capital destinada principalmente a las empresas pensando que es bueno para su imagen apostar por el baloncesto. Estamos ilusionados porque esta ampliación nos daría músculo financiero, que es lo que necesitamos, para mirar adelante con optimismo.
En el nuevo consejo ha entrado mucha gente con perfil empresarial. ¿Se puede trasladar esa manera de hacer a una empresa deportiva, sujeta a tantos vaivenes?
-Eso pretendemos, aunque como siempre hay que acertar y la bola tiene que entrar. Queremos aplicar un cierto rigor empresarial que nos permita hacer presupuestos ajustados, aumentando los ingresos y reduciendo los gastos. Para lo primero hay muy pocas vías: vender más abonos y entradas y vender más publicidad y la ampliación de capital. No hay mucho más. Y reducir el coste salarial de la plantilla y de otros gastos en general.
La pesadísima mochila que tiene el club no permite pensar ni siquiera a medio plazo mientras no se descargue de deuda.
-Yo creo que al contrario. Podemos pensar a largo plazo si tenemos paciencia porque no vamos a salir del pozo en un año. Se trata de involucrar a la gente y que los resultados acompañen. Quiero ser optimista en que llegue un momento en que la gente quiera hacerse abonada del Bilbao Basket y no haya sitio. Ese sería mi sueño. El objetivo es llenar el campo todos los días porque si llenas es más fácil generar ilusión, vender el proyecto a las empresas y acceder al patrocinio.
Lo de la entrada de empresas lo llevamos oyendo un año.
-Se está trabajando, pero la verdad es que no es fácil. En cuanto entren las primeras que están captadas, se animarán otras. Necesitamos la involucración de la sociedad con el equipo porque es la única manera de salir de la situación actual, que es mucho mejor que hace un par de años, pero no es la ideal. Necesitamos un apoyo masivo de mucha gente que ame el baloncesto, que quiera estar con un equipo que da muy buena imagen a la ciudad. Hay que conseguir recursos, cash para poder reducir la deuda y tener un balance cada vez más saneado. El baloncesto también puede servir para poner a Bilbao en el mapa y a mí me resulta imposible pensar que una ciudad como la nuestra no pueda tener un equipo en la ACB y en Europa, por qué no.
Usted formó parte como jugador de la cantera del Cajabilbao, llegó al primer equipo, fue capitán, compartió vestuario con otros jugadores vizcainos... ¿Cuánta necesidad tiene el Bilbao Basket de un proyecto de cantera?
-Lo ideal y lo bonito sería tener un proyecto de cantera para que la gente vizcaina vea que tiene una salida y no tenga que irse fuera. Pero hay que ir poco a poco. De momento, a lo mejor hay que hacer una mezcla porque eso tiene un coste. Queremos todo y todo con los medios que tenemos ahora es imposible. Pero si me preguntas estaríamos encantados de tener un equipo junior, de tener otro equipo senior con jugadores convenidos... Eso sería lo ideal, pero en el baloncesto de hoy es impensable tener más de dos o tres jugadores de cantera porque hay mucha movilidad y está muy globalizado.
¿Qué señas de identidad debe tener, a su juicio, el Bilbao Basket?
-La primera, la de vender Bilbao en todas partes. Lo que he visto del equipo de este año me ha gustado porque hay mezcla de gente joven y veterana, de gente que ya sabe lo que supone jugar en el Bilbao Basket y otros que esperamos que tengan largo recorrido en el equipo y que crezcan con el Bilbao Basket. Cada vez es más difícil que un jugador o un entrenador aguante muchas temporadas porque la gente quiere cosas nuevas y espectaculares. Yo creo que esto va con el dinamismo del baloncesto. Se habla de la falta de identificación, pero lo que quiere la gente es disfrutar, animar y también que su equipo gane. Si el equipo gana, todo es bienvenido. Los jugadores saben que Bilbao es uno de los mejores lugares para jugar al baloncesto y eso es algo que tenemos que aprovechar para conseguir ese objetivo que, repito, es llenar Miribilla.
Para llenar el pabellón, el propio baloncesto lo debería ponerlo más fácil. Aún no se conoce el formato de la Eurocup y así es complicado vender abonos.
-Claro, eso confunde a la gente. Queremos estar en la Eurocup, aunque sea deficitaria. Jugarla hace que algunos jugadores quieren venir a Bilbao. Pero el no saber cómo se va a jugar es malo para los clubes porque todo se encarece. Con la Eurocup no se gana dinero porque hay muchos gastos. Pero a cambio te da prestigio y reconocimiento y te permite vender Bilbao en el exterior con lo que se genera otro tipo de retorno que hay que valorar.
¿Cuándo se podrá ver los frutos del trabajo del nuevo consejo?
-Espero que poco a poco. El equipo ya está hecho y en marcha y eso es lo principal. Para todo lo demás, confío que esta temporada se vea si tenemos el apoyo que estamos demandando. Esa es nuestra labor, centrada en lo comercial, en vender para que el club tenga más ingresos.