VIO la cara y la cruz de la moneda del deporte Andoni Ugalde (Oiartzun, 1995) en el final de su etapa en el campo aficionado antes de debutar con Aspe. Un epílogo agridulce. El delantero guipuzcoano pudo acabar con el buen sabor de boca de haberse impuesto en el Biharko Izarrak de mano aficionada junto a Iñigo Martínez; sin embargo, el mismo binomio fue apeado de la final del primer Torneo ETB-LEPM el viernes, en una versión desconocida, ante Errandonea-Olaizola III. El puntillero recapitula: “La verdad es que ha sido muy bonito acabar mi etapa como aficionado con la txapela del Biharko Izarrak”.

La noticia de que iba a vestir la camiseta profesional con el anagrama de la empresa de Eibar saltó hace tres semanas, antes de que jugara las semifinales del campeonato mallabiarra, pero era una historia que venía cociéndose de lejos. Andoni Ugalde, bajo la lupa de los servicios técnicos de Aspe desde hacía varios cursos, ha explotado este año y no ha pasado inadvertido. Otro guipuzcoano más para las filas de la empresa de Eibar, cuyo número aumenta hasta nueve. Junto a ellos, siete manistas son navarros; cinco, riojanos y dos, vizcainos. Cuenta el neoprofesional que “no me pilló de sorpresa que me dijera que iba a firmar, porque, al final, llevaba tres años entrenando con Aspe. Hace tiempo me comentaron que estaban mirando mis partidos y hace semanas me dijeron que podía haber una oportunidad para debutar. Justo el día después de la final del Manomanista me avisaron para ir a cerrar el contrato. No fue una sorpresa muy grande, pero sí que fue una buena alegría”. De este modo, afirma Ugalde que está “contento, ilusionado y con ganas ya de que empiece esta nueva etapa”. Eso sí, el estreno llegará con ajetreo debajo del brazo: “Se me está acumulando el trabajo: toca entrenar, la prensa nos llama y estoy acabando el tercer año de Ingeniería de Ecotecnología en la escuela de Mondragón. Estoy un poco agobiado”.

El manista, que estrenará su camino en el profesionalismo el viernes en el festival de Sanjuanes del Astelena de Eibar -plaza en la que se están concentrando los últimos debuts de Aspe-, compagina “bien” los estudios con la actividad deportiva. “He acabado dos cursos limpios y espero que este, que acabé la pasada semana, termine igual. Solo me queda un año para sacar la carrera”, argumenta Ugalde. Es una rara avis. Saldrá al ruedo con 21 años cuando en la última década la edad de despegue viene recortándose cada vez más. “Para mí es una buena época para debutar. He alcanzado la edad idónea. Después de haber estado jugando en aficionados varios años, me viene en buen momento. Además, tengo los estudios casi acabados. En verano espero jugar buenos partidos”, certifica Andoni, quien revela que, su paso por el campo amateur le ha curtido mucho y bien. “Antes jugaba un poco blando. He cogido confianza. Mi cuerpo se ha desarrollado más tarde y este año he cogido seis kilos. Me siento más hecho. Siempre he ido más lento que el resto, pero eso no es malo. Cada uno tiene su tiempo. Yo tardo más, pero estoy contento por cómo han venido las cosas”, añade el oiar-tzuarra.

la explosión Considera Ugalde que esta temporada ha sido la de su explosión. “He dado un paso adelante, un plus, además los resultados me han acompañado”, sostiene el guipuzcoano, quien desgrana que su patrón de juego es ser “atrevido y valiente”. “Me gusta enredarme y no me importa pelearme en los cuadros alegres. No soy un gran pegador, así que me gusta acabar el tanto”, admite. Su objetivo ahora será “trabajar y aprovechar esta oportunidad”. “Intentaré dar todo lo que tengo en cada partido y que la gente disfrute con mi juego”, declara el neófito de Aspe, quien compartirá gerriko el viernes con un ídolo: Barriola. “Mi referente ha sido siempre Abel. Siempre me he fijado en él. Aunque yo sea delantero y él zaguero, me gusta, porque es un gran profesional y vale mucho dentro y fuera de la cancha”. Se enfrentarán a Erik Jaka y Aitor Zubieta.

Por ahora, analiza Ugalde, no se siente “nervioso”. “Siempre me he manejado bien con la tensión. Eso sí, el partido será especial”, advierte el de Oiartzun. La gente le dice que esté tranquilo, pero que dé lo suyo. “Me aconsejan que sea yo mismo. Lo intentaré. Me siento preparado”, finaliza.